Nuevo fracaso de Susana y sus costaleros

Cuando los costaleros de Susana Díaz habían conseguido reponer en los medios la inminencia de su salto a la fama nacional (siempre los costaleros, nunca por ella misma, que tira la piedra y esconde la mano), los hechos vuelven a desbaratar sus irresponsables juegos de asedio al secretario general, Pedro Sánchez.

A finales de enero, con la no disimulada intención de destronar a Sánchez lo antes posible tras las elecciones generales, la poderosa federación andaluza del PSOE propició la convocatoria de un congreso federal para el 20 y 21 de mayo, despreciando las razones dilatorias de Sánchez, contrario a mezclar en el tiempo la legítima pugna interna por el poder con la agenda institucional (formación de Gobierno).

Y ahora resulta que la poderosa federación andaluza le da la razón con dos meses de retraso. Aunque Díaz, Cornejo, Prada, Máximo, quisieran interpretar el aplazamiento del congreso (la propuesta la formula hoy la comisión ejecutiva y se aprueba en el comité federal del sábado próximo) como una nueva maniobra de Sánchez destinada a ahuyentar a otros candidatos, han quedado completamente desbordados por la ola de sentido común que invade a todas las organizaciones territoriales y sus dirigentes nacionales y regionales. Es un disparate sobreponer los problemas del partido a los problemas de España.

A diferencia de lo que ocurría antes, el liderazgo de Sánchez se ha reforzado notablemente en los índices de valoración. Hasta el punto de que no ha necesitado mover un dedo para forzar el aplazamiento.

Mediante una exhaustiva toma de temperatura encargada a César Luena, secretario de Organización, se ha limitado a constatar que los barones reticentes de entonces, quienes veían el aplazamiento como una maniobra del secretario general para atornillarse al sillón, han llegado ahora a la misma conclusión que él llegó hace tres meses: abrir un proceso congresual paralelo a la negociación para constituir el Gobierno se considera “suicida”. Es la palabra más utilizada en altas y bajas esferas del PSOE.

Malas noticias para las presuntas aspiraciones de la presidenta de la Comunidad de Andalucía, Susana Díaz, siempre pregonadas por otros, nunca directamente por ella. Las malas noticias nunca vienen solas. Se suman al varapalo de la reciente consulta a los militantes sobre el acuerdo PSOE-Ciudadanos, abrumadoramente favorable en Andalucía, aunque el aparato dirigente de la federación se abstuvo de hacer campaña.

Una insensata guerra de guerrillas de quienes gustan de apedrear el tejado propio. No lo romperán, pero se convertirán en los mejores lanzadores de piedras

Nadie cree en serio que los militantes andaluces se leyeron las 66 páginas del llamado 'Acuerdo para un Gobierno reformista y de progreso' hasta convencerse de sus bondades. Ni hablar. Hasta en Andalucia se interpretó como un espaldarazo de las bases a Pedro Sánchez. Algo digno de señalarse en una federación cuya lideresa amaga, amaga y amaga, y nunca da, con pasar Despeñaperros y convertirse en la secretaria general del PSOE.

Cada vez lo tiene más difícil. No es tiempo de aclamaciones. Hay que pasar por la matemática y en ese campo, hoy por hoy, tiene perdida la batalla. Sin embargo, las medias palabras de los incansables agitadores de su causa no pierden ocasión de seguir sembrando la duda. Una insensata guerra de guerrillas de quienes gustan de apedrear el tejado propio. No lo romperán, pero se convertirán en los mejores lanzadores de piedras del barrio. Eso sí.