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Javier Pérez de Albéniz

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La entrevista irreal

Esta noche TVE emite LA entrevista al rey Juan Carlos. Y digo “LA” entrevista porque su majestad no concede entrevistas a televisiones. Mucho que perder y

Esta noche TVE emite LA entrevista al rey Juan Carlos. Y digo “LA” entrevista porque su majestad no concede entrevistas a televisiones. Mucho que perder y poco que ganar, imagino. Así que piense usted lo achuchadas que tienen que estar las cosas en palacio para que tengan que arriesgar de esta manera tan brutal. ¿Arriesgar? Es un decir: tras el discurso de Navidad menos visto en 15 años, y con el respaldo a la monarquía en un mínimo histórico del 54% (macrosondeo de El Mundo-Sigma Dos), su majestad necesita una campaña publicitaria digna de Freixenet, con burbujitas y todo.

La Casa Real, cómplice en esta pantomima periodística llamada “entrevista” y organizadora de la campaña de blanqueo con que la monarquía viene obsequiándonos desde hace semanas, ha echado mano de la lista de periodistas dóciles. Varios volúmenes, en papel biblia y letra diminuta. Imagino que tras barajar nombres de total garantía, como los de Manuel Campo Vidal o Letizia Ortiz, se han decantado por un clásico: Jesús Hermida.

La Casa Real, cómplice en esta pantomima periodística llamada “entrevista” y organizadora de la campaña de blanqueo con que la monarquía viene obsequiándonos desde hace semanas, ha echado mano de la lista de periodistas dóciles. Imagino que tras barajar nombres de total garantía, como los de Manuel Campo Vidal o Letizia Ortiz, se han decantado por un clásico: Jesús HermidaJuntos, entrevistador y entrevistado, suman 150 años. Cifra mágica, siglo y medio, que quizá no garantice talento o profesionalidad, pero sí madurez y saber estar. No debería por tanto extrañarnos que se trate de una entrevista “sin preguntas de actualidad”, según han reconocido tanto TVE como el propio periodista.

Bien hecho. ¿A qué ciudadano podría interesarle la actualidad? ¿Qué periodista estaría dispuesto a perder tiempo y prestigio preguntando por urdangarines, botsuanas, corinas, cataluñas, parados y demás minucias? Estos temas banales, que a nadie preocupan, no deberían distraernos de lo realmente importante: ¿Qué estaba haciendo su majestad a las 2:56 del 21 de julio de 1969, el momento en que Hermida retransmitió la llegada del hombre a la luna?

Se trata de una charla “atemporal”, insisten fuentes de TVE, en la que el Rey habla de “su generación y su reinado”. ¿Su generación y su reinado? Material para museos arqueológicos, pensará el lector antisistema. De ninguna manera, puesto que en los numerosos promo-reportajes con que nos deleitan estos días los telediarios de TVE hemos podido ver y escuchar cosas que nos ayudan a entender la monarquía, y a respetar su papel en la democracia.

Como, por ejemplo, un momento en que Juan Carlos I mira a cámara y cuenta su ascenso laboral: “Al principio de casados, en el año 63, yo no sabía qué iba a hacer, entonces fui al general Franco y le dije: mi general, ¿quiere usted que haga algo en concreto? Y me miró, un poco así, y me dijo: No, ahí tiene usted España y que le conozcan los españoles”.

El bueno de Franco… Sería un dictador y todo lo que usted quiera, pero hay que reconocer que tenía don de gentes y gran facilidad de palabra, y que nos dejó en buenas manos. “Ahí tiene usted España y que le conozcan los españoles”, sentenció el Caudillo. No es de extrañar que los españoles hayamos necesitado casi 40 años, otra cifra mágica, para conocer en toda su grandeza a Juan Carlos, uno de los hombres de Estado más importantes de las últimas décadas, uno de esos estadistas y oradores que surgen de pascuas a ramos, y un cazador de leyenda.

Como avezado crítico de televisión, y aprovechando las dudas que han surgido últimamente en la profesión periodística, le confieso que podría realizar la reseña de esta entrevista irreal antes incluso de su emisión. Recuerde que Hermann Tertsch grabó la crónica de la última huelga general para Telemadrid un día antes de que comenzase la misma. Pero soy de otra pasta, y en un alarde de prudencia y profesionalidad me limitaré a recordarle que, tras LA entrevista, el programa Informe semanal ofrecerá un reportaje monográfico en el que alrededor de 25 personalidades de la política, la cultura, el arte, la economía o el deporte, todos de la quinta del Rey, opinan de la gestión del monarca. Cebrián, Ángel Nieto, Eduardo Punset, Antonio Gala, Manolo Santana… Una selección muy completita, la verdad, en la que solo echo en falta a alguien potente del mundo del espectáculo, no sé, alguien con chispa, por ejemplo una exdomadora o una vedette de postín.

Esta noche TVE emite LA entrevista al rey Juan Carlos. Y digo “LA” entrevista porque su majestad no concede entrevistas a televisiones. Mucho que perder y poco que ganar, imagino. Así que piense usted lo achuchadas que tienen que estar las cosas en palacio para que tengan que arriesgar de esta manera tan brutal. ¿Arriesgar? Es un decir: tras el discurso de Navidad menos visto en 15 años, y con el respaldo a la monarquía en un mínimo histórico del 54% (macrosondeo de El Mundo-Sigma Dos), su majestad necesita una campaña publicitaria digna de Freixenet, con burbujitas y todo.