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Depardieu e imitadores, cero en patriotismo y ciudadanía
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Antonio Casado

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Depardieu e imitadores, cero en patriotismo y ciudadanía

“Las nacionalidades no se coleccionan”, ha dicho el responsable de la comisión de nacionalizaciones de Bélgica, Georges Dallemagne, mirando hacia Gerard Depardieu, al saber que el

“Las nacionalidades no se coleccionan”, ha dicho el responsable de la comisión de nacionalizaciones de Bélgica, Georges Dallemagne, mirando hacia Gerard Depardieu, al saber que el presidente ruso, Vladimir Putin, le ha ofrecido un pasaporte de su país. El actor está a punto de dar un antipatriótico corte de manga a su querida Francia, que le hizo famoso y millonario, para no retratarse ante el fisco en función de sus ingresos. Ahora quiere ser belga. O, quién sabe, tal vez ruso.

Por mí, como si se hace surmoluqueño. Pero me da el pie para insistir en que la fragmentación de la riqueza nacional es una forma de separatismo tan grave o más que la fragmentación del territorio. ¡Cuántos evasores fiscales arremeterán ciegos de ira patriótica contra Artur Mas! Es un problema ético. No se debe confundir, por favor, con el debate técnico e ideológico sobre el reparto del esfuerzo fiscal entre la ciudadanía. Eso es discutido y discutible en función de las ideas y los conocimientos que dan lugar a distintos modelos fiscales. O a decisiones concretas, como la de François Hollande respecto a las grandes fortunas, calificada de “confiscatoria” por la derecha francesa.

La ley se cumple porque es lo que nos protege de la arbitrariedad y a todos obliga, aunque a unos les guste más y a otros menos. Puede que a algunos no les guste nada en absoluto. Es el caso de Depardieu con la famosa tasa del 75% para los más ricos de FranciaTodo eso se puede y se debe debatir. De hecho, es un tema vivo en Estados Unidos, donde también se reclama un esfuerzo fiscal suplementario a los más ricos (el umbral ha quedado en 400.000 dólares, aunque Obama quería bajarlo a 250.000). Incluso en España, con escasa fortuna para la propuesta socialista de Rubalcaba porque su fuerza parlamentaria no da más de sí. Esa es la clave. En el debate democrático cuenta el peso que las distintas posiciones hayan dado en las urnas y culmina con una decisión del gobernante convertida en ley.

Eso es todo. La ley se cumple porque es lo que nos protege de la arbitrariedad y a todos obliga, aunque a unos les guste más y a otros menos. Puede que a algunos no les guste nada en absoluto. Es el caso de Depardieu con la famosa tasa del 75% para los más ricos de Francia (de momento, anulada por la Comisión Constitucional de la República). Pero no es aceptable la espantada individual como forma de proteger “mi” dinero de las veleidades solidarias de un Gobierno. Si no me gusta la regla, rompo la baraja. Para Depardieu y sus imitadores menos ruidosos, suspenso en ciudadanía y en patriotismo.

El síntoma habita entre nosotros, aunque se haya hecho carne en la figura del conocido actor francés. Ricos y patriotas, pero evasores. Se expatría el dinero, ellos se quedan. Conductas  individuales que generan un inaceptable contraste entre la falta de solvencia de la economía española y las cantidades de dinero oculto en los burladeros del fraude y la evasión fiscal. Ya hemos visto que la reciente generosidad del Gobierno de Rajoy con los defraudadores fue menos rentable de lo previsto. Si aun así salieron del armario unos 12.000 millones, a cambio de pagar una tasa del 10%, valoren ustedes mismos la conducta de los defraudadores que rechazan la solidaria incorporación de su dinero a la maltrecha economía nacional. 

“Las nacionalidades no se coleccionan”, ha dicho el responsable de la comisión de nacionalizaciones de Bélgica, Georges Dallemagne, mirando hacia Gerard Depardieu, al saber que el presidente ruso, Vladimir Putin, le ha ofrecido un pasaporte de su país. El actor está a punto de dar un antipatriótico corte de manga a su querida Francia, que le hizo famoso y millonario, para no retratarse ante el fisco en función de sus ingresos. Ahora quiere ser belga. O, quién sabe, tal vez ruso.