Diario Impertinente
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Día 13 - Gais y padrazos, el sexo de los candidatos
Juan Manuel Moreno Bonilla enseña a su familia en un 'spot' electoral, Susana Díaz utiliza su embarazo en campaña y Antonio Maíllo habla de su homosexualidad con la prensa. ¿Nuevos tiempos?
La política española está cambiando de interés íntimo y sexual. Y eso se está empezando a comprobar en estas elecciones andaluzas. Aquí siempre se ha salvaguardado la vida de los políticos, bien porque existía ese pacto tácito en la prensa o bien, si queremos pensarlo así, porque la sociedad española es más tolerante que otras y no está interesada en conocer las aventuras de cintura para abajo de sus dirigentes.
La cuestión es que, incluso en el terreno familiar, siempre ha sido excepcional hasta que un presidente de Gobierno se mostrara con su familia enreportajes de prensa, como sí sucede en Estados Unidos, por ejemplo, donde la popularidad presidencial le llega hasta el perro; no hay presidente de Estados Unidos sin perrito.
Una felación fue la que convirtió en escándalo mundial la presidencia de Clinton y los líos de faldas son los que han cambiado en Francia la tradición, parecida a la española, de no hablar de la vida privada de sus presidentes. François Mitterrand, gran estadista, gran cínico, ocultó durante toda su vida una segunda familia, mujer e hija, que compatibilizaba en secreto con la oficial. La hija de esa segunda familia oculta, de nombre Mazarine Pingeot, cuenta en un libro cómo se hizo cotidiana la extrañeza de una pareja que cada mañana se despedía a escondidas, y mientras “mamá se iba en bicicleta hacia el museo d'Orsay, del que era conservadora, papá se iba en coche oficial al Elíseo, como presidente de la República”.
La política española está cambiando. Y puede ser que también en la vida íntima y sexual de los políticos las cosas comiencen a ser diferentes
¿Debe considerarse que un comportamiento así, como el de Mitterrand, invalida a un político para dirigir un país o nada tiene que ver? Gran debate, desde luego, en el que no necesariamente hay que hablar de moral, sino de la capacidad de engaño de una persona cuando lo aplica a su vida íntima. Ahí está su sucesor contemporáneo, François Hollande, que ha vivido uno de los momentos más críticos de su mandato cuando se airearon sus líos de faldas. Ese momento de puñalada fatal, de la amante despechada, que escribió aquel libro que, ya en el título, era un salivazo, Merci pour ce moment, y contaba las cosas que le decía el presidente mientras estaba desnudo, en la cama, después de un revolcón.
En España, muy lejos de ese nivel, todo lo más que trasciende, ocasionalmente, son las aventuras de algún alcalde o de algún ministro, como le ocurrió a Ruiz-Gallardón. O se levanta una polvareda intensa por la vinculación del cargo y el sexo, como le pasó al presidente extremeño, José Antonio Monago, con tanto viaje a Las Canarias. “Quien quiera hablar de su vida privada que vaya a Gran Hermano. Jamás hablé de la vida privada de nadie y preferiría mi muerte política que cruzar algún día esa raya”, dijo Monago cuando surgióaquella polémica.
Tendría que ver Monago el vídeo de campaña que ha difundido el candidato del PP andaluz, ‘Somos lo que somos’, en el que, con los niños tomando el colacao, la madre del candidato y su mujer cuentan cómo es Juanma, desde que le gustaban los Airgam Boys hasta lo mucho que quiere a Andalucía. Es la imagen clásica de un padrazo, en la que se utiliza a la familia para hacer política. Es como si hubieran pensado:“Si Susana Díaz utiliza su embarazo, ¿por qué no vamos a emplear a toda la familia?”.
Desde luego, lo que está claro es que, a partir de ese vídeo, entenderá Juanma Moreno que si, por ejemplo, algún día se le descubre una amante, que se convierta en noticia por ese motivo. ¿O sólo es noticia la vida oficial que se difunde?
Luego está el episodio aquel, que ya se comentó aquí, de ‘la maja desnuda’ de Podemos, que ha circulado por las redes sociales con profusión como si fuera cierto. ¿Y el candidato de IU? Desde hace tiempo se conocía que Antonio Maíllo era gay, pero la prensa lo trataba, como es habitual, con discreción, sin resaltar su homosexualidad de la misma forma que no se destaca que alguien sea heterosexual. Pero ha sido él mismo el que ha colocado su condición sexual de titular: “Seré el primer presidente gay”, le dijo a los de Vanitatis. Que sí, que la política española está cambiando en muchas cosas. Y puede ser que también en la vida íntima y sexual de los políticos las cosas comiencen a ser diferentes.
La política española está cambiando de interés íntimo y sexual. Y eso se está empezando a comprobar en estas elecciones andaluzas. Aquí siempre se ha salvaguardado la vida de los políticos, bien porque existía ese pacto tácito en la prensa o bien, si queremos pensarlo así, porque la sociedad española es más tolerante que otras y no está interesada en conocer las aventuras de cintura para abajo de sus dirigentes.