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Rouco da al PSOE ocasión de reconocerse en el laicismo
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Antonio Casado

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Rouco da al PSOE ocasión de reconocerse en el laicismo

Frente a una amenaza del adversario, una amenaza mayor, como en el juego del ajedrez. Advierte el PSOE de que denunciará los vigentes Acuerdos del Estado

Frente a una amenaza del adversario, una amenaza mayor, como en el juego del ajedrez. Advierte el PSOE de que denunciará los vigentes Acuerdos del Estado español con la Santa Sede, que es el concordato de 1953 blanqueado en 1979 por el incipiente régimen democrático, si el Gobierno de Mariano Rajoy osa modificar la actual ley del aborto en sintonía con las tesis restrictivas del Episcopado. Lo ha soltado la vicesecretaria general del partido, Elena Valenciano.

Como no es la primera vez que el PSOE reprime sus querencias laicistas por tener la fiesta en paz, sobre todo cuando está en el poder, la número dos del PSOE se ha apresurado a advertir: “Esta vez va en serio”.

En una concepción del laicismo como espacio de integración, que es la supuesta base doctrinal de los socialistas españoles, no cabe la confusión de las esferas civil y religiosa, ni los privilegios fiscales de la Iglesia, ni el sueldo de los clérigos por cuenta del Estado ni la pretensión de dictarle al poder civil la normativa legal sobre la interrupción voluntaria del embarazo.

Todo eso lo suele denunciar el PSOE cuando está en la oposición, pero lo aparca cuando está en el Gobierno. Donde más lejos ha llegado a la contra de las posiciones de la Iglesia, es en la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo y en la vigente ley reguladora del abortoTodo eso lo suele denunciar el PSOE cuando está en la oposición, pero lo aparca cuando está en el Gobierno. Donde más lejos ha llegado a la contra de las posiciones de la Iglesia, es en la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo y en la vigente ley reguladora del aborto. Ambas durante el mandato de Rodríguez Zapatero (2004-2011), al que los genios de la derecha furiosa presentaban por aquel entonces como un buen ejemplar de fundamentalista ideológico.

La polémica ha reaparecido con el toque del cardenal Rouco Varela al Gobierno en la asamblea del Episcopado. Enésima dosis de recuerdo respecto al compromiso electoral del PP de acabar con la ley del aborto impulsada por los socialistas. Y enésima imprecisión del Gobierno Rajoy sobre el cuándo y el cómo de la contrarreforma, aunque unas palabras del ministro Gallardón (mejor “indicaciones” que “plazos”, ha dicho como única pista) han creado la expectativa de que el compromiso del PP va tan en serio como la amenaza socialista de proponer el divorcio entre Iglesia y Estado de una vez por todas.

Menos lobos. En lo uno y en lo otro. Ayer pregunté a una fuente solvente de Moncloa sobre la revisión comprometida por el PP y reclamada por el Episcopado. Ni está ni se la espera. Pero Rouco ha dado al PSOE la excusa para reconocerse como partido laico y de izquierdas. Rubalcaba estará encantado si le acusan de jugar la baza anticlerical. A partir de ahí, el ataque preventivo: “Si el Gobierno del PP va a ir de la mano de los obispos para modificar la ley del aborto, volviendo a limitar la libertad de las mujeres, ya les anuncio que el PSOE exigirá que se denuncien los acuerdos con la Santa Sede”.

El aviso, formulado con esas palabras por Elena Valenciano, viene a ser como una bengala de situación. Los socialistas andan perdidos entre la bruma y necesitan recobrar sus coordenadas ideológicas antes de que sus votantes de siempre acaben suspendiendo la búsqueda.

Frente a una amenaza del adversario, una amenaza mayor, como en el juego del ajedrez. Advierte el PSOE de que denunciará los vigentes Acuerdos del Estado español con la Santa Sede, que es el concordato de 1953 blanqueado en 1979 por el incipiente régimen democrático, si el Gobierno de Mariano Rajoy osa modificar la actual ley del aborto en sintonía con las tesis restrictivas del Episcopado. Lo ha soltado la vicesecretaria general del partido, Elena Valenciano.

Antonio María Rouco Varela