Los 40 de Gürtel, al banquillo

El juez Ruz ha decidido sentar en el banquillo de la Audiencia Nacional (sección segunda, Sala de lo Penal) a cuarenta personas vinculadas a la red Gürtel (tramo 1999-2005), una organización ilegal destinada al saqueo de fondos públicos con la colaboración necesaria de dirigentes y cargos institucionales del PP. Aquí están desde el cerebro de la trama, Francisco Correa, hasta el tesorero nacional del partidoLuis Bárcenas (y sus antecesores, Ángel Sanchís y Álvaro Lapuerta), pasando por un exconsejero de la Comunidad de Madrid, un exsecretario de Organización de Galicia y unos cuantos empresarios y alcaldes. Además, “a título lucrativo”, la exministra de Sanidad, Ana Mato, y el propio partido de Mariano Rajoy.

Imposible acercarse al auto sin desenterrar los antecedentes del mayor escándalo vinculado a unas siglas políticas. Algunos dan cuenta de la escasa capacidad de encaje ante unas evidencias que quisieron camuflar. Este es el día que el comentarista todavía escucha en boca de un alto dirigente el increíble relato de un partido de 700.000 militantes acorralado por un solo sinvergüenza que iba a la suya, hacía de su capa un sayo,engañaba a todos, no rendía cuentas, robaba al partido… y así iban pasando los años sin que nadie se enterase de sus trapacerías. Conclusión: pelillos a la mar una vez que Rajoy reconoció públicamente que, en efecto, se equivocó por confiar en Bárcenas.

La historia es bastante más siniestra. Y ahora me refiero sólo a las dificultades del partido para retirar a las manzanas podridas. La foto de Francisco Correa en la boda de la hija del presidente Aznar, el “Luis, sé fuerte” o “Gürtel no es una trama del PP sino contra el PP”reviven como pedradas electorales al hilo del susodicho auto de apertura de juicio oral contra estos depredadores del dinero público.

En la calle Génova alguien debería sonrojarse frente a aquella insidia que veía en el caso Gürtel un invento de Rubalcaba y Conde Pumpido

Cinco años pasaron desde que Rajoy sostenía que “la trama no tiene nada que ver con la estructura organizativa del PP” hasta que la Audiencia Nacional, a finales del año pasado, diera la razón al juez Ruz en el sentido de que el PP se lucró con los chanchullos de Gürtel. Y más de cinco años han pasado también desde que el PP, con los papeles cambiados respecto al PSOE, denunció en un comunicado oficial la actuación “sectaria” y “partidista” del Gobierno y la Fiscalía General del Estado.

Después de cargar con nombres y apellidos contra la vicepresidenta (Fernández de la Vega), el ministro del Interior y el fiscal general, aquel comunicado (7 de octubre de 2009)expresaba su confianza en la independencia judicial y su capacidad de sobreponerse a los “juicios paralelos”.

Aun en la perspectiva del tiempo transcurrido, en la calle Génova alguien debería sonrojarse frente a aquella insidia que veía en el caso Gürtel un invento de Rubalcaba y Conde Pumpido. Y en cuanto a su presunto respeto por la independencia judicial,espero que no vuelvan a caer en la tentación de sugerir que el juez Ruz hace “un uso alternativo del derecho”, por haber dictado su auto de procesamiento (pase a “procedimiento abreviado”, se dice ahora), apenas unas horas antes de que Rajoy se ofreciese en el Congreso a los españoles como un firme abanderado contra la corrupción (noviembre del año pasado). O por dictar su auto de apertura de juicio oral contra Correa y sus cuarenta ladronescinco minutos antes de abandonar la Audiencia Nacional y cinco minutos después de que sonara el clarinazo del año electoral en el que estamos embarcados.