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España respira: Francia tiembla ante el agujero de su banca
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Alberto Artero

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España respira: Francia tiembla ante el agujero de su banca

A través de la revista Euromoney llego a una más que interesante página elaborada por el Centro para la Gestión del Riesgo de Lausanne, Suiza. Se

A través de la revista Euromoney llego a una más que interesante página elaborada por el Centro para la Gestión del Riesgo de Lausanne, Suiza. Se trata de una web interactiva que permite ver de manera tanto numérica como gráfica el riesgo sistémico asociado a las principales instituciones europeas y su evolución. No en vano, se actualiza semanalmente. A partir de ese dato recoge el global agregado para cada uno de los estados donde dichas firmas están domiciliadas.

Una herramienta visual de extraordinaria sencillez que, sin embargo, es de utilidad limitada ya que sólo contempla para el cálculo del déficit de capital de las entidades un colapso del 40% en seis meses de los mercados bursátiles internacionales y, por ende, de las capitalizaciones de bancos y cajas cotizados. A primera vista supondría una suerte de stress test ‘cutre’ que no entra en cuestiones como la exposición crediticia, la concentración de la misma, la composición del activo o el coste de financiación.

Sin embargo, la metodología, desarrollada por el NYU Stern Volatility Lab bajo la dirección del premio nobel Robert Engle, sí permite una aproximación a la sensibilidad de las distintas compañías financieras a eventos en la cola de la distribución de probabilidad –el presupuesto de partida sólo se ha dado en tres ocasiones en los últimos 100 años: 1929, 2000 y 2008-. Y cabe pensar que el resto de los factores a los que acabamos de hacer referencia encuentran su reflejo en la mejor o peor marcha de su cotización.

En cualquier caso, lo interesante son sus conclusiones:

  1. Se percibe una mejora del riesgo sistémico del conjunto de la Unión, que tras rozar en varias ocasiones los 1.500 millardos de euros se dirige de forma acelerada hacia los 1.000.
  2. Por naciones, el país con mayor sensibilidad a una catástrofe de las bolsas sería Francia (271.000 millones), seguida de Reino Unido (206.000), Alemania (135.000), Italia (91.000), Suiza (65.000), Holanda (60.000) y España (49.000). La representación gráfica que se hace en la web del CRM es muy ilustrativa de las divergencias cuantitativas entre territorios.
  3. Mientras unos crían la fama, otros cardan la lana. España ha reducido su riesgo casi un 60% desde los máximos de julio del año pasado gracias tanto al proceso de desapalancamiento como de recapitalización. Por el contrario, los bancos franceses apenas lo han hecho en un 22% desde febrero de 2009, Italia un 32% en diez meses u Holanda un 40% también en más de cuatro años.
  4. Francia se encuentra sin lugar a dudas en la posición más débil, más aún teniendo en cuenta la situación económica en la que se encuentra la segunda mayor potencia de la Eurozona y la fuerte exposición a los mercados financieros de sus principales instituciones bancarias. La llegada de una nueva ronda de controles de solvencia por parte de la Autoridad Bancaria Europea puede sacar los colores a su sistema financiero. No en vano, es el más apalancado, con una ratio de 32 veces balance/capital, seguido de Holanda (29), Italia (28) y Alemania (25,5). En el otro extremo se sitúan España (18), Reino Unido (17) y Suiza (15).
  5. Por entidades, el dibujo es bastante parecido. Crédit Agricole sería la firma europea más en precario, con un riesgo sistémico cuantificado en 86.000 millones de euros y un apalancamiento cercano a las 100 veces (es decir, apenas cuenta con recursos propios de acuerdo con el CRM). Le seguirían, en este indeseado ranking, Deutsche Bank (82.600 y 53), Barclays (71.500 y 39), BNP Paribas (69.000 y 34), RBOS (53.500 y 34), Société Générale (50.500 y 50), ING (47.000 y 42) y, ya a gran distancia, Unicredito (31.000 y 36). El primer español sería el Santander, en el puesto 10º, con un riesgo potencial de 28.000 millones para una tasa de apalancamiento de 20,65 veces.

Es evidente al calor de los datos que, aun reconociendo que estamos ante un análisis reduccionista e incompleto, la Europa core ha jugado a demonizar la banca española mientras esperaba que el paso del tiempo, más que una acción política casi inexistente, le permitiera resolver los problemas estructurales de la propia. Pero si algo bueno tiene este estudio, es que pone de manifiesto la incidencia sobre la solvencia del factor más incontrolable de todos: la reacción de los mercados. Y, por tanto, establece un baremo objetivo de vulnerabilidad en el que Francia, Holanda y Alemania salen mal parados. Ojo al dato, que diría aquel.

Siendo estos los datos, no es difícil llegar a dos conclusiones perentorias: la primera es que, después de su particular travesía en el desierto, todavía incompleta, España tiene la posibilidad de posicionar su banca como la referencia europea para la próxima década; de ahí que, segundo, sea tan injustificable que no se aproveche hasta el límite de lo razonable la línea extraordinaria de liquidez concedida a este fin por la Eurozona: 100.000 kilos, de los que apenas se ha dispuesto de 40.000.

Más vale barcos sin honra, queridos gobernantes y directivos, que honra sin barcos. Y la oportunidad la pintan calva. Ustedes mismos.

A través de la revista Euromoney llego a una más que interesante página elaborada por el Centro para la Gestión del Riesgo de Lausanne, Suiza. Se trata de una web interactiva que permite ver de manera tanto numérica como gráfica el riesgo sistémico asociado a las principales instituciones europeas y su evolución. No en vano, se actualiza semanalmente. A partir de ese dato recoge el global agregado para cada uno de los estados donde dichas firmas están domiciliadas.