Eguiguren y Mayor Oreja, sobrantes en la recta final de ETA

El ex ministro Mayor Oreja, por la derecha, y Jesús Eguiguren, presidente del PSOE vasco (PSE), por la izquierda, se han convertido en dos figuras sobrantes en la estrategia concertada por el Gobierno y el PP para gestionar el tramo final de ETA. Ni lo que dice el uno ni lo que dice el otro encaja en el consenso antiterrorista de las dos principales fuerzas políticas nacionales.

Ese consenso es perfectamente reconocible en el pacto vasco PSE-PP, en las iniciativas conjuntas para cerrar el paso a los amigos políticos de ETA hacia las instituciones, en la puntual información que el principal partido de la oposición va recibiendo de los pasos del Gobierno en política antiterrorista y, sobre todo, en la misma voluntad política de acabar para siempre con la violencia como herramienta política.

El presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, ha declarado públicamente que le importan los hechos y no las palabras. Es decir, que no está dispuesto a rasgarse las vestiduras porque lo que diga el lehendakari, Patxi Lopez, o cualquier otro dirigente socialista, parezca o deje de parecer complaciente con los amigos políticos de ETA. Sobre todo en vísperas electorales, cuando los discursos suelen hacerse mirando al tendido. Así que, según Basagoiti, hechos y no palabras, antes de procesar las intenciones de nadie.

Por otro lado, en rueda de prensa del presidente del Gobierno junto a su colega polaco, Donald Tusk, el pasado jueves en Moncloa, Rodríguez Zapatero dijo claramente que será muy difícil la legalización de Sortu o de cualquier otra forma continuista de Batasuna mientras la organización terrorista siga viva. Es la primera vez que Moncloa vincula la legalización de los amigos políticos de ETA, que ayer presentaron sus alegaciones a las demandas de la Fiscalía y la Abogacía del Estado, con la desaparición de la banda. Si no ha sido improvisación palabrera de Zapatero, hay  un punto de inflexión.

Zapatero dijo claramente que será muy difícil la legalización de Sortu o de cualquier otra forma continuista de Batasuna mientras la organización terrorista siga viva

Ya no se trataría de que la izquierda abertzale eligiese entre urnas o pistolas, según el mantra de Rubalcaba. Ahora se trataría de esperar a la desaparición de las pistolas (por derrota policial, por desistimiento o por extinción), como condición previa de un eventual blanqueo de la izquierda abertzale. Y de que ETA y las pistolas siguen ahí hemos tenido suficientes pruebas durante estos últimos días, con varias detenciones y la incautación de una considerable cantidad de explosivos suficientes para ser utilizados en cualquier momento.

Inequívocas posiciones, pues, de Basagoiti y de Zapatero. Sin embargo, ciertos sectores del PP, poco adictos a la línea oficial de la dirección, como el propio Mayor Oreja, prefieren quedarse con lo que dice el socialista Jesús Eguiguren, poco adicto a la actual política antiterrorista de la dirección oficial de su partido. Lo cierto es que Eguiguren acaba de desmentir a Mayor Oreja al reclamar más valentía de su partido para blanquear a los amigos políticos de ETA.

Demasiado valiente está siendo el Gobierno socialista, según Mayor Oreja, que no pierde ocasión de sugerir maliciosamente el entendimiento de Zapatero con ETA por debajo de la mesa. Supongo que el ex ministro explicará en cualquier momento que Eguiguren no tiene ningún motivo para sufrir ese ataque de contrariedad por la cobardía de Zapatero ¿Se dan ustedes cuenta de lo absurdo de la situación?