Cayo Lara (IU), con hambre atrasada: ¿Una huelga general contra Zapatero?

Pocos, mal avenidos y desorientados. Esa es la imagen que los militantes y dirigentes de Izquierda Unida han ofrecido en el largo y penoso proceso de renovación interna que se cerró el domingo pasado con la elección de Cayo Lara como nuevo coordinador de la tercera fuerza política de ámbito nacional. Lo de mal avenidos se reflejó en el número de candidaturas (tres que se quedaron en dos a última hora). Y aunque de momento se impone el esperar y ver, la desorientación se detecta en la primera declaración de intenciones del nuevo líder de IU, no precisamente amistosas con la izquierda desteñida, pero izquierda al fin y al cabo, que hoy por hoy reina en España ¿Prepara Cayo Lara una estrategia de acoso y derribo a Zapatero, como tarea prioritaria de la nueva IU?

 

Teniendo en cuenta que Izquierda Unida recogió su mejor cosecha electoral (21 diputados) en convergencia de intereses con el PP en la Legislatura 1993-1996 (la llamada “pinza” de Aznar y Anguita contra González), pudiera ser la consecuencia de un cálculo. Es legítimo, pero no muy coherente. Al menos en la perspectiva y el lenguaje de un comunista no contaminado con la aversión mutua que se forjó al final de la guerra civil (la sombra de Besteiro y el coronel Casado). A saber: que se repitiera una operación cuyo desenlace fue la caída de la izquierda y el acceso de la derecha al poder, que es lo que ocurrió en las elecciones de marzo del 96.

En “Herrera en la Onda” nos explicaba ayer Cayo Lara que de ninguna manera ha hecho llamamientos a la huelga general. El matiz: con el Gobierno Zapatero vamos camino de ver creadas las condiciones para una huelga general. No es lo mismo, según él. Ya empezamos con el camuflaje semántico, tan propio de los primeros espadas de la clase política, un cartel al que acaba de incorporarse con la fuerza del recién llegado este veterano de la política sindical, agraria y municipal.

Como si viniera con hambre atrasada pone sello de urgencia en su primer mensaje a los votantes. Consiste en apresurarse a denunciar la “relajación” -es la palabra utilizada- en la crítica al Gobierno Zapatero ¿Y qué hace de malo el Gobierno Zapatero en la perspectiva de un votante de izquierdas? El sucesor de Llamazares lo tiene claro: es netamente conservador, le quita el dinero a los ciudadanos para dárselo a los banqueros, su gestión está creando casi 200.000 parados por mes y además nos engaña al hacernos creer que en cuestión de horas hemos pasado del país de Alicia -el de las maravillas- a las puertas del infierno.

Ergo, si seguimos así -sostiene Cayo-, si el Gobierno sigue en la onda de las políticas neoliberales “se estarían dando las condiciones para que los sindicatos convocasen una huelga general”.

Es como retroceder en el túnel del tiempo. La huelga general como arma política. No como un fin en si misma, sino como instrumento. Y, en este caso, no precisamente de apoyo al actual Gobierno socialista. Nada extraño en un veterano dirigente del Partido Comunista de España. El peso de la memoria. Se ve, se ve, la fuerza del PC. Por eso le cuadra lo del hambre atrasada al nuevo coordinador de Izquierda Unida.