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PP, PSOE, Podemos: el sombrero de tres picos
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Antonio Casado

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PP, PSOE, Podemos: el sombrero de tres picos

El PSOE de Pedro Sánchez trata de empujar a Podemos hacia la extrema izquierda y Podemos no se deja. El líder socialista topó ayer con una

Foto: El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (EFE)
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (EFE)

El PSOE de Pedro Sánchez trata de empujar a Podemos hacia la extrema izquierda y Podemos no se deja. El líder socialista topó ayer con una fulminante respuesta por boca de Rafael Mayoral, dirigente del partido de los indignados: “Nos dirigimos a la mayoría social”. No habría perdido fuerza expresiva, sino todo lo contrario, por decir que su objetivo es ganar las elecciones. Y todo el mundo lo habría entendido mucho mejor.

Acabáramos. Un paso más de Podemos hacia el territorio de los lugares comunes. Ahí esperan PSOE y PP. Ya pueden darle la bienvenida al club de los partidos que luchan por conseguir el poder. O por mantenerlo si ya lo tienen. En lenguaje de Iglesias y sus compañeros de viaje, “casta” en estado puro.

Me parece que era en The Economistdonde se referían a la nueva orografía electoral española como “El Sombrero de Tres Picos” (tomado de la obra de Pedro Antonio de Alarcón). Unas encuestas por otras permiten construir cualquier hipótesis de poder a partir de una “mayoría social” partida en tres de similar tamaño. Pero sólo una de las partes, el PSOE, será fronteriza con las otras dos, dejando al PP a su derecha y a Podemos a su izquierda.

Aunque la fluidez de los acontecimientos no permite dar nada por seguro a día de hoy (ruido de sables en el PP, desafío soberanista de Artur Mas, la corrupción que no cesa y lenta remontada económica), es muy probable que de las próximas elecciones generales salga ese mapa de fuerzas (tres eran tres), en medio de un clamor mayoritario de reformas institucionales.

Sobre esa demanda ciudadana va a girar dentro de un año la política nacional. Pedro Sánchez está abocado a convertirse en el eje de la misma con su propuesta de reforma constitucional, como alternativa realista al “proceso constituyente ante un régimen que se derrumba”, en palabras de Pablo Iglesias. O sea, el proceso constituyente (más bien ruptura) de Podemos frente al proceso “reconstituyente” (más bien reforma) del PSOE, con un PP a verlas venir si de aquí a entonces no detiene la crisis interna que va disimulando a duras penas y la masiva huida de sus desmotivados votantes.

Son hechos contrastados. Por una parte, sorprende el creciente malestar contra Mariano Rajoy dentro de su propio partido. Por otra, el último barómetro del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) nos decía hace tres semanas que el 30% de los votantes perdidos por el PP desde las elecciones generales de 2011 se han ido fundamentalmente a la abstención, mientras que el PSOE ha recuperado apoyos tras la renovación generacional de su liderazgo, aunque vive en el riesgo de perder votos a favor de Podemos.

Por eso Pedro Sánchez marca distancias empujando a Iglesias hacia la extrema izquierda. Una forma de evitar la confrontación directa con un partido de nueva planta que se ha llevado a muchos votantes socialistas y es visto desde Ferraz como un estímulo para recuperarlos. “Lo conseguiremos presentando propuestas y obligando a Podemos a que las presenten para que se retraten “, me dice Sánchez en la distancia corta.

El PSOE de Pedro Sánchez trata de empujar a Podemos hacia la extrema izquierda y Podemos no se deja. El líder socialista topó ayer con una fulminante respuesta por boca de Rafael Mayoral, dirigente del partido de los indignados: “Nos dirigimos a la mayoría social”. No habría perdido fuerza expresiva, sino todo lo contrario, por decir que su objetivo es ganar las elecciones. Y todo el mundo lo habría entendido mucho mejor.

Pedro Sánchez Mariano Rajoy