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Nace la Infanta Sofía: el azar se alía con Zapatero por segunda vez
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Antonio Casado

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Nace la Infanta Sofía: el azar se alía con Zapatero por segunda vez

De vez en cuando, la propia actualidad nos rescata de las cansinas controversias de la política nacional, enredada estos días con el blanqueo electoral de los

De vez en cuando, la propia actualidad nos rescata de las cansinas controversias de la política nacional, enredada estos días con el blanqueo electoral de los amigos de ETA. Y justo cuando andábamos en bizantino debate sobre contaminación "cualitativa" y la contaminación "cuantitativa" de las listas de Batasuna, nos pilló el segundo parto de doña Letizia, camino de convertirse, por cierto, en la Niña de los puentes.

Dicho sea con todos los respetos para la princesa de Asturias, que ayer trajo al mundo a una nueva infanta. Leonor vino en el puente de Todos los Santos y su hermana pequeña -Sofía, claro, no podía ser otro el nombre-, en el del Primero de Mayo. Quizás sea un desquite por las no pocas guardias laborales de la periodista que fue doña Letizia. Pero que todos los sobresaltos periodísticos de un fin de semana en formato puente sean por noticias tan agradables como ésta.

Niña, como ya se sabía. Favor que a Rodríguez Zapatero le hace el azar. O la azarosa naturaleza, aliada con el presidente del Gobierno en dejar para mañana lo que podía haber hecho ayer. Me refiero a la idea de acabar con la prevalencia del varón sobre la mujer en el orden sucesorio, una de las cuatro reformas constitucionales prometidas por Zapatero y ya olvidadas en la agenda de la presente Legislatura.

Doña Letizia -o el azar, vale- le ha concedido una prórroga al Gobierno pero la reforma sigue siendo una asignatura pendiente. No conviene que el legislador se duerma en los laureles, sobre todo a la vista del empeño de los príncipes de Asturias en convertir su hogar en una guardería.

Aunque el eventual nacimiento de un varón replantearía el problema, ya estamos más bien ante una cuestión de principios. En un país donde se legisla en términos de igualdad entre hombre y mujer, e incluso de discriminación positiva, no tiene sentido mantener viva esa antigualla machista que figura en el artículo 57 de la Constitución Española.

Doña Sofía, la nieta, se coloca en estos momentos en el tercer puesto de la sucesión a la Corona, por detrás de su padre y de su hermana Leonor. Y así será para siempre si no llega un hermano antes de que se promulgue la reforma pendiente. Un tercer lugar del orden sucesorio que multiplicará las posibilidades de socialización de la nueva infanta. Me explico: doña Sofía no vivirá bajo la presión institucional del rango sucesorio de su hermana, doña Leonor. Y eso será lo que gane en cercanía a la España real. Aunque vaya usted a saber lo que la vida le depara a la nueva infanta y nos depara a todos.

De vez en cuando, la propia actualidad nos rescata de las cansinas controversias de la política nacional, enredada estos días con el blanqueo electoral de los amigos de ETA. Y justo cuando andábamos en bizantino debate sobre contaminación "cualitativa" y la contaminación "cuantitativa" de las listas de Batasuna, nos pilló el segundo parto de doña Letizia, camino de convertirse, por cierto, en la Niña de los puentes.

Fundación Reina Sofía