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Día 7 - Susana, el embarazo del pueblo
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Javier Caraballo

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Día 7 - Susana, el embarazo del pueblo

En esta campaña andaluza, no ha habido ni un solo día en el que su embarazo se haya despegado de la agenda

Foto: La candidata socialista a la Presidencia de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. (EFE)
La candidata socialista a la Presidencia de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. (EFE)

A ver, asunto delicado: ¿está utilizando Susana Díaz su embarazo para ganar votos? Y si lo está haciendo, ¿puede considerarse normal o un exceso de la política, de los políticos? Es un asunto delicado y, por eso, en la primera línea, yo sostengo que sí, que el embarazo está en el ramillete de razones que confeccionó la presidenta de la Junta de Andalucía para adelantar a este mes de marzo las elecciones andaluzas. No quiere decir que sin embarazo no habría elecciones anticipadas, desde luego, pero una vez confirmado, la dirigente socialista lo ha utilizado desde el primer día. Entre otras cosas, porque embarazo y elecciones se han gestado a la vez. Por eso, cuando se repasan las noticias de los últimos tres meses, se comprobará que no hay líder político en España que haya llegado tan lejos en el marketing electoral.

Todo comienza un lunes. Lunes 19 de enero de 2015. Ese día todos los informativos de radio de la mañana reproducen la noticia que se había filtrado a algunos periódicos. Creo que fue la periodista Lalia González la que se apuntó la exclusiva con un lenguaje clásico, correcto y protocolario, como los partes médicos de los jefes de Estado: “La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, está embarazada de su primer hijo. La dirigente socialista, que deseaba ser madre desde hace mucho tiempo, se encuentra en excelente estado de salud”.

Lo que ocurrió es que, paradójicamente, ese día, el mismo día que se filtró la noticia de su embarazo, la presidenta andaluza tenía programada una visita a una escuela, para inaugurar (¡en enero!) el aula de preescolar. Curiosa coincidencia, desde luego. Pero cuando los periodistas se acercaron a ella para obtener las primeras declaraciones de presidenta embarazada, con lo que se encontraron no fue con un babero, sino con el anuncio sorpresa de que el Gobierno andaluz de coalición tenía una crisis terminal.

¿Está utilizando Susana Díaz su embarazo para ganar votos? Y si lo está haciendo, ¿puede considerarse normal o un exceso de la política, de los políticos?

La presidenta andaluza dijo dos cosas ese día. Que estaba “feliz y contenta” por su embarazo, que lo compatibilizaría con su actividad laboral como “hacen miles de madres” y que ello no iba a afectar “en absoluto” al calendario electoral. Lo segundo que dijo, y esta fue la sorpresa, es que no estaba contenta con su gobierno “porque Andalucía necesita un gobierno sólido y fuerte, y es evidente que esa estabilidad no es la que tenemos en estos momentos". Fue una sorpresa porque, a principios de enero, lo último que se recordaba del Gobierno andaluz es que había aprobado a finales de diciembre, sin problemas ni tensiones, el presupuesto andaluz de 2015.

Lo que ocurrió después es lo que se conoce. En realidad, Susana Díaz no necesitaba meditar nada porque el adelanto electoral estaba decidido, gestado como su embarazo. Y en esta campaña andaluza, no ha habido ni un solo día en el que su embarazo se haya despegado de la agenda. “Quiero mirar a los ojos a mi hijo y decirle que hemos dejado una Andalucía mejor que la que nos dejaron nuestros padres”, dijo en uno de sus primeros mítines. Luego, en uno de esos recorridos clásicos de los candidatos en campaña electoral, saludando a los vecinos, se paró con una señora para hablarle de su bebé: “Este se está portando muy bien. Este parece que quiere contribuir a la mayoría porque no me da ni fatiga, ni cansancio ni nada”. Unos días más tarde, aprovechó su primer debate en televisión con los otros candidatos para aparecer públicamente con su primer traje de premamá.

Y ahora, volvamos a la pregunta inicial. ¿Está utilizando Susana Díaz su embarazo en la campaña? ¿Y debemos considerarlo un exceso? A la primera pregunta, respondo sí. A la segunda, respondo con la expresión que le he robado a mi colega Jabois, en la barra de un bar, como corresponde, porque define bien al personaje. “El embarazo de Susana Díaz comienza a ser el embarazo del pueblo”. Peronismo en estado puro, dice él. Pues eso.

A ver, asunto delicado: ¿está utilizando Susana Díaz su embarazo para ganar votos? Y si lo está haciendo, ¿puede considerarse normal o un exceso de la política, de los políticos? Es un asunto delicado y, por eso, en la primera línea, yo sostengo que sí, que el embarazo está en el ramillete de razones que confeccionó la presidenta de la Junta de Andalucía para adelantar a este mes de marzo las elecciones andaluzas. No quiere decir que sin embarazo no habría elecciones anticipadas, desde luego, pero una vez confirmado, la dirigente socialista lo ha utilizado desde el primer día. Entre otras cosas, porque embarazo y elecciones se han gestado a la vez. Por eso, cuando se repasan las noticias de los últimos tres meses, se comprobará que no hay líder político en España que haya llegado tan lejos en el marketing electoral.

Susana Díaz