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Economía "con alma": un tardío descubrimiento del PP
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Antonio Casado

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Economía "con alma": un tardío descubrimiento del PP

Tarde se dan cuenta en Moncloa de que la salida de la crisis, reiterada machaconamente como el gran logro del Gobierno Rajoy, siempre se ofreció a la ciudadanía como un saldo contable en verde

Foto: El presidente del Gobierno y del Partido Popular, Mariano Rajoy. (EFE)
El presidente del Gobierno y del Partido Popular, Mariano Rajoy. (EFE)

De la agradable comida con el embajador me quedo con su pasión de antiguo periodista sobre la España de cuatro esquinas que se avecina. “Es el mejor momento para estar de embajador aquí, ya nada será igual a partir del 20 de diciembre”, dice.

Ahí estamos todos. Empezando por el estado mayor de Rajoy, cada vez más inseguro en esa 'pole position' amenazada por las encuestas y la ola reconstituyente sobre la que galopan los recién llegados a la carrera: Sánchez, Iglesias y Albert Rivera. Jóvenes e impacientes. Los tres predican el cambio que no puede predicar el PP tras cuatro años de tancredismo frente a una masiva demanda de saneamiento en la vida pública. La “previsibilidad” fue un rasgo marianista inicialmente apreciado. Pero despachada en dosis de caballo acabó convertida en un lastre mientras la reforma laboral fabricaba nuevos pobres y los nacionalistas catalanes presentaban su refinado chantaje al Estado.

Un periódico de tirada nacional anunciaba ayer que el PP ha descubierto la “economía con alma” como relato para el último tramo de su mandato. La novedad se produce cinco minutos antes de unas elecciones generales y eso supone reconocer que se trata de una actuación ocasional. Por tanto, improvisada. Demasiado tarde se dan cuenta en Moncloa de que la salida de la crisis, reiterada machaconamente como el gran logro del Gobierno Rajoy, siempre se ofreció a la ciudadanía como un saldo contable en verde. Nunca como una recuperación sostenible. Léase justa y duradera.

Y más que la insensibilidad social, a este Gobierno le pesan los numerosos casos de corrupción asociados a su partido. Rajoy ya pidió perdón en nombre del PP

En realidad, lo insostenible hubiera sido argumentar que el Gobierno del PP siempre quiso cuidar la dimensión social de su política económica: la de los recortes, la devaluación salarial, el empleo precario y el rescate a la banca. Tan insostenible como argumentarlo ahora que los equipos de Jorge Moragas se disponen a manejar la “economía con alma” como una manifactura electoral.

Y más que la insensibilidad social, a este Gobierno le pesan los numerosos casos de corrupción asociados a las siglas de su partido. Rajoy ya pidió perdón en nombre del PP. Hasta el punto de ofrecerse como avalista de la regeneración prometida. Pero Francisco Granados le dejó con la palabra en la boca y, poco después, Rodrigo Rato le apagó del todo el farol. Al final acabó reconociendo públicamente que la decadencia electoral del PP ha venido principalmente por la corrupción. No por los costes sociales de la salida de la crisis. Y mucho menos por su presunta desidia a la hora de defender la unidad de España frente al chantaje de los nacionalistas catalanes.

El ruido de muebles en Génova lo garantiza Aznar con la colaboración de quienes piensan abrirse paso a codazos hasta los puestos seguros de salida

Esa es la última pedrada que le ha metido entre ceja y ceja José María Aznar. Lo que le faltaba a Rajoy es este redoblado interés del expresidente por hacerle la campaña a un competidor. Aznar volvió a preguntarse ayer, en público y de forma retórica, por qué los votantes catalanes “han creído que la unidad de España está mejor defendida por Ciudadanos que por el partido en el Gobierno”.

Demasiado para un PP que, a diferencia de lo ocurrido en noviembre de 2011, ya no tiene a rebosar la cesta del pan. El ruido de muebles en Génova lo garantiza Aznar con la inestimable colaboración de quienes piensan abrirse paso a codazos hasta los puestos seguros de salida. Por eso Rajoy no tiene prisa en cerrar las listas de aspirantes a estacionar en el Congreso de los Diputados.

De la agradable comida con el embajador me quedo con su pasión de antiguo periodista sobre la España de cuatro esquinas que se avecina. “Es el mejor momento para estar de embajador aquí, ya nada será igual a partir del 20 de diciembre”, dice.

José María Aznar Mariano Rajoy