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Susana Díaz, inestable y bloqueada
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Antonio Casado

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Susana Díaz, inestable y bloqueada

De momento su investidura parece bloqueada en el Tribunal Supremo. O eso quieren hacerle creer -la verdad es otra- quienes usan como moneda de cambio el horizonte judicial de sus antecesores

Foto: La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. (EFE)
La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. (EFE)

La víspera de la constitución del Parlamento andaluz confirma el estupor de quienes nunca entendimos el alborozo los socialistas en la noche electoral del pasado 22 de marzo. Más allá de celebrar el mal ajeno (desplome del PP), lo cierto es que obtuvieron los peores resultados de su historia, perdieron 120.000 votos respecto a los comicios de 2012 y sumaron más elementos de inestabilidad de los que había antes del absurdo adelanto electoral.

No menos absurdo es el minuto y resultado del partido que juega Susana Díaz para repetir en la presidencia de la Junta. Sólo ella tiene prisa. De momento, su investidura parece bloqueada en el Tribunal Supremo. O eso quieren hacerlecreer –la verdad es otra–quienes usan como moneda de cambio el horizonte judicial de sus antecesores, Manuel Chaves y JoséAntonio Griñán. Incluida la propia Díaz (47 escaños), que se remite a una eventual imputación del Alto Tribunal para decretar el desahucio político de ambos y cumplir así la condición impuesta por Podemos (15 escaños) y Ciudadanos (9 escaños) para posibilitar la investidura por mayoría simple. Bastaría la abstención de ambos partidos, después de constatarse el primer frenazo (mayoría absoluta), previsto para dentro de dos semanas.

En los círculos mejor informados del PSOE se tiene el convencimiento de que los dos históricos dirigentes socialistas serán exculpados

Es un decir, porque el escenario lo han zarandeado los chicos de Podemos al precisar que, digan lo que digan los jueces, ellos seguirán reclamando la dimisión de Chaves y Griñán como una de las tres condiciones exigidas para abstenerse en la investidura. No les importa lo que pueda aportar el paso de los dos expresidentes de la Junta por el Supremo. Su juego es otro. El de Podemos y el del resto de los partidos en liza (PP, Ciudadanos e IU). No se retratarán de ninguna manera antes de las elecciones territoriales del 24 de mayo, aún dentro de los dos meses de plazo legal para repetir las elecciones si Díaz no sale investida en una enésima votación por mayoría simple. Pero entonces se habrán repartido nuevas cartas (ayuntamientos y autonomías), con márgenes y ámbitos de negociación ampliados. La investidura de Díaz será entonces una carta más de la baraja.

Hasta ese momento será un tiempo de espera para una presidenta inestable, bloqueada y reprendida (aFelipe González no le gusta que cuestione a Pedro Sánchez). Con los regates en corto que se producirán mañana en la constitución del Parlamento (se elige al presidente de la Cámara y miembros de la Mesa). Y con la mirada puesta en el Tribunal Supremo, donde el juez Barreiro se afana por determinar si de la exposición razonada de la jueza Alaya y las voluntarias declaraciones de Griñan y Chaves se desprende alguna responsabilidad penal.

A estos efectos, en medios judiciales y en los círculos mejor informados del PSOE se tiene el convencimiento de que los dos históricos dirigentes socialistas serán exculpados. Pero también es mayoritaria la impresión de que, en el plano político,ellos mismos darán el paso atrás cuando se produzca esa resolución exculpatoria para que su salida sea “digna”.

La víspera de la constitución del Parlamento andaluz confirma el estupor de quienes nunca entendimos el alborozo los socialistas en la noche electoral del pasado 22 de marzo. Más allá de celebrar el mal ajeno (desplome del PP), lo cierto es que obtuvieron los peores resultados de su historia, perdieron 120.000 votos respecto a los comicios de 2012 y sumaron más elementos de inestabilidad de los que había antes del absurdo adelanto electoral.

Susana Díaz Manuel Chaves José Antonio Griñán Pedro Sánchez