Es noticia
Poco ambiente de huelga general en vísperas del 14-N
  1. España
  2. Al Grano
Antonio Casado

Al Grano

Por

Poco ambiente de huelga general en vísperas del 14-N

La idea de la CES (Confederación Europea de Sindicatos) es llevar el malestar social a la calle con distintas modalidades de movilización contra las políticas de

La idea de la CES (Confederación Europea de Sindicatos) es llevar el malestar social a la calle con distintas modalidades de movilización contra las políticas de recortes y empobrecimiento que se están aplicando en la UE. En España las grandes centrales han optado por la huelga general, como en Portugal, Grecia y una de cuatro horas en Italia. En los demás países se limitarán a otras formas de movilización como marchas masivas, manifestaciones de protesta u otros actos de solidaridad con los trabajadores, primeras víctimas de la crisis económica.

La respuesta española al llamamiento se ha concretado en una huelga general pura y dura durante la jornada de mañana, 14 de noviembre, “en contra de las regresivas políticas adoptadas por el Gobierno del PP y en exigencia de políticas alternativas basadas en el crecimiento, el empleo y la cohesión social”, según se lee en la resolución aprobada el pasado 19 de octubre por el Comité Confederal de la UGT, sindicato históricamente vinculado al PSOE. Uno de los detalles incorporados por el Gobierno a su discurso: “Es una huelga política”.

En la convicción de que la jornada de mañana también va a pasar sin pena ni gloria, Moncloa ha elegido un perfil bajo y no entra al trapo del discurso sindical. No muy distinto del discurso del PSOE, que no convoca la huelga general pero comparte los motivos: más recesión, más paro, menos derechos y más desigualdades

Por supuesto que es una huelga política en el mejor sentido de la palabra. Incluso en el peor, el que descalifica la convocatoria porque favorece o coincide con los planteamientos de un determinado partido ¿Y qué? También fue una huelga general política la que al Gobierno de Zapatero le endosaron los sindicatos, los mismos sindicatos, el 29 de septiembre del año pasado por las mismas razones de fondo.

Los que tenemos memoria recordamos que en aquellas vísperas del 29-S, con el PP en la oposición, se produjo un significativo apagón en las alusiones a la falta de representatividad de los sindicatos y su tendencia a vivir de la sopa boba del Estado, por aquello de que los enemigos de mis enemigos son mis amigos, aunque sólo sea un rato. También eso es política en el peor de los sentidos (el aspirante lucha por el poder y el titular lucha por conservarlo). La proverbial fobia antisindical de la derecha sin complejos reapareció con motivo de la huelga general del pasado 29 de marzo (contra la reforma laboral del Gobierno Rajoy), cuyo éxito de crítica y público fue perfectamente descriptible.

En la convicción de que la jornada de mañana también va a pasar sin pena ni gloria, Moncloa ha elegido un perfil bajo y no entra al trapo del discurso sindical. No muy distinto del discurso del PSOE, que no convoca la huelga general pero comparte los motivos: más recesión, más paro, menos derechos y más desigualdades. Con el añadido de que “hay otro modo de hacer las cosas”, un mantra de Pérez Rubalcaba presente en el breviario de lemas para las marchas y manifestaciones de la huelga general de mañana. Por supuesto que es política. También lo es explicarla como una revancha de los sindicatos por la pérdida de privilegios y el mal trato recibido de este Gobierno.

En todo caso, veamos en el 14-N una toma de temperatura a los sindicatos. Como en la huelga del pasado 29 de marzo, mañana se vuelve a poner a prueba su capacidad de arrastre. Es una de las dos magnitudes sometidas a la prueba de la realidad. La otra es el grado de malestar social por los recortes del Gobierno. Entretanto, el abajo firmante da por buena la impresión de que no hay ambiente de huelga general, a pesar de los esfuerzos que vienen haciendo los líderes sindicales en las asambleas de delegados que se han estado celebrando a lo largo de los últimos días, con una participación itinerante muy activa de Fernández Toxo (CC.OO.) y Cándido Méndez (UGT).

La idea de la CES (Confederación Europea de Sindicatos) es llevar el malestar social a la calle con distintas modalidades de movilización contra las políticas de recortes y empobrecimiento que se están aplicando en la UE. En España las grandes centrales han optado por la huelga general, como en Portugal, Grecia y una de cuatro horas en Italia. En los demás países se limitarán a otras formas de movilización como marchas masivas, manifestaciones de protesta u otros actos de solidaridad con los trabajadores, primeras víctimas de la crisis económica.