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El PSOE pone a Iglesias en su sitio

El PSOE ha recibido con “perplejidad y preocupación” el documento de un posible socio de Gobierno, tóxico hasta decir basta, que persiste en la intención de sembrar cizaña

Foto: El líder de Podemos, Pablo Iglesias. (Reuters)
El líder de Podemos, Pablo Iglesias. (Reuters)

Los chicos de Podemos vienen del gallinero del Parlamento y van al gallinero de la política. La arrogante presentación en sociedad de su plan de avance hacia los cielos ('Un país para la gente') parece inspirado por quienes quieren hacerlo imposible. Tal vez el propio Pablo Manuel Iglesias y sus fundacionales amigos de la Universidad. Es perfecto para seguir instalado en la libertad de cátedra. Con licencia para disertar y no para gobernar. Una forma como otra cualquiera de apostar por una repetición de las elecciones generales.

Si las “bases políticas para un Gobierno estable y con garantías” tuvieran que pasar por un Consejo de Ministros presidido por el socialista Pedro Sánchez, con los servicios de información del Estado (CNI) en manos del correoso grupo chavista-leninista, tal y como han dejado escrito en el documento de 96 páginas presentado ayer, habría colas en los aeropuertos. Sería una de las tareas asignadas a quien, en virtud del artículo 33 -su real gana- se autodesigna vicepresidente del Gobierno, después de ofrecerle la Presidencia a Sánchez. Entre las competencias del número dos también figurarían el control del BOE, donde se publican las leyes, y del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), donde se rastrean los estados de opinión de los españoles, así como sus intenciones de voto.

Hernando recurre al síndrome del tiovivo. Detecta el mareo de Iglesias sin ayudarle en la reorientación

En el PSOE se ha recibido con “perplejidad, preocupación y decepción” el documento de un posible socio de Gobierno, tóxico hasta decir basta, que persiste en su intención de sembrar cizaña en las filas socialistas. Dividir antes de confiscar. Espera que Pedro Sánchez plante cara al comité federal y asuma el compromiso programático de celebrar un referéndum en Cataluña porque “en estos momentos es imprescindible”. Erre que erre. “Derecho a decidir” como derecho a reventar. Todo ello, en el contexto de una España “plurinacional”, versión podemizada del “café para todos”. Bastará que los murcianos lo planteen “con especial intensidad” -sic-, para inventarse como nación y no quedarse rezagados.

Son las pruebas de que para Iglesias, Errejón, Bescansa y compañía lo importante no es formar un Gobierno de izquierdas sino debilitar al PSOE hurgando en sus heridas. O liquidarlo, en palabras del expresidente Felipe González. En Ferraz lo saben. Véase cómo el líder socialista, que tiene el mandato institucional de formar Gobierno, se abstuvo ayer de responder al nuevo paso de Podemos. Primera señal de que Pablo M. Iglesias se ha salido de la curva y ha ido a parar a la cuneta. La réplica no podía ser otra que la verbalizada por el portavoz socialista y jefe de su equipo negociador, Antonio Hernando. Con una irónica pregunta dirigida a Iglesias: “¿En qué momento te ha encargado el Rey la formación de Gobierno?”. Y una afirmación que marca el territorio del aspirante a La Moncloa y pone en su sitio al líder de Podemos: “Pablo, no sabes dónde estás”.

Hernando recurre al síndrome del tiovivo. Detecta el mareo de Iglesias sin ayudarle en la reorientación. Está en la cuneta, pero Hernando se calla que a este paso la izquierda mochilera se arriesga a quedar marginada en la España política de las cuatro esquinas. Tampoco le dijo, pero lo pensó, que si se reúnen en los próximos días será para decir 'no' al derecho a decidir, que se está arrogando un papel que no le corresponde y que a los ministros los nombrará Sánchez si antes se gana la confianza del Congreso para formar un Gobierno “progresista” y “reformista”.

Los chicos de Podemos vienen del gallinero del Parlamento y van al gallinero de la política. La arrogante presentación en sociedad de su plan de avance hacia los cielos ('Un país para la gente') parece inspirado por quienes quieren hacerlo imposible. Tal vez el propio Pablo Manuel Iglesias y sus fundacionales amigos de la Universidad. Es perfecto para seguir instalado en la libertad de cátedra. Con licencia para disertar y no para gobernar. Una forma como otra cualquiera de apostar por una repetición de las elecciones generales.

Antonio Hernando Barómetro del CIS Aeropuertos Boletín Oficial del Estado Moncloa