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El inesperado aliado que dará al PP la mayoría absoluta
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Alberto Artero

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El inesperado aliado que dará al PP la mayoría absoluta

Parece el señor Duran i Lleida empeñado en darle al Partido Popular esa mayoría absoluta que anticipan las encuestas. Él y la formación política a la

Parece el señor Duran i Lleida empeñado en darle al Partido Popular esa mayoría absoluta que anticipan las encuestas. Él y la formación política a la que pertenece, Convergencia i Unió. Pocas veces se ha encontrado en la historia de la joven democracia española una actuación tan absurdamente dirigida a allanar el camino a su rival en las urnas como ésta. Consciente o no. Despropósitos verbales y gestión al límite que movilizarán voto perezoso y legitiman futuros programas de recortes. Curiosa paradoja ésta de la víctima dando la soga a quien puede ser su verdugo. Pues sí que están buenos los catalanes, ¿dónde ha quedado su secular pragmatismo? Yerran el tiro y, lo peor de todo, es que se lo pegan a sí mismos.

En efecto, las inoportunas declaraciones del líder de Unió Democràtica de Catalunya sobre el andaluz acodado en la barra del bar esperando a que llueva del cielo el PER han caído como una bomba de relojería en uno de los pocos reductos que aún le queda al voto socialista, el campo extremeño y andaluz, y ha permitido a la formación dirigida por Mariano Rajoy enarbolar una bandera de defensa de la idiosincrasia local que se aleja del estigma tradicional de señoritismo que se le asociaba en ambas regiones. Cabe un rechazo suroccidental, manifestado en las urnas, ante tales afirmaciones, cierto. Pero cabe también que se produzca con un desenlace inesperado para quienes han podido usar intencionadamente la provocación, ladino habría que ser, para aumentar el voto del PSOE en detrimento del PP.

Por otro lado, la situación heredada del Tripartito -qué esperar de gobernantes como los que integraban tal coalición- es financieramente dramática hasta el punto de que Artur Mas y su ariete económico, Andreu Mas-Colell han decidido hacerle frente socavando cimientos hasta ahora intocables del estado del bienestar catalán, caso de la sanidad. Un ejercicio de ortodoxia -no hay que olvidar que el Manual de Economía del consejero es el usado en buena parte de los Masters de Economía de las universidades americanas más punteras- que se sigue justificando desde la asimetría entre aportaciones y percepciones al Estado de Catalunya. Puede incluso que exista algo de exageración-esperanza de reacción. Da igual. En la práctica, allana el camino al Partido Popular para implantarlas en otras zonas en el futuro quitándose de este modo la carga social de la exclusividad en los recortes. Algo de mucha más trascendencia de lo que parece.

Resulta sorprendente cómo la necesidad y la necedad de la formación que gobierna la Generalitat puede ayudar al PP en toda España, dando carta de validez a su eufemística estrategia de “consolidación fiscal” y aportándoles votantes tanto locales, dolidos por los ajustes, como de otras regiones, movidos por las descalificaciones. Como sigan así darán carta de validez, por la vía de los hechos, a su compromiso notarial de 2006 de no perfeccionar pactos de gobierno estables o permanentes con el PP. Están sin duda en ello. Y aún queda más de un mes para la contienda electoral. En Génova se frotan las manos ante tan inesperado regalo político. Y es que solo una mayoría suficiente, que no dependa de pactos con formaciones nacionalistas, permitirá corregir inciertas derivas por las que transita nuestro aún juvenil, en perspectiva histórica, modelo constitucional.

Buena semana a todos.

Parece el señor Duran i Lleida empeñado en darle al Partido Popular esa mayoría absoluta que anticipan las encuestas. Él y la formación política a la que pertenece, Convergencia i Unió. Pocas veces se ha encontrado en la historia de la joven democracia española una actuación tan absurdamente dirigida a allanar el camino a su rival en las urnas como ésta. Consciente o no. Despropósitos verbales y gestión al límite que movilizarán voto perezoso y legitiman futuros programas de recortes. Curiosa paradoja ésta de la víctima dando la soga a quien puede ser su verdugo. Pues sí que están buenos los catalanes, ¿dónde ha quedado su secular pragmatismo? Yerran el tiro y, lo peor de todo, es que se lo pegan a sí mismos.