Es noticia
¡Ojalá Alfredo fuera Yorgos! O la nostalgia izquierdista del PSOE
  1. Elecciones Municipales y Autonómicas
  2. Las Claves de la Jornada
José Antonio Zarzalejos

Las Claves de la Jornada

Por

¡Ojalá Alfredo fuera Yorgos! O la nostalgia izquierdista del PSOE

Los llamados “de la ceja” -que se han pasado con armas y bagajes a Izquierda Unida- fueron ayer oficial y ventajosamente sustituidos por la plataforma ¡Ojalá!

Los llamados “de la ceja” -que se han pasado con armas y bagajes a Izquierda Unida- fueron ayer oficial y ventajosamente sustituidos por la plataforma ¡Ojalá! ganes Alfredo. Ese “Ojalá” constituye una interjección desoladora y que suena a perdedora. Rubalcaba ya tiene su propio grupo de representantes conocidos y solventes de diversos sectores sociales, aunque sin el glamur y el belicismo dialéctico de los Bardem, Almudena Grandes et alii.

Los de ¡Ojalá! bien pueden representar a los miles y miles de cuadros, afiliados y votantes potenciales del PSOE que desearían respaldar a un candidato que hubiese desafiado a los mercados y a la diarquía conservadora formada por Merkel y Sarkozy. Una parte nada desdeñable de la izquierda aplaude con entusiasmo al compañero Yorgos que ha puesto patas arriba la eurozona y la economía occidental con la convocatoria de un referéndum sobre el rescate de sus finanzas por la UE y que en expresión ideológica consiste en “dar voz al pueblo”.

Aunque el primer ministro griego no ha ejecutado otra cosa que un brindis al sol; un gesto testamentario de carácter populista; una escapada estética ante su impotencia; una irresponsabilidad manifiesta ante las proporciones de la crisis, ha logrado que la izquierda haya interpretado su decisión como un corte de mangas a los poderes fácticos. En otras palabras: Yorgos se ha convertido en un icono de la necesaria sublevación democrática ante la dictadura de los mercados.

Ojalá Alfredo, y antes José Luis, hubiesen sido Yorgos, se murmura en la izquierda hispana. Pero ni lo fue Zapatero en mayo de 2010, que tragó; ni lo ha sido ahora Alfredo, cuyo contraste socialdemócrata-socialista queda desvaído -más todavía si eso fuera posible- frente al compañero Yorgos y su PASOK. Todas las comparaciones son odiosas, pero la del griego con el candidato español, lo es especialmente. Un Rubalcaba ahogado en adversidades no se merecía que le saliese por la izquierda un aventurero, convertido ya en referente para la izquierda. Demasiado.

Los llamados “de la ceja” -que se han pasado con armas y bagajes a Izquierda Unida- fueron ayer oficial y ventajosamente sustituidos por la plataforma ¡Ojalá! ganes Alfredo. Ese “Ojalá” constituye una interjección desoladora y que suena a perdedora. Rubalcaba ya tiene su propio grupo de representantes conocidos y solventes de diversos sectores sociales, aunque sin el glamur y el belicismo dialéctico de los Bardem, Almudena Grandes et alii.

Alfredo Pérez Rubalcaba