La respetable pero incierta aventura política de Savater y Rosa Díez

Amplia y significativa repercusión mediática del anuncio, aunque la cosa va por barrios. Los nombres de Fernando Savater, filósofo y firma habitual de El País, y Rosa Díez, eurodiputada socialista y ex rival de Zapatero en la lucha por la secretaría general del PSOE, estuvieron ayer en todos los corrillos al conocerse su intención de poner en marcha un nuevo partido a escala nacional en la estela, al parecer, de Ciudadanos de Cataluña.

Se habla de "tercera vía", "desencanto socialista", "escisión del PSOE", "reacción contra la política de Zapatero", contra el "desguace" de España y cosas así. El entusiasmo de terceros ante la noticia superó incluso al de sus promotores que, lógicamente, reclaman paciencia. La intención, tras la reunión de unas cuantas personas el pasado fin de semana en San Sebastián, sólo vive en servilletas de papel. Por ahora. Demasiado pronto para tomar medidas a un proyecto todavía innominado. Esperemos con interés y respeto la botadura del barco.

Si nos fiamos de lo que dicen que figura en los primeros diseños, llevaría el antinacionalismo en la eslora, el laicismo en la manga y el federalismo simétrico en el puntal. Pero el elemento más visible de sus motivaciones fundacionales es una enmienda a la totalidad de la política antiterrorista del actual Gobierno de la Nación. Por eso, su primera propuesta sería derogar completamente la estrategia del presidente, Rodríguez Zapatero, basada en los tratos con ETA y su mundo para intentar la reinserción democrática del nacionalismo radical. Resalta además su apuesta por recuperar la línea dura del Gobierno Aznar, a la luz del Pacto Antiterrorista (diciembre 2000).

El desenlace del fenómeno de ETA está por ver. Y Zapatero no es eterno. Los electores pueden expulsarle en cualquier momento, como a todos los gobernantes democráticos. Tampoco es eterno Rajoy. Uno de los dos no estará en la siguiente Legislatura porque la confrontación entre ambos no busca el desgaste sino la muerte política del otro. Por tanto, tiene poco sentido fletar un partido a pocos meses de unas elecciones generales en las que la desaparición de Rajoy o Zapatero de la política nacional será decisiva en el cambio de las circunstancias que empujan a Savater, Rosa Díez, Carlos Martínez Gorriarán, Nicolás Gutiérrez y otros, a dar un saludable paso al frente en materia de compromiso político y participación ciudadana.

"Solo es un deseo, nada definido", decía ayer Fernando Savater, ausente en la reunión del fin de semana en San Sebastián, pero muy presente, de nuevo, en la prensa nacional con uno de sus lúcidos artículos contra la política antiterrorista de un "mal aconsejado" Rodríguez Zapatero. Lúcidos y valientes. Esta vez ('Indios y sociólogos' se titula el artículo de ayer) centra su reprobación pública en quienes, como el fiscal Conde Pumpido y el profesor Pérez Royo, parecen más motivados por defender el derecho del ciudadano a elegir que por impugnar la condición antidemocrática del elegible. En esas estamos, tratando de saber si hay un punto medio o la voluntad de encontrarlo.