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La confusa llamada de Sánchez a las fuerzas del cambio
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Antonio Casado

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La confusa llamada de Sánchez a las fuerzas del cambio

¿Nos está diciendo que la única forma de evitar las terceras elecciones es la concertación de Ciudadanos y Podemos con el PSOE para hacerlo presidente?

Foto: El líder socialista, Pedro Sánchez, pide a Podemos y C's que no den "una tercera oportunidad" a Rajoy. (EFE)
El líder socialista, Pedro Sánchez, pide a Podemos y C's que no den "una tercera oportunidad" a Rajoy. (EFE)

A ver si la ejecutiva de hoy nos saca de dudas sobre el alcance del llamamiento del líder socialista a las “fuerzas del cambio” para explorar una solución al bloqueo de la política nacional. En mi opinión, se trata de un movimiento táctico que apunta a un objetivo imposible. Ni en sueños es concebible el pacto con Podemos y Ciudadanos en un Gobierno alternativo. La hipótesis pone de los nervios a los barones con poder institucional (no a los que ejercen de oposición, como Iceta, Tudanca, Cancela, Idoia, Sara...) y a los sectores más moderados del partido.

Nada como un editorial de 'El País', que acusa a Sánchez de persistir en su “insensato camino”, “banalizar” el recurso a las urnas y conducir al PSOE a la “irrelevancia”, para provocar efectos contrarios en el aludido. Por eso, ayer por la mañana en San Sebastián ya fue algo más explícito sobre el significado de su reclamo a “las fuerzas del cambio lideradas por el Partido Socialista” para impedir que “el “partido de Rajoy y de Soria” siga en el poder.

Sin mencionarlo, apuntó por enésima vez a Podemos, que votó no a Sánchez en la fallida investidura de marzo, como responsable de haber dado una “segunda oportunidad a Rajoy”. Espera “que no vuelva a ocurrir” y que no se le dé “una tercera oportunidad”. Lo cual le permite insistir en su rechazo a unas nuevas elecciones y acusar a Mariano Rajoy de estar creando las condiciones para hacerlas inevitables.

Ni en sueños es concebible el pacto con Podemos y Ciudadanos en un Gobierno alternativo. La idea pone de los nervios a los barones con poder institucional

¿Nos está diciendo Sánchez que la única forma de evitarlas es la concertación de Ciudadanos y Podemos con el PSOE para hacerlo presidente de un Gobierno del 'cambio' en una nueva sesión de investidura?

Lo dice, pero de aquella manera. Con mucha ambigüedad. Sin declararse abiertamente disponible para aceptar el mandato del Rey, aunque hasta su acto vasco de ayer sus colaboradores te decían por activa y por pasiva que, en principio, la intención de Sánchez no va más allá que la de dialogar con los dirigentes de Podemos y Ciudadanos sobre lo que puede hacerse para desencallar la situación. No para intentar un Gobierno progresista sobre los 188 escaños que suman los tres fuerzas unidas por el no al PP.

La operación ya fracasó en la legislatura tonta alumbrada en las urnas del 20-D y volvería a fracasar en la legislatura tonta bis alumbrada el 26-J. Porque Ciudadanos es incompatible con Podemos y porque en Ferraz ya tienen bien acreditado que detrás de Pablo Manuel Iglesias solo hay un partido desestructurado cuya misión en la vida es liquidar al histórico partido de Pablo Iglesias (1850-1925) y ocupar su espacio.

La operación a tres ya fracasó en la legislatura tonta alumbrada en las urnas del 20-D y volvería a fracasar en la legislatura tonta bis alumbrada el 26-J

Todo eso lo sabe Sánchez. Sin embargo, soltó la liebre el viernes por la noche, en los minutos basura de la fallida investidura de Rajoy, sembrando el desconcierto entre sus colaboradores. (Era cosa de ver cómo escapaban de los periodistas cuando el hemiciclo se estaba vaciando). ¿A qué viene volverlo a poner sobre el tablero?

Es un movimiento táctico más de los que, por desgracia, están embarrando el único camino que la matemática y la política han señalado para acabar con la dañina interinidad y el peligroso divorcio de la clase política y la ciudadanía. Una maniobra de distracción. Una forma de ocupar el tiempo de espera hasta las elecciones vascas y gallegas. Un intento de dividir por tres la presión concentrada hoy por hoy en el PSOE como culpable de impedir el desbloqueo que tanto daño nos hace.

No estamos ante una propuesta formal de Gobierno que el propio Sánchez, en su fuero interno, considera inviable. No solo a la luz de los antecedentes, que incluso eran más propicios si tenemos en cuenta que el PP tenía 14 diputados menos y 13 más el conjunto PSOE-Ciudadanos-Podemos. También por la aversión imperante contra Podemos en las filas socialistas. Una aversión palpable y ya incorporada al discurso oficial desde el portazo de Iglesias a la investidura de Pedro Sánchez.

A ver si la ejecutiva de hoy nos saca de dudas sobre el alcance del llamamiento del líder socialista a las “fuerzas del cambio” para explorar una solución al bloqueo de la política nacional. En mi opinión, se trata de un movimiento táctico que apunta a un objetivo imposible. Ni en sueños es concebible el pacto con Podemos y Ciudadanos en un Gobierno alternativo. La hipótesis pone de los nervios a los barones con poder institucional (no a los que ejercen de oposición, como Iceta, Tudanca, Cancela, Idoia, Sara...) y a los sectores más moderados del partido.

Ciudadanos Pedro Sánchez