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Rajoy, segundo aniversario
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Antonio Casado

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Rajoy, segundo aniversario

Dos años de buenas intenciones y malos resultados. Balance de Mariano Rajoy en el segundo aniversario de su barrida electoral. Un tiempo marcado por la crisis

Dos años de buenas intenciones y malos resultados. Balance de Mariano Rajoy en el segundo aniversario de su barrida electoral. Un tiempo marcado por la crisis económica y su capacidad devoradora de Gobiernos. Expulsó al del PSOE y, si no mejora el bolsillo de los españoles, puede expulsar al del PP. Las encuestas lo empiezan a anticipar y, como en su día Zapatero, Rajoy se dispone a derrotarlas. Aún está a tiempo aunque, de momento, los sondeos le han dado un zarpazo a la cosecha electoral recogida por el PP el 20 de noviembre de 2011 muy parecido al que esos comicios le dieron al PSOE respecto a su victoria de 2008. Más o menos en la misma medida, el PP está perdiendo lo que se dejaron los socialistas en las urnas hace dos años. En torno a los 14-15 puntos porcentuales.

Si tomamos la metáfora del autor abucheado en el estreno (obra excelente, público fatal), hemos de distinguir entre una objetiva valoración de lo ya realizado por Rajoy, según el vigente sistema de pesos y medidas aplicado a la gestión de un Gobierno, y su valoración ciudadana mediante la única herramienta disponible: las expectativas de voto detectadas por institutos demoscópicos. Entre lo uno (análisis más o menos afortunado de la gestión) y lo otro (voz de los ciudadanos recogida en sondeos sobre intención de voto) hay la misma diferencia que existe entre la economía de España y la economía de los españoles. No es lo mismo. O no se percibe como si fuera lo mismo. También sale en las encuestas. A saber: la economía de España va bien. Moncloa dice a todas horas que estamos saliendo del túnel y así lo reconocen los organismos internacionales. Pero la economía de los españoles va fatal. El paro hace estragos en las familias mientras siguen aumentando la pobreza y la desigualdad.

Entre el análisis y los sondeos hay la misma diferencia que existe entre la economía de España y la economía de los españoles

Moncloa no engaña cuando presume de haber evitado el rescate, del retorno de los capitales, la bajada de la prima de riesgo, el fin de la recesión o la mejora de la balanza de pagos por cuenta corriente. Pero tampoco engañan los españoles de clase media que durante estos dos años han notado la pérdida de poder adquisitivo en la cesta de la compra, el colegio de los niños, la letra del piso o la gasolina del coche. Por no hablar de los de clase baja o los que han devenido en la pobreza, el paro y la exclusión, que son magnitudes que no han dejado de crecer desde que entramos en crisis hace cuatro o cinco años. Según la última EPA, en estos dos años se han destruido 984.300 empleos y en casi dos millones de hogares están en paro todos sus miembros.

Aunque la economía nacional debe prácticamente todo lo que produce, es verdad que los fundamentos han mejorado con las reformas del Gobierno, lo cual permite especular con nuestro potencial de crecimiento. Pero eso, hoy por hoy, no sirve para vaciar los comedores sociales o recortar sensiblemente la cola del paro. El hecho de que Goldman Sachs haya reconocido haberse equivocado en sus previsiones sobre la economía española no va a cambiar en absoluto la percepción que tienen los parados, los pensionistas, los funcionarios, los dependientes, los sanitarios, los enseñantes, respecto a su paso por la vida en los dos años transcurridos desde que el PP llegó al poder bajo promesa de que, una vez eliminada la verdadera prima de riesgo (Zapatero), se empezaría a enderezar la economía y a crear empleo, sin subir los impuestos, sin recortar las prestaciones sociales y sin hacer recortes en educación y sanidad.

Dos años de buenas intenciones y malos resultados. Balance de Mariano Rajoy en el segundo aniversario de su barrida electoral. Un tiempo marcado por la crisis económica y su capacidad devoradora de Gobiernos. Expulsó al del PSOE y, si no mejora el bolsillo de los españoles, puede expulsar al del PP. Las encuestas lo empiezan a anticipar y, como en su día Zapatero, Rajoy se dispone a derrotarlas. Aún está a tiempo aunque, de momento, los sondeos le han dado un zarpazo a la cosecha electoral recogida por el PP el 20 de noviembre de 2011 muy parecido al que esos comicios le dieron al PSOE respecto a su victoria de 2008. Más o menos en la misma medida, el PP está perdiendo lo que se dejaron los socialistas en las urnas hace dos años. En torno a los 14-15 puntos porcentuales.

Mariano Rajoy