Es noticia
El nuevo año 2020 y tú
  1. Empresas
  2. Promising Women
Sylvia Jarabo

Promising Women

Por

El nuevo año 2020 y tú

“¿Qué os parece si estáis dispuestos a compartir cada uno un propósito que tengáis para el año que viene?”

Foto: Foto: EFE.
Foto: EFE.

Hace unas semanas invitamos a unos amigos a cenar a casa. Buena compañía, gin tonics y un entorno tranquilo y acogedor son los mejores ingredientes para una buena tertulia. Después de pasar inevitable revista a la incierta situación política, los avatares y estudios universitarios de los hijos y charlar sobre temas diversos, quise plantear a mis amigos un tema algo diferente. “¿Qué os parece si estáis dispuestos a compartir cada uno un propósito que tengáis para el año que viene?”, aventuré. “Para animar la conversación, empiezo por compartir un par de ellos yo misma”, ofrecí.

Al principio entre risas, después más seriamente, poco a poco cada uno fuimos compartiendo un tema que teníamos en mente, en casi todos los casos una inquietud sobre la que cada uno pensaba que tenía que actuar. Temas interesantes, de carácter personal y de enjundia, que nos permitieron conocernos un poco más y verbalizar ideas sobre algunas de nuestras preocupaciones u oportunidades. Aunque alguno hubo que no se animó a hablar al respecto...

Volví a sacar este tema en una reciente cena de Navidad, esta exclusivamente entre mujeres. “Huy, nos pillas desprevenidas”, se rieron. “No lo hemos pensado, así que habla tú primero mientras lo pensamos”. Hablamos un poquito de esto; ¿hacéis propósitos de año nuevo? Unas sí, pero no los escriben, más bien lo piensan, quizá deslavazadamente; otras lo hacían en septiembre, otras no hacían nada…

El comienzo del año es un buen momento para plantearse un plan de acción personal

Hablando de este tema con mis hijos, les enseñé mi hoja de propósitos del año 2019. Se sorprendieron al ver el carácter mundano de algunos, entre otros de mayor calado. “¿Y cuántos has cumplido?”, me desafiaron. Vaya, yo diría que un 70%. No está mal, no tiro cohetes, pero me parece un buen resultado. Y al menos en casi todos he conseguido avanzar en la dirección propuesta.

Está claro que un nuevo año de calendario es una división artificial que hemos creado para dividir el tiempo, un concepto que se remonta a miles de años atrás. Aun así, el comienzo del año es un buen momento para plantearse un plan de acción personal. Si en la empresa nunca comenzaríamos un proyecto o tarea sin definir los objetivos que esperamos de los mismos, ¿no sería buena idea en nuestro viaje personal hacer algo similar?

Hace bastantes años que escribo mis propósitos de año nuevo por estas fechas. Me suelen salir entre cinco y siete; algunos son más simples, como dormir lo suficiente, y otros más complicados, como alguno ambicioso de carácter profesional. Los puede haber personales, familiares, profesionales, sociales, de pensamiento o espíritu, relativos a la salud o al aprendizaje. Sea lo que fuera, lo que es relevante es el proceso de sentarte, ponerte a pensar y escribirlos. Doce meses son muchos, y si bien es un año más en tu vida, también es uno menos. Cuando acabe este año, y vuelvas la vista atrás, ¿qué te gustaría haber hecho? ¿Qué te gustaría haber alcanzado en este 2020? Hacer el esfuerzo de escribirlos también es relevante. Escribir te fuerza a dar claridad, a pensar más detenidamente y a dejar constancia de tus ideas en un momento dado, que luego podrás revisitar cuando sea conveniente. Recorrer tus prioridades a lo largo de los años también te permite reflexionar acerca del curso que ha ido tomando tu trayectoria personal.

Cuando acabe este año, y vuelvas la vista atrás, ¿qué te gustaría haber hecho? ¿Qué te gustaría haber alcanzado en este 2020?

Pensar qué es lo que queremos hacer en nuestra vida nos ayuda a dar foco a nuestro esfuerzo y atención. A qué queremos dedicar nuestro tiempo, que es nuestro bien más escaso. Lo contrario es estar a la que salta; pues si yo no me pongo objetivos, si no pienso o reflexiono qué es lo que quiero hacer o hacia dónde quiero ir, entonces simplemente los acontecimientos me van llevando de un lado a otro.

En muchos de los cursos y 'trainings' que realizo en el ámbito corporativo, así como en mi práctica de 'coaching', una parte principal trata del establecimiento de los objetivos propios. Y esto no siempre es fácil, pues requiere un ejercicio de autoconocimiento y reflexión, así como de investigación y evaluación de posibilidades. Se trata de indagar en cuáles son mis fortalezas, conocer qué es lo que hago bien y lo que me gusta, qué me motiva y cómo quiero contribuir. Una vez conocido esto, hay que investigar qué posibilidades me cuadran más, qué otras oportunidades existen para mí y evaluar sus costes, beneficios y posibles consecuencias. Este ejercicio, que es relativamente complejo, puede inspirarte para identificar de manera simple tus propósitos de año nuevo.

Te animo, en este último día del 2019, a dedicar un rato a pensar qué quieres hacer a partir de mañana

Identificar mis objetivos es un gran paso, pero es el primer paso. De la misma forma que en nuestro trabajo diseñamos un plan de acción para conseguir los objetivos, deberíamos de pensar algo parecido en nuestro entorno personal. Si me propongo ponerme en forma, tengo que pensar qué actividades voy a realizar, con qué frecuencia y en qué momento del día o de la semana; si lo que quiero es convertirme en experto en determinado campo, tendré que pensar cómo me voy a formar o en qué proyectos tengo que participar. Y además, como la carne es débil, no está de más diseñar estrategias para no tirar la toalla demasiado pronto o a la primera dificultad. Por ejemplo, reportar mi avance a otra persona, llevar un recuento personal de mis hitos o compartir mis objetivos con otras personas allegadas, te puede ayudar a no cejar en ellos. Revisita el estado de tus objetivos a menudo, ponlos en un lugar visible y piensa qué tal vas con respecto a ellos, pues el que no la sigue, seguro que no la consigue.

Por eso te animo, en este último día del 2019, a que dediques un rato a pensar qué quieres hacer a partir de mañana. Cuál es la historia que quieres escribir en ese calendario en blanco que es el 2020. Qué te gustaría poder contar a tu pareja, tus amigos o tu familia que conseguiste con tu esfuerzo y dedicación al final del año.

El tiempo pasa volando. Si no lo has hecho hasta ahora, dirige este año hacia donde tú quieras ir, en la medida de tus posibilidades. Que vuele el tiempo, pero que vuele hacia ese destino que te has propuesto tú.

Hace unas semanas invitamos a unos amigos a cenar a casa. Buena compañía, gin tonics y un entorno tranquilo y acogedor son los mejores ingredientes para una buena tertulia. Después de pasar inevitable revista a la incierta situación política, los avatares y estudios universitarios de los hijos y charlar sobre temas diversos, quise plantear a mis amigos un tema algo diferente. “¿Qué os parece si estáis dispuestos a compartir cada uno un propósito que tengáis para el año que viene?”, aventuré. “Para animar la conversación, empiezo por compartir un par de ellos yo misma”, ofrecí.