Bildu: el blindaje de Barcina

La presidenta de Navarra, Yolanda Barcina, gobierna sobre la inestable base parlamentaria de 19 diputados en una Cámara de 50. Pero tiene un seguro de vida política. Está blindada por Bildu. Los amigos de ETA la hacen intocable. Al menos hasta un nuevo reparto de cartas en las elecciones autonómicas de 2015. O antes si las anticipa. No lo parece. Y el blindaje lo confirma la dirección del PSOE al impedir que su franquicia regional, el PSN, presente una moción de censura o apoye la que eventualmente pudieran presentar otros grupos, porque en ambos casos Bildu se sumaría con sus 7 votos.

Es doctrina oficial de Ferraz que los socialistas no irán a ninguna parte de la mano de Bildu. Por tanto, Barcina sigue de presidenta gracias a los amigos políticos de ETA. Ellos son la excusa que le permite tumbar cualquier iniciativa. Para los dos grandes partidos de la centralidad, PSOE y PP, es la raya roja que han prometido no pisar. A partir de ahora, Bildu ya sabe lo que tiene que hacer si quiere bloquear una decisión política que no le guste: anunciar que la votará a favor. Así de surrealista se ha vuelto la política en este laberinto de pasiones actualizado por la mutua aversión entre anexionismo vasco y navarrismo españolista.

Es lamentable la excusa de Bildu como un impedimento para depurar un comportamiento tan condenable como el uso de la Hacienda Pública en beneficio propio por parte de un gobernante

Se repite la historia de 2007, cuando el entonces líder socialista navarro, Fernando Puras, quiso apoyarse en fuerzas nacionalistas vascas para gobernar mediante un ‘tripartito’. Y también entonces fue la ejecutiva federal del PSOE (Zapatero) la que mandó parar. Pero hay dos diferencias sustanciales. Una, aquello habría sido un pacto de legislatura en toda regla, mientras que ahora la moción de censura sólo buscaba el anticipo electoral que Barcina rechaza. Y otra, entonces ETA estaba activa. Hoy está desactivada. El matiz tiene importancia para quienes en su día nos hartamos de decir que en democracia cabe cualquier idea si se defiende legal y pacíficamente.

El PSOE bloquea la iniciativa política de sus compañeros de Navarra, que querían presentar una moción de censura contra la presidenta basándose en un nuevo escándalo de corrupción. El que destapó en sede parlamentaria la exjefa de la Hacienda Foral, Idoia Nieves, al acusar a la vicepresidenta, Lourdes Goicoechea, de interferir en favor de los clientes de la asesoría fiscal que antes regentaba. Así se puso de manifiesto en las conclusiones de la comisión constituida al efecto en la Cámara autonómica, pero los diputados del partido de Barcina (UPN) sostienen que la comisión no demostró nada.

En todo caso, el desenlace fue la exigencia de dimisión o inmediata convocatoria electoral, so pena de someterse a la moción de censura, que es la alternativa bloqueada por el PSOE. Un bloqueo aceptado a regañadientes por la dirección del PSN, reunida ayer tarde.

Ya se ha olvidado el origen del problema: el referido caso de presunta corrupción. A la vista de los trabajos de la comisión, de corte irremediablemente político, es imposible afirmar si hubo o no prácticas corruptas en el comportamiento de la vicepresidenta. Si no las hubo, no hay razón para darle una patada al tablero. Y si las hubo, me parece lamentable la excusa de Bildu como un impedimento para depurar un comportamiento tan condenable como el uso de la Hacienda Pública en beneficio propio por parte de un gobernante. Pero eso ya no le importa a nadie.