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De cuando Cascos y ‘Cherines’ publicaban ‘La gaviota audaz’ en Gijón
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José Antonio Zarzalejos

Las Claves de la Jornada

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De cuando Cascos y ‘Cherines’ publicaban ‘La gaviota audaz’ en Gijón

Ya veremos si el CIS tiene o no razón. Pero es seguro que Mercedes Fernández, (a) Cherines es la mejor de todas las opciones electorales del

Ya veremos si el CIS tiene o no razón. Pero es seguro que Mercedes Fernández, (a) Cherines es la mejor de todas las opciones electorales del PP frente al FAC de Álvarez Cascos. La trayectoria política de Cherines no se entiende ni interpreta sin su subordinación ideológica y táctica al ex general secretario del PP cuando, además, acumulaba a esa condición el Ministerio de Fomento en el Gobierno de José María Aznar. En realidad, Fernández era la longa manu de Cascos en el Principado. Pero no era, simplemente, una bien mandada.

Cherines tenía iniciativa. Fue ella la que, siguiendo los impulsos de Cascos, en el año 1998, organizó todo un boicot a El Comercio de Gijón, del Grupo Vocento. El ahora jefe de filas del FAC y su adversaria Fernández entendían entonces que el periódico –uno de los más antiguos de España— maltrataba a su partido. Dicho y hecho: Cherines ordenó buzonear Gijón pidiendo a los vecinos que no comprasen el periódico secular. Y para sustituirlo, Cascos y ella lograron que el PP de Asturias imprimiese en Benavente (Zamora) un periódico-panfleto cuya cabecera recordaba a los libelos decimonónicos: La Gaviota Audaz. El asunto divirtió a los militantes populares e inquietó a los socialistas pero quedó en nada. O por mejor decir: demostró de qué forma jugaban sus bazas el uno y la otra.

La realidad es que Francisco Álvarez Cascos, no sólo se cargó el PP asturiano provocando una escisión presidida por el titular de la Junta del Principado –el popular Sergio Marqués, quién creó la Unión Renovadora Asturiana— sino que entregó el poder al socialista Vicente Álvarez Areces (a) Tinín por más de una década. Rematando la faena, el ex general secretario ha emulado a su peor enemigo, el tal Marqués, y ha creado FAC que terminará como la URAS, o sea, en el medio plazo, fuera del parlamento del Principado. Y Paco Cascos, regresando al PP. Al tiempo.

Mercedes Fernández ha sido más lista: contemplada la deriva de su mentor, enfrentada como él a los pastueños dirigentes del PP encabezados por el ex presidente Ovidio Sánchez –quien jamás hubiese ganado allí elección alguna— esperó su momento. Y llegó justo cuando en Génova se dieron cuenta de que la mejor cuña era la de la misma madera. Y ahí estaba Cherines tan audaz como la gaviota audaz con la que él y su contrincante quisieron boicotear –en el peor estilo del PNV con El Correo de Bilbao— al periódico gijonés de más abolengo.

Fernández es tan dura en la derecha como duros son los representantes de la izquierda asturiana. La mina, la agricultura y la ganadería hacen de la asturiana una tierra silente, que llora orbayo un día sí y otro también, con casas indianas abandonadas y en donde los niños son casi una rareza (la tasa de natalidad más baja de Europa). Cuando los conjurados contra la II República quisieron reventarla, eligieron Asturias para hacerlo en 1934. Y demostraron que Don Pelayo salió de aquellos pagos. Cascos y Cherines están hechos de esa aleación telúrica e histórica. No están hechos para que se les lleve la contraria. O sea, son de saga política caciquil. A Javier Fernández, candidato del PSOE, se le ve, pero no se le oye.

Ya veremos si el CIS tiene o no razón. Pero es seguro que Mercedes Fernández, (a) Cherines es la mejor de todas las opciones electorales del PP frente al FAC de Álvarez Cascos. La trayectoria política de Cherines no se entiende ni interpreta sin su subordinación ideológica y táctica al ex general secretario del PP cuando, además, acumulaba a esa condición el Ministerio de Fomento en el Gobierno de José María Aznar. En realidad, Fernández era la longa manu de Cascos en el Principado. Pero no era, simplemente, una bien mandada.

Francisco Álvarez Cascos