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Aguirre amenaza con barrer a la izquierda de todos los pueblos de Madrid
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Alberto Mendoza

La Mirada Indiscreta

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Aguirre amenaza con barrer a la izquierda de todos los pueblos de Madrid

Todo o nada. La izquierda que comanda Tomás invictus Gómez puede desalojar a Esperanza Aguirre de su noble despacho en la Puerta del Sol o quedar

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Todo o nada. La izquierda que comanda Tomás invictus Gómez puede desalojar a Esperanza Aguirre de su noble despacho en la Puerta del Sol o quedar barrida por completo del mapa de poder de la Comunidad de Madrid. El PSOE ha presumido de ser un partido de vocación municipal, pero los socialistas temen que la marea popular acabe con cualquier rastro de su partido en los ayuntamientos madrileños. Hay 179 alcaldías en juego, de las cuales, 110 están actualmente en manos del PP. Un nuevo retroceso del PSM dejaría a la fuerza de Aguirre como el partido único de los madrileños.

La presidenta aristócrata ha maniobrado para consolidar su hegemonía y, mientras se amuralla frente a los flash mob de Gómez, ha lanzado a sus peones a la conquista de los últimos feudos socialistas. Por ejemplo, el portavoz popular en la Asamblea, David Pérez, ha sido enviado a Alcorcón; y el portavoz adjunto, Juan Soler, disputará la Alcaldía de Getafe al eterno Pedro Castro. “Estamos pensando en la Comunidad, pero el día después de las elecciones nos podemos encontrar con 160 municipios en manos del PP”, alertaba un veterano socialista. 

El PP de Madrid obtuvo el 50,38% de los votos en los comicios municipales de 2007. Una amplia victoria que se tradujo en casi 1,5 millones de papeletas y 1.070 concejales repartidos por toda la comunidad. El PSM se quedó con el 33% de los votos y 664 concejales. Por su parte, Izquierda Unida logró 129 ediles. Cuatro años después, el regreso de Jaime Lissavetzky a la política madrileña tampoco ha servido de revulsivo.

El 22-M, la batalla de Madrid será el termómetro de la movilización del electorado progresista frente a la derecha sin complejos. Así ha delimitado el terreno de juego Gómez, quien pronto dejará de ser el hombre que dijo no a Zapatero para convertirse en el hombre que acompaña a Zapatero en el cierre de campaña nacional del PSOE. Será en la madrileña plaza Mayor, un escenario castizo con ecos de la lucha callejera del levantamiento del 2 de mayo de 1808. Ayer, las encuestas amargaron la celebración de este patriótico día al guerrero socialista. Los datos indican que la revuelta contra la condesa todavía no ha comenzado, aunque como dijo Juan Barranco, “si los americanos han acabado con Bin Laden, por qué no vamos a acabar nosotros con las encuestas”. 

Sin duda, la forma física y la resistencia psicológica que ha demostrado Gómez le convierten en un buen aspirante a integrar un comando SEAL de operaciones especiales como el que abatió a tiros al líder de Al Qaeda. Pero el candidato socialista, que prefiere inspirarse en caballeros de espada y cota de malla para sus carteles electorales, tiene una ambición que va más allá de asaltar la Puerta del Sol de madrugada. Como él mismo gusta de relatar con entusiasmo, encabeza una marea socialdemócrata que tras Madrid, se extenderá por España y, más tarde, por Europa.  


De 'Invictus' a 'Indignaos'

Los lectores de Indignaos, de Sthéphane Hessel, y del documental Inside Job, de Charles Ferguson, tienen aquí a su hombre. Banca pública, ley de dependencia, servicios públicos a tope, impuestos a los beneficios de los banqueros… “La política por encima de la economía”. “El modelo socialdemócrata frente al Tea Party”. Pero mientras Gómez desafía al fin de la historia, la encuesta encargada por El País a Metroscopia le concede un 29,1% de los votos y 41 escaños, frente al 33,4% y los 75 escaños del PP. El sondeo de Antena 3 calca estas previsiones: 54,5% de los votos para Aguirre y 29,3 para el PSM. 

Los socialistas madrileños que apoyaron a Trinidad Jiménez se lamentan ante la expectativa de ser arrastrados por el que creen será el primer fracaso electoral de Gómez. “De victoria en victoria hasta la derrota final”, ironizan algunos diputados. Otros, fieles a la causa de la invencibilidad, se recorren la comunidad llevando la palabra de Gómez, pero denuncian las dificultades del terreno de juego. Si Mourinho deja el césped alto y seco para frenar al Barça, en el PSM creen que Aguirre, reconocida fan del portugués, les bloquea mediáticamente desde Telemadrid e impide los debates en TVE. Además, temen las señales que llegan de Europa ante los nuevos titubeos de Grecia y la furia de los mercados, así como el castigo de la abstención que ha cultivado la política económica del Gobierno central. 

En estas condiciones no parece fácil movilizar al electorado de izquierda, pero ahí está la clave. “El 22 de mayo vamos a preguntar a 4,5 millones de ciudadanos y van a contestar que quieren cambio en Madrid”, afirmó ayer Gómez desde la plaza del 2 de Mayo. Un barrio, el de Malasaña, acostumbrado a las emociones fuertes.

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Todo o nada. La izquierda que comanda Tomás invictus Gómez puede desalojar a Esperanza Aguirre de su noble despacho en la Puerta del Sol o quedar barrida por completo del mapa de poder de la Comunidad de Madrid. El PSOE ha presumido de ser un partido de vocación municipal, pero los socialistas temen que la marea popular acabe con cualquier rastro de su partido en los ayuntamientos madrileños. Hay 179 alcaldías en juego, de las cuales, 110 están actualmente en manos del PP. Un nuevo retroceso del PSM dejaría a la fuerza de Aguirre como el partido único de los madrileños.

Tomás Gómez