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Camps cuenta con un final feliz ante los jueces, ¿y ante los votantes?
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Antonio Casado

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Camps cuenta con un final feliz ante los jueces, ¿y ante los votantes?

Hablamos de Camps, sobre el que planea la sospecha de haber cometido un delito de cohecho. Antes, implicado. Desde ayer, imputado. Eso no quiere decir gran

Hablamos de Camps, sobre el que planea la sospecha de haber cometido un delito de cohecho. Antes, implicado. Desde ayer, imputado. Eso no quiere decir gran cosa. Otros diez presidentes autonómicos han pasado ya por esa situación. El último, Juan José Ibarretxe, con final feliz. El mismo que el portavoz del PP, González Pons, anuncia ahora para el presidente valenciano, citado a declarar como imputado el próximo martes ante el Tribunal Superior de la Comunidad.

 

No va desencaminado Pons cuando anuncia que los hechos le darán la razón “jurídica” a Camps. Añade que también le darán la razón “ética” y la “política”. Y eso ya es mucho suponer. No es técnicamente fácil demostrar que la supuesta conducta del president encaja en el referido tipo penal (cohecho). Otra cosa son las consecuencias políticas del culebrón, que está proyectando una imagen de Camps indeseable para él y para su partido. Ese horizonte es mucho más incierto. Sería muy aventurado anunciar un desenlace sin coste para el presidente valenciano.

“Final feliz” fue la expresión utilizada ayer por el portavoz del PP a escala nacional, Esteban González Pons. Responde al cálculo político de su partido y del propio Camps. Convencidos de que habrá exculpación penal, tratan de ganar tiempo hasta que los jueces valencianos exculpen al aforado president del supuesto delictivo que se le atribuye en la causa remitida por el juez Garzón el pasado 21 de abril. Según este magistrado de la Audiencia Nacional, Camps habría recibido “dádivas o regalos” por valor de 12.700 euros “en consideración a su función” (la de un alto funcionario público) “o para la consecución de un acto no prohibido legalmente” (por ejemplo, adjudicación de contratos a ciertas empresas).

Los entrecomillados pertenecen al artículo 426 del Código Penal en el que se tipifica el delito del cohecho. El núcleo de este artículo está en la motivación de las dádivas o regalos (los trajes, para entendernos) ¿Por ser quien es o por simple amistad? Esa es la incógnita a despejar por el magistrado José Flors, que ha citado a declarar a Camps. Porque si resultase que le han regalado unos trajes el tal Álvaro Pérez porque le quiere “un huevo” y no porque sea presidente de la Generalitat valenciana, su exculpación está cantada.

Hablamos, insisto de la exculpación penal. Harina de otro costal es la exculpación ética. O reprobación, en su caso. Eso ya no depende de los jueces sino de los ciudadanos. Así como la exculpación o reprobación política, que depende de los votantes. El cálculo de Camps es que la exculpación penal despejará también su horizonte político. Es lo que espera, para poder decir luego que ha sido tratado injustamente y que, como siempre sostuvo, no había nada reprobable en su conducta.

En realidad ya lo está diciendo. Tanto él como la dirección nacional de su partido, que valoran el emplazamiento judicial del martes que viene como el fin de la indefensión de Camps. Ayer mismo el presidente valenciano, en la habitual sesión de control parlamentario de los jueves, reiteraba su disposición a ir “donde haga falta” para demostrar que no tiene nada que ocultar. Lo dice pero no lo cumple. Seguramente por pensar que no hace ninguna falta hablar de lo suyo ante el Parlamento o ante los medios de comunicación, donde nadie ha conseguido que cuente nada. “Porque no hay nada que contar”, suele decir. Bueno, vamos a verlo. Esperemos que ante el magistrado Flors sea más explícito que ante los ciudadanos y ante sus representantes parlamentarios.

Hablamos de Camps, sobre el que planea la sospecha de haber cometido un delito de cohecho. Antes, implicado. Desde ayer, imputado. Eso no quiere decir gran cosa. Otros diez presidentes autonómicos han pasado ya por esa situación. El último, Juan José Ibarretxe, con final feliz. El mismo que el portavoz del PP, González Pons, anuncia ahora para el presidente valenciano, citado a declarar como imputado el próximo martes ante el Tribunal Superior de la Comunidad.

Francisco Camps