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Un presupuesto nada social
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Antonio Casado

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Un presupuesto nada social

Se entiende que el Gobierno quiera vender los Presupuestos de 2014 como los de la recuperación. Vale. Aunque vuelve a desplomarse la inversión en infraestructuras (una

Se entiende que el Gobierno quiera vender los Presupuestos de 2014 como los de la recuperación. Vale. Aunque vuelve a desplomarse la inversión en infraestructuras (una palanca de reactivación y, por tanto, de empleo) y aunque batiremos un récord histórico de deuda pública (vamos a deber tanto como a producir), siempre jugará a su favor el dato de los dos trimestres seguidos de crecimiento. Siquiera sea en unas décimas. Es lo previsto. Lo que no se entiende es que se destaque su “marcado carácter social”, como el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, tuvo la ocurrencia de decir ayer, durante la presentación de las cuentas públicas del año que viene.

Las décimas de crecimiento no crean empleo. Ni siquiera con la reforma laboral del Gobierno, madre de salarios más bajos y despidos más baratos (Banco de España dixit), amén de un poder sindical sensiblemente reducido. No hay nada tan antisocial como los seis millones de parados. O el recorte al poder adquisitivo de casi nueve millones de pensionistas, lo cual no impidió a Montoro mencionar el gasto en pensiones como prueba de una supuesta vocación social de los Presupuestos de 2014.

No hay recuperación que valga para funcionarios, parados, pensionistas y dependientes. Un pasito más hacia la sociedad del sálvese quien pueda

Nada de eso. Por mucho que el Gobierno Rajoy quiera edulcorar la realidad que se avecina en un año de urnas (europeas de mayo), el panorama ofrecido a los españoles que sólo viven de su trabajo (se prevé una caída del 0,2% en el índice de empleo total) no es precisamente de recuperación. Tampoco lo es el de los servicios públicos, a juzgar por sus partidas de gasto previstas. Comparadas con las del último ejercicio del Gobierno Zapatero (año 2011), resulta que el gasto cae un 24,38% en Educación, un 9,94 en Sanidad, un 2,45% en prestaciones por desempleo y casi un 30% en servicios sociales y promoción social.

Si a todo esto unimos la enésima congelación salarial a casi tres millones de empleados públicos y los estudiantes que se van a quedar sin beca por no dar el peso en la evaluación académica, se completa el cuadro nada social de los Presupuestos Generales del Estrado entregados ayer en el Congreso para su tramitación parlamentaria. No hay recuperación que valga para funcionarios, parados, pensionistas y dependientes. Un pasito más hacia la sociedad del sálvese quien pueda.

En estas coordenadas ha puesto sobre la mesa el Gobierno del PP su anteproyecto de cuentas públicas para el año 2014, calificadas ayer por la portavoz socialista, Soraya Rodríguez, de “falsas” e “indecentes”. Se avecinan, pues, unos duros debates entre el Gobierno y el PSOE. Por sus prioridades los conoceréis. Por eso se habla de la carga ideológica de este debate anual.

Se entiende que el Gobierno quiera vender los Presupuestos de 2014 como los de la recuperación. Vale. Aunque vuelve a desplomarse la inversión en infraestructuras (una palanca de reactivación y, por tanto, de empleo) y aunque batiremos un récord histórico de deuda pública (vamos a deber tanto como a producir), siempre jugará a su favor el dato de los dos trimestres seguidos de crecimiento. Siquiera sea en unas décimas. Es lo previsto. Lo que no se entiende es que se destaque su “marcado carácter social”, como el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, tuvo la ocurrencia de decir ayer, durante la presentación de las cuentas públicas del año que viene.

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