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Un sistema electoral arbitrario que castiga (IU, UPyD) y premia (PNV, CiU)
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José Antonio Zarzalejos

Las Claves de la Jornada

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Un sistema electoral arbitrario que castiga (IU, UPyD) y premia (PNV, CiU)

No sólo ha de importar el partido que gane las elecciones sino el resultado de todos los que se presentan a los comicios y componen el

No sólo ha de importar el partido que gane las elecciones sino el resultado de todos los que se presentan a los comicios y componen el Congreso y el Senado. Es necesario subrayar que la lectura de las encuestas, en un determinado aspecto, mueve a escándalo. Me refiero a la enorme diferencia, según qué partido, al coste en votos por cada uno de sus diputados.

Si tomamos la encuesta del CIS como referencia, puede observarse lo que digo: CiU obtendría 13 escaños con el 3,31% de estimación de voto; UPyD sólo 3 con una estimación de voto del 2,91%. ¿Dónde está la proporción? Más aún: el PNV lograría 3 escaños con una estimación de voto del 1,17%, es decir, los mismos que el partido de Rosa Díez. Pero es que Izquierda Unida, con una estimación de voto del 6,17% obtendría 8 diputados. De nuevo, obsérvese la relación con los partidos nacionalistas: la formación de Cayo Lara resulta penalizada. Peor aún: Amaiur con una estimación de voto en la encuesta del CIS del 1,05% alcanzaría 3 diputados, lo mismo que UPyD con el 2,91% y prácticamente la mitad que IU con el 6,17%.

¿Consecuencias de esta situación? Dos. Una primera consiste en que el sistema electoral premia a los partidos que se concentran en circunscripciones territoriales muy concretas (caso de Cataluña y País Vasco y sus partidos nacionalistas) y penaliza a las opciones de implantación nacional. La segunda: en estas condiciones es imposible que prospere un partido bisagra de ámbito general -seguirán siéndolo los nacionalistas- e igualmente difícil un trasvase de fuerzas del PSOE a IU que resulte sustancial.

Los nacionalismos vasco y catalán disponen de un sistema electoral que les premia hasta límites llamativos, y la fundación y puesta en marcha de un nuevo partido (es el caso de UPyD) de implantación nacional se antoja poco menos que una tarea de titanes. Por lo demás, las fugas del PSOE por su izquierda, hacia IU, no alcanzan volumen de escaños aunque sea muy significativo el número de sufragios que escapan de los socialistas.

Este desajuste -y hay alguna propuesta digna de ser contemplada como la lista adicional en circunscripción nacional única de 50 diputados como propone el partido de Díez- debe corregirse, no tanto para restar a los nacionalistas cuanto para ser ecuánimes y proporcionales con la relación coste electoral/número de escaños. Siempre habrá un cierto desfase, pero el actual resulta manifiestamente injusto. Es normal que para los partidos pequeños no nacionalistas, la reforma del sistema electoral resulte así una necesidad urgente. Y para la autenticidad de la democracia, también.

No sólo ha de importar el partido que gane las elecciones sino el resultado de todos los que se presentan a los comicios y componen el Congreso y el Senado. Es necesario subrayar que la lectura de las encuestas, en un determinado aspecto, mueve a escándalo. Me refiero a la enorme diferencia, según qué partido, al coste en votos por cada uno de sus diputados.

UPyD CiU