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Cañete, estrella mediática
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Antonio Casado

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Cañete, estrella mediática

Cubro los diez mil kilómetros del viaje familiar que me distanció de la política doméstica al comienzo de la campaña electoral y ya veo que no me

Cubro los diez mil kilómetros del viaje familiar que me distanció de la política doméstica al comienzo de la campaña electoral y ya veo que no me he perdido nada. Sigue transcurriendo como una rueda de prensa sin preguntas, los candidatos siguen soltando sus lemas huecos, el fantasma de la abstención sigue sobrevolando en las encuestas y los índices de audiencia tras los debates televisados en estos últimos días nos siguen recordando la fatiga de materiales que sufre la política nacional.

La aritmética cocinada de las últimas encuestas también resulta irrelevante al anunciarse que más de la mitad de los electores no se van a tomar la molestia de votar en las urnas del domingo. La única encuesta realmente interesante de estos días es la ola de simpatía popular que despierta el Atlético de Madrid por demostrar que si se quiere se puede, por encima de la fama y el talonario. Absurda cuestión, pues, la planteada a la Junta Electoral de si podía interferir la final madrileña de la Champions el día de reflexionar y las celebraciones el día de votar. Por supuesto, la Junta Provincial no ha puesto ninguna pega.

Entretanto, no deja de brillar la estrella mediática del candidato del PP. Ahora a nivel europeo. Y para mal, se entiende, aunque personalmente no creo que influya en una campaña donde los dos grandes sólo quieren motivar a los suyos. Pero, en fin, lo ocurrido tiene su explicación:

Mira que se lo tenía dicho a los jefes de campaña. Lo suyo es la política europea. Sobre todo agrícola y pesquera. No las sutilezas del feminismo o el manual del buen comunicador. Así que lo que tenía que pasar, pasó. Y ahora Floriano y Arriola no saben dónde meterse

Desde que María Dolores de Cospedal –no Mariano Rajoy, que simplemente le había hecho una llamada previa de tanteo le comunicó que sería el cabeza de lista del PP para las elecciones europeas, Miguel Arias Cañete sólo vio en esta campaña un penoso trámite para acabar su vida política como comisario de la UE. Únicamente pidió a los responsables que le hicieran la caridad de no moverle de norte a sur, de este a oeste, de la ceca a la meca, en una misma jornada. Por la mañana en Avilés, por la tarde en Barbate. Por la mañana, Tenerife, y por la tarde, Santander. Qué horror. Vale, no le marean demasiado. Pero el que algo quiere algo le cuesta. Y lo que más le cuesta al exministro Cañete es meterse en camisas de once varas. O sea, hablar de asuntos que escapan a su control, sus conocimientos o sus capacidades.

Y mira que se lo tenía dicho a los jefes de campaña. Lo suyo es la política europea. Sobre todo agrícola y pesquera. No las sutilezas del feminismo o el manual del buen comunicador. Así que lo que tenía que pasar, pasó. Y ahora Carlos Floriano y Pedro Arriola no saben dónde meterse cuando los socialistas airean el artículo de Die Welt calificando a Cañete de “cavernícola”. El nada sospechoso diario alemán, conservador donde los haya, titula el artículo “El cavernícola y la superioridad de los hombres” ("Der Höhlenmensch und die Überlegenheit der Männer”) y en el PSOE aprovechan la coyuntura para sumar al patinazo (verbalización de la supuesta superioridad intelectual sobre la mujer) una campaña a escala europea contra la reforma del aborto proyectada por el Gobierno Rajoy. En la campaña, presentada ayer, participarán todos los partidos socialistas europeos con una masiva recogida de firmas en todo el ámbito de la UE contra el anteproyecto. Por “machista” y “clasista”,  según reza el folleto informativo que se va a distribuir estos tres últimos días de campaña. Que pasen pronto, please.

Cubro los diez mil kilómetros del viaje familiar que me distanció de la política doméstica al comienzo de la campaña electoral y ya veo que no me he perdido nada. Sigue transcurriendo como una rueda de prensa sin preguntas, los candidatos siguen soltando sus lemas huecos, el fantasma de la abstención sigue sobrevolando en las encuestas y los índices de audiencia tras los debates televisados en estos últimos días nos siguen recordando la fatiga de materiales que sufre la política nacional.

Miguel Arias Cañete