Es noticia
La banca, pedo total en la fiesta navideña del BCE
  1. Mercados
  2. Valor Añadido
Alberto Artero

Valor Añadido

Por

La banca, pedo total en la fiesta navideña del BCE

Ha sido como una fiesta universitaria pero a lo bestia. No en vano con la entrada el comprador se aseguraba aprobar los exámenes de final de

Ha sido como una fiesta universitaria pero a lo bestia. No en vano con la entrada el comprador se aseguraba aprobar los exámenes de final de año y del primer trimestre del año que viene. No es de extrañar que la respuesta haya sido masiva. A un módico 1% anual, el BCE ofrecía al sistema financiero europeo barra libre total de liquidez al inusual plazo de tres años. Era la única manera de que pudiera cuadrar su funding en 2011 y hacer frente, de este modo, a la oleada de vencimientos prevista en el sector en los tres primeros meses de 2012. La excitación iba creciendo conforme se acercaba la fecha. Por primera vez en mucho tiempo, las entidades podían ir a pecho descubierto, sin temor a ser estigmatizadas por el mero hecho de acudir. Todos a una, como en Fuenteovejuna, hacia la borrachera final. Como no podía ser de otra manera, el pedo colectivo ha sido mayúsculo, superando incluso las previsiones más excesivas. Viva el dinero barato. Está por ver lo que ocurrirá el día después. Alka-Seltzer y seriedad o de perdidos al río. Veremos.

En efecto, al evento han acudido 523 instituciones de la Eurozona con una demanda total de fondos a 36 meses de 489.190 millones de euros. Un 75% por encima de lo que lo que Simon Nixon había apuntado en su Heard on the Street del WSJ esta misma mañana. De acuerdo con sus cuentas, entre enero y marzo del próximo ejercicio los bancos tienen que hacer frente a vencimientos por 380.000 millones, a los que se añaden 90.000 de agujero acumulado en la segunda mitad de 2011 por el cierre de los mercados mayoristas. 470.000 millones, prácticamente lo prestado por el banco central, que había que reducir con las sobre-emisiones sectoriales del primer semestre, 120.000 millones, y la captación de depósitos, que cifraba en 65.000 millones netos. Un total de 285.000 que, probablemente y esto es cosecha propia, habría que ajustar a la baja si consideramos como real el proceso de desapalancamiento y recapitalización afrontado por muchas entidades, elementos que no cita y que afectan al activo bancario, reduciéndolo, y a los recursos propios, aumentándolos. Teniendo en cuenta ambos factores, las necesidades reales serían menores. Peor me lo pones.

Y ahora, ¿qué? Es evidente, de acuerdo con estos cálculos, que 280.000 de los 490.000 adjudicados por el BCE se destinarán en exclusiva a que la banca mantenga su estructura actual de balance. Poco cabe esperar en términos de renovada actividad crediticia o inversora de esta parte. Se irán liberando fondos en la medida en que los procesos antes señalados se vayan materializando pero poco más. La pregunta que flota en el aire es qué van a hacer las instituciones financieras con el resto. Existe una enorme presión por parte de los gobiernos más débiles para que se destine a la compra de su deuda pública, modo de aliviar parte de las propias necesidades de refinanciación previstas en 2012. Algo que, por cierto, los market makers de los distintos tesoros tienen que hacer por obligación, lo que asegura entre un 60% y un 70% del éxito de subastas pasadas, presentes y futuras. No es suficiente para la insaciable casta ejecutiva. Determinados discursos oficiales provocan vergüenza ajena y ponen de manifiesto que el pudor, no solo se ha perdido entre los bancos, sino también, si es que alguna vez existió, en políticos de uno y otro signo. Lo importante es la Administración, al crédito privado que le den. ¡Larga vida al crowding out!

La tentación para los receptores de los fondos es suculenta, teniendo en cuenta los tipos que se están manejando en los plazos de la curva situados en el espectro de vigencia de la línea extraordinaria del BCE. Sin embargo, si la experiencia reciente es un grado, muchas firmas se tentarán la ropa antes de caer en los errores de su pasado inmediato, cuando la arbitrariedad del supervisor les obligó a considerar unas pérdidas potenciales en estos activos de renta fija soberana -contables que no reales- que dejaban su capital tiritando y bajo amenaza de tener que recurrir a un mercado inexistente en ese momento. La confianza se construye con el paso del tiempo y se destruye en un segundo. Esa es la gran tragedia que subyace a muchas veleidades regulatorias. Los bancos no se fían de sus colegas, ni de sus gobiernos. De hecho, en los últimos meses, el depósito del dinero recibido del banco central en la propia institución ha sido una constante, como lo ha sido la tensión en el interbancario. Está por ver que esta inyección masiva de liquidez cambie tal percepción. Si no lo hace, malo. Muy malo.

700.000 millones entre unas cosas y otras entregados al sector financiero en los últimos quince días. Y aún queda otra oferta similar a la de hoy en febrero. Las cifras son mareantes. Todo basado en una convención obsoleta y es que no hay otro instrumento que canalice el ahorro a la inversión. Nunca más en el pasado más cercano. ¿Qué pasaría si ese dinero fuera directamente a las empresas? Otro gallo cantaría. But… Sigue sin resolverse la pregunta de qué hará la banca con los 200.000 millones de más que se acaba de llevar al bolsillo. Su reconciliación con el mundo pasaría por una activación de la función social que tiene asignada. Sería, además, la única vía de evitar que la tan temida recesión continental cobrara vida. Pero, ¿cómo hacerlo si lo que sobra precisamente en el sistema es crédito en vigor, endeudamiento privado a mansalva? Difícil. Más cuando el deterioro de su balance no ha concluido, ni mucho menos, precisamente por la existencia de este apalancado punto de partida. Nuestro gozo en un pozo. De momento, si se fijan, todas las refinanciaciones que se están cerrando, sean lógicas o fruto de esa selección adversa bancaria que persigue evitar pérdidas, tienen horizonte... tres años. Vaya. Como diría La Bombi del 1, 2, 3 responda otra vez… ¿por qué será? Pues eso.

El viernes, nuestro Cuento de Navidad.

Ha sido como una fiesta universitaria pero a lo bestia. No en vano con la entrada el comprador se aseguraba aprobar los exámenes de final de año y del primer trimestre del año que viene. No es de extrañar que la respuesta haya sido masiva. A un módico 1% anual, el BCE ofrecía al sistema financiero europeo barra libre total de liquidez al inusual plazo de tres años. Era la única manera de que pudiera cuadrar su funding en 2011 y hacer frente, de este modo, a la oleada de vencimientos prevista en el sector en los tres primeros meses de 2012. La excitación iba creciendo conforme se acercaba la fecha. Por primera vez en mucho tiempo, las entidades podían ir a pecho descubierto, sin temor a ser estigmatizadas por el mero hecho de acudir. Todos a una, como en Fuenteovejuna, hacia la borrachera final. Como no podía ser de otra manera, el pedo colectivo ha sido mayúsculo, superando incluso las previsiones más excesivas. Viva el dinero barato. Está por ver lo que ocurrirá el día después. Alka-Seltzer y seriedad o de perdidos al río. Veremos.