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¿Quién teme una luna de miel entre el Vaticano y el Gobierno Zapatero?
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Antonio Casado

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¿Quién teme una luna de miel entre el Vaticano y el Gobierno Zapatero?

Los medios de la izquierda hablan de malestar entre los "sectores laicistas" del PSOE. Y los de la derecha hablan de espejismo, insinuando que las espadas

Los medios de la izquierda hablan de malestar entre los "sectores laicistas" del PSOE. Y los de la derecha hablan de espejismo, insinuando que las espadas (memoria histórica, educación para la ciudadanía, matrimonios homosexuales, divorcio express, etc) siguen en alto ¿Pero realmente el Gobierno y la Iglesia están a partir un piñón, tras el paso de la vicepresidenta por Roma?

No le sirvió de mucho a Fernández de la Vega, pasear su "mirada positiva" por el rostro de los cardenales españoles, mesa y mantel por medio, mientras parafraseaba en latín a San Agustín: "En la necesidad, todos juntos; en la duda, libertad para elegir, y siempre, la caridad con el prójimo" (Traducción libre del latinajo, no se molesten). La parte más activa del Episcopado, que también está de campaña -relevo en la cúpula dentro de tres meses-, no comparte la impresión de que la Iglesia y el Gobierno de España estén viviendo una especie de luna de miel.

Cada uno cuenta la feria a su modo. Lo del buen momento de las relaciones del Gobierno con la Iglesia de Roma no encaja en el discurso de quienes ven a Zapatero como un heraldo del anticristo. Sin embargo, las atenciones del número dos de la Santa Sede, Tarsicio Bertone, con la "vice", cuando el Ejecutivo ya ha autorizado un aumento del 34% en la financiación estable de la Iglesia Católica a través del IRPF, prueban que el radicalismo de Zapatero es un invento. Un "montaje", dirían quienes recurren a los "montajes" para crear climas artificiales, o dejar señuelos entre la niebla y perseguirlos después.

Son sectores políticos, mediáticos y religiosos que necesitan a un Zapatero realmente excesivo y radicalizado para que su discurso falaz -el de dichos sectores-, no se les escurra entre los dedos, como los peces sorprendidos de García Lorca. Les está empezando a pasar, después de la absurda y fracasada ofensiva contra la Educación para la Ciudadanía. Y no se resignan.

Lo ultimísimo es lo del sábado, en Roma, durante la cena de cardenales españoles ofrecida por el embajador ante el Vaticano, Francisco Vázquez, católico, apostólico, romano y socialista de toda la vida. Horas antes de recibir el anillo de cardenal, el obispo de Valencia, monseñor García Gasco, ponía en guardia a los poderes públicos frente a los peligros de construir una sociedad al margen de Dios. Según los comensales, el tono de las palabras del ya flamante cardenal era de reproche. Y también se nos cuenta que las pronunció sin dejar de mirar a la vicepresidenta, Fernández de la Vega.

Conviene recordar que García Gasco pasa por ser uno de los obispos más críticos con el Gobierno Zapatero. Sin olvidar al mensajero. O sea, el diario ABC, un portavoz clásico de la España tradicional. Es donde se detecta el mayor empeño en aguar el vino dulce de la buena sintonía hispano-vaticana. Por tanto, habrá que tomarse en serio la admonición del órgano del pensamiento conservador, que, por cierto, también está de mudanza en la dirección, como el Gobierno y como el Episcopado, cuando nos recuerda desde su primera página que "pese al buen momento de las relaciones Gobierno-Santa Sede, los cardenales españoles mantienen discrepancias con el Ejecutivo en temas fundamentales".

Los medios de la izquierda hablan de malestar entre los "sectores laicistas" del PSOE. Y los de la derecha hablan de espejismo, insinuando que las espadas (memoria histórica, educación para la ciudadanía, matrimonios homosexuales, divorcio express, etc) siguen en alto ¿Pero realmente el Gobierno y la Iglesia están a partir un piñón, tras el paso de la vicepresidenta por Roma?

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