ERC blanquea a Artur Mas en el caso Pujol

No solo un burladero de sus fracasos. La lista única (“Juntos por el sí”), en la que se amontonan los dos caudillos nacionalistas, Mas y Junqueras, le hace su primer gran favor al presidente de la Generalitat. Acaba de dejarle libre de responsabilidad política por el escándalo de la familia Pujol. Cuando el soberanismo y la fortuna familiar eran una misma cosa. Ahora ya sabemos que se trataba de corrupción en el mismísimo nicho fundacional del nacionalismo posfranquista (léase CiU, costalero ocasional de Gobiernos del PSOE y del PP).

Ante las conclusiones de la comisión parlamentaria, por fraude fiscal y corruptelas varias del padre político del president, la alianza CiU-ERC funcionó ayer como un reloj en el Parlament. Se trataba de eliminar cualquier salpicadura que pudiera alcanzar al piloto del vuelo hacia la “desconexión”. Objetivo conseguido. El ex molt honorable, Jordi Pujol, queda reprobado con el voto en contra de CiU, pero se borran los pasajes que dejabansospechas sobre el comportamiento de Artur Mas en relación con los oscuros negocios de la familia Pujol.

Gracias a los votos de ERC, ayer desapareció uno de los puntos que habían llegado al documento de conclusiones finales, donde se aludía al paso del president por la comisión. Antes leíamos que de dicha comparecencia se desprendía que “tenía conocimiento de que su padre poseía dinero sin regularizar en Liechtenstein mientras ejercía como consejero de la Generalitat”. Ahora ese es un espacio en blanco. Fuera, eliminado. Como ese otro pasaje donde se hablaba de las “relaciones de amistad” como caldo de cultivo para hacer negocios, “al amparo de los más altos cargos del Govern”, “bajo las presidencias de Pujol y Mas”. Fuera, fuera, ERC no puede alimentar dudas sobre el hombre llamado a abrir el paso hacia la tierra prometida.

ERC ya no podrá presentar al clan de los Pujol como parte de uno de los males españoles que aquejan a Cataluña, la corrupción

Así que, gracias a la suma concertada de votos ERC-CiU (69 contra los 62 del resto de la Cámara), se va de rositas el sucesor de Pujol en CiU y en la Generalitat. No sólo. Artur Mas fue su protegido, su ahijado político, el amigo de la familia, su consejero de Obras Públicas, su consejero de Finanzas, el fiel colaborador que había de calentar el sillón a Oriol Pujol (fallido continuador político de la saga). Por tanto, es imposible desvincularle de una herencia tóxica. La del desprestigio político del creador. También hereda el desprestigio moral, si tenemos en cuenta que el propio padre de Mas, ya fallecido, fue un administrador de los fondos opacos de la familia Pujol. Y que él mismo, Artur Mas, ya salió en las coplas por evasión de capitales y una herencia de tardía regulación fiscal.

Todo eso no evita que la sed de independencia de los republicanos de Oriol Junqueras desplace al antiguo compromiso contra la corrupción venga de donde venga. Ahora los dirigentes de ERC ya no podrán presentar al clan de los Pujol como parte de uno de los males españoles que aquejan a Cataluña: la corrupción. Por esa razón, entre otras, no es el malvado españolismo sino esa izquierda alternativa en torno a Colau, Herrera, Albano Dante, etc., la que va a pasar por encima del independentismo de forma inmisericorde cuando logre hacer de las elecciones autonómicas del 27-S un plebiscito contra la injusticia social y la corrupción.

Y en cuanto a ERC y su actitud exculpatoria del socio en la “lista única”, queda claro que Oriol Junqueras asume las explicaciones de Artur Mas respecto al “carácter privado” del escándalo.