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El PP contraataca: la recusación de Garzón o la venda sin herida
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Antonio Casado

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El PP contraataca: la recusación de Garzón o la venda sin herida

El escrito de recusación presentado por el PP contra el juez Garzón solo tiene un fallo: se pone la venda antes de sufrir la herida. Las

El escrito de recusación presentado por el PP contra el juez Garzón solo tiene un fallo: se pone la venda antes de sufrir la herida. Las acusaciones de los periódicos (se habla de “trama de corrupción que salpica al PP”) no aparecen en la causa 275/2008 sobre la llamada “operación Gürtel”. Véase el auto de prisión dictado ayer por el juez contra el presunto cerebro de dicha trama, Francisco Correa, y otros. No se menciona para nada al PP. Simplemente habla de “funcionarios y autoridades públicas” cuya identidad se está investigando, que habrían aceptado “dádivas” y “sobornos” a cambio de favorecer a las empresas de la trama controlada por el tal Correa.

A pesar de todo, el PP ha decidido personarse en la causa como acusación particular, en paso previo a la recusación. La personación le convierte en parte del proceso, con acceso a toda la información de la causa cuando se levante el secreto. Y además, le faculta para formular acusaciones contra los funcionarios o autoridades públicas que hayan podido incurrir en los delitos imputados (cohecho, tráfico de influencias, blanqueo de dinero y evasión fiscal).

Nada que objetar. Meritorio alineamiento judicial del PP contra la corrupción en ámbitos políticos e institucionales. Es la sustancia de una personación como acusación particular contra quienes utilizan el ejercicio de un cargo público para redondear su patrimonio personal. Sin embargo, la recusación de Garzón por “enemistad manifiesta contra el PP”, en justa apelación al derecho a un juez imparcial, supone dar por sentado que los cargos públicos que acabarán sentándose en el banquillo `pertenecen a este partido.

Eso es adelantarse a los acontecimientos y darle vuelo al masivo proceso de asignación de intenciones que está caracterizando el debate político y mediático. Por uno y otro lado. En ese mal incurre el ministro de Justicia, Fernández Bermejo, cuando se aventura a afirmar que la enormidad de la contraofensiva del PP se corresponde con la enormidad de lo que quiere ocultar ¿Acaso ya tiene conocimiento de lo que el PP quiere ocultar? En lo mismo incurre la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, cuando se defiende atacando al PSOE porque “cree el ladrón que todos son de su condición”.

Las dos iniciativas sustanciadas ayer por el PP, la personación en la causa y la consiguiente recusación del juez,  responden al convencimiento más o menos fundado de que Baltasar Garzón solo es el instrumento de una gran conspiración de naturaleza política urdida por el PSOE mediante el uso partidista de ciertas instituciones. Acabáramos. En ese caso, se puede discutir. O se debe, ¿por qué no? Unos detectarán la trama del PP y otros la trama contra el PP. Hay fundados argumentos para sostener A y para sostener B. Pero todos deberíamos tener un mismo respeto al funcionamiento de las instituciones y una común voluntad de combatir la corrupción en la vida pública.

Por eso hay que decir amén a Mariano Rajoy cuando afirma que el PP “es un proyecto honorable apoyado por 10 millones de españoles”, pero “si algún militante hace algo reprobable, actuaremos con contundencia”. Sin embargo, se sale de madre cuando confunde molinos de viento -o molinillos- con gigantes. Porque, entre otras cosas, fomenta los excesos verbales de su gente. Un ex alto cargo del Gobierno Aznar se refería ayer a la famosa cacería Garzón-Bermejo como “un golpe de Estado” y “atentado al Estado de Derecho”. En esos aparatosos rasgados de vestiduras tienden a ocultarse los elementos indeseables de los que el otro día hablaba Antonio Basagoiti. Los hay en todos los partidos.

El escrito de recusación presentado por el PP contra el juez Garzón solo tiene un fallo: se pone la venda antes de sufrir la herida. Las acusaciones de los periódicos (se habla de “trama de corrupción que salpica al PP”) no aparecen en la causa 275/2008 sobre la llamada “operación Gürtel”. Véase el auto de prisión dictado ayer por el juez contra el presunto cerebro de dicha trama, Francisco Correa, y otros. No se menciona para nada al PP. Simplemente habla de “funcionarios y autoridades públicas” cuya identidad se está investigando, que habrían aceptado “dádivas” y “sobornos” a cambio de favorecer a las empresas de la trama controlada por el tal Correa.

Francisco Correa Baltasar Garzón