El patriotismo del gobernador Linde

El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, insulta a los paganos de la crisis. Sostiene que los recortes decretados por el Gobierno para conseguir la recuperación no tienen que ver con la austeridad sino con el patriotismo. Patriotismo por cuenta ajena, se supone, si reconocemos en las capas más débiles de la sociedad a quienes de verdad han sufrido esas políticas.

El gobernador enalteció esas políticas el miércoles pasado ante una nutrida representación del sector financiero. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, había hecho lo propio el día anterior ante la Junta Directiva del PP. La curiosa coincidencia revive el debate sobre la presunta independencia del máximo responsable de la institución respecto a quien le nombra. Más que curiosa si la relacionamos con una actualidad política marcada por las vísperas electorales, como ha llegado a hacer Juan Moscoso, portavoz de Economía del grupo parlamentario socialista, que ayer calificó a Linde de “agente electoral del PP”.

Sin embargo, la ecuación verbal de Linde no le hace ningún favor a la causa electoral de la derecha que reina en Moncloa. No con semejante formulación: por la austeridad a los recortes y por los recortes al patriotismo. Qué barbaridad. A ver si va a resultar una prueba de amor a la Patria hacer lo posible por bajar la prima de riesgo y subir los índices de pobreza y desigualdad. Ahí están los efectos colaterales de la recuperación.

El mercado de trabajo era uno de los desequilibrios que, según Linde, debía corregirse por patriotismo, además del ajuste fiscal y el saneamiento bancario. Véanse los resultados. Pero todos. No solamente los que se celebran en los despachos. También los que padece el españolito agobiado para llegar a fin de mes o haciendo cola en el paro.

A ver si va a resultar una prueba de amor a la Patria hacer lo posible por bajar la prima de riesgo y subir los índices de pobreza y desigualdad

Como consecuencia de la reforma laboral fletada por el Gobierno Rajoy hace tres años, casi la mitad de los trabajadores cobran menos de mil euros y uno de cada tres gana menos de 645. Del número de hogares donde no entra ningún salario o del progresivo descenso en el número de parados con prestación, así como de la cuantía, mejor no hablar.

Son lógicas las airadas reacciones en réplica a las desafortunadas palabras de Luis María Linde. Incluso en su propia casa. Uno de los consejeros del Banco de España, Guillem López Casasnovas, dijo que no había sido correcto utilizar el término “patriotismo” en ese contexto. Pero quienes de verdad han puesto el grito en el cielo son los dirigentes de la izquierda.

Manuel de la Rocha, responsable de Economía en la Ejecutiva del PSOE, califica de “desafortunadas” esas declaracionesporque “no es patriotismo destruir el Estado del bienestar recortando derechos laborales, añadiendo copagos o acabando con las becas”.

Más explícito estuvo ayer el coordinador federal de IU, Cayo Lara. “Es una de las expresiones más aberrantes que he escuchado”, dijo después de arremeter contra los “patriotas de hojalata”. Y tiene razón.