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En Europa se masca la tragedia griega
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Antonio Casado

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En Europa se masca la tragedia griega

Si las negociaciones entre las partes no se reaniman antes del fin de semana, Grecia y Europa estarán asomándose de nuevo al abismo

Foto: Imagen de algunas mesas del Parlamento europeo en Estrasburgo. (Reuters)
Imagen de algunas mesas del Parlamento europeo en Estrasburgo. (Reuters)

Ya movió ficha el Gobierno griego tras el referéndum que colmó de dignidad el pecho de los griegos y vació sus bolsillos después de nueve días de corralito. Una suave ráfaga de optimismo trata de abrirse paso entre los negros nubarrones de la duda. Como si quisiera desmentir a Pedro Sánchez cuando le acusa de negativo ante la crisis griega, hasta Rajoy declaraba ayer tarde que “la música es distinta a la escuchada hasta ahora”.

Se refiere al inicio del procedimiento negociador de un tercer rescate, según petición formulada ayer en carta de Alexis Tsipras ante los responsables del llamado MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad). A cambio de la ayuda financiera solicitada se ofrece un plan de reformas compatible con objetivos de crecimiento sin déficit durante los próximos tres años.

Saluda Rajoy la música sin conocer la letra. Celebra la buena disposición del primer ministro griego a acometer las reformas reclamadas por Bruselas, a cambio de la ayuda para atender las necesidades de financiación del país. Sin embargo nada sabemos del contenido, más allá de hacer propósito de enmienda en respeto a las reglas del club.

Saluda Rajoy la música sin conocer la letra. Celebra la buena disposición del primer ministro griego a acometer las reformas reclamadas por Bruselas

Los detalles de la oferta griega para negociar un tercer rescate constarán en el documento que el Gobierno griego enviará hoy mismo al Eurogrupo. El documento ha de pasar un primer filtro de carácter técnico (grupo de trabajo compuesto por altos cargos de los diecinueve Ministerios de Economía). Y si hay luz verde, se somete a la consideración de los ministros (Eurogrupo en contacto telefónico) que, a su vez, daría el visto bueno –o no-, como paso previo antes de llegar a la troika (CE, BCE y FMI). Si también los acreedores dan el placet, el documento pasaría al equipo negociador. Todo ello según un calendario de días. Por no decir de horas, porque si las negociaciones entre las partes no se reaniman antes del fin de semana, Grecia y Europa estarán asomándose de nuevo al abismo.

En el mejor de los casos, vuelta a empezar donde estábamos antes de que Tsipras le diera una patada unilateral al tablero de las negociaciones y decidiera consultar a los griegos sobre una oferta europea ya caducada. De este modo, el referéndum del domingo, visto a balón pasado, vino a ser como una absurda e innecesaria meta volante que ha empeorado las cosas.

Los detalles de la oferta griega para negociar un tercer rescate constarán en el documento que el Gobierno griego enviará hoy mismo al Eurogrupo

El ambiente se ha enrarecido aún más y, como vimos ayer en su intervención ante el Parlamento Europeo, la palabra de Tsipras se ha devaluado notablemente. Él sigue jugando a la irreversibilidad del euro como coartada para llevar la negociación al terreno de la política. Le sirvió para abofetear a Bruselas y para que Bruselas pusiera la otra mejilla. Pero ya no funcionó en la Cumbre Europea del martes por la noche. Todo lo contrario. La voz política sonó esta vez más dura. Se recordó a Grecia que la pelota está en su tejado y que ya no habrá tanta indulgencia.

En contra de lo calculado por los ganadores del “no”, la posición negociadora de Grecia se ha debilitado frente a unos acreedores cansados de tanto tacticismo. Así las cosas, se masca la tragedia. La suave brisa de optimismo que nota Rajoy se cruza con el fantasma del desahucio de Grecia respecto al euro. En el peor de los casos, la salida de la Unión Europea. Una tercera hipótesis, absolutamente tóxica, empieza a ser citada por los analistas: la del Estado fallido. Todo es posible a partir de la decisión que tome o no tome el BCE sobre la angustiosa falta de liquidez en los bancos griegos.

Ya movió ficha el Gobierno griego tras el referéndum que colmó de dignidad el pecho de los griegos y vació sus bolsillos después de nueve días de corralito. Una suave ráfaga de optimismo trata de abrirse paso entre los negros nubarrones de la duda. Como si quisiera desmentir a Pedro Sánchez cuando le acusa de negativo ante la crisis griega, hasta Rajoy declaraba ayer tarde que “la música es distinta a la escuchada hasta ahora”.

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