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El fantasma de la ruptura no se aleja del PSOE
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Antonio Casado

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El fantasma de la ruptura no se aleja del PSOE

El final de la historia estaba cantada desde el principio. Aunque sea de penalti y en el último minuto, el PSOE se abstendrá por evitar el mal mayor de unas nuevas elecciones

Foto: Miembros de la gestora del PSOE. (PSOE)
Miembros de la gestora del PSOE. (PSOE)

Como en “Crónica de una muerte anunciada”, de García Márquez, el final de la historia estaba cantada desde el principio. Aunque sea de penalti y en el último minuto, el PSOE se abstendrá por evitar el mal mayor de unas nuevas elecciones. La continuidad de Rajoy en Moncloa o el posible desmarque de algunos diputados socialistas en la investidura pasarán así a ser daños colaterales de un bien superior: el fin de la interinidad.

El expresidente, Felipe González, cuyo pensamiento comparte el presidente de la comisión gestora, Javier Fernández, lo escribió el 7 de julio. Como si lo hubiera hecho ayer: “El Partido Socialista debe aceptar el diálogo que le ofrece el candidato del PP, dejando claro que no tiene intención de integrarse en una coalición”. Más adelante: “Excluyendo la coalición y el apoyo al PP en la investidura, no debe ser un obstáculo para que haya un Gobierno minoritario”.

El equipo del ya ex secretario general, Pedro Sánchez, forzó demasiado su desafío a la matemática y la política alumbradas en las urnas del 26 de junio. Fue tan lejos en la dirección contraria que su partido aún corre el riesgo de partirse en dos en la vuelta atrás.

El golpe de timón inducido por el tosco “susanazo” contra Sánchez es una prueba de resistencia no superada. De ahí que en este momento, aparte de evitar las elecciones, la tarea prioritaria de la ejecutiva provisional pilotada por el presidente asturiano sea recomponer la unidad del partido. La tercera de las tareas es convocar el 39º congreso federal y elegir una nueva dirección, sólo después de que se haya formado el Gobierno.

El fantasma de la ruptura sigue planeando sobre el PSOE. Ahora viene disfrazado de apelaciones a la coherencia, so pena de romper la disciplina de voto en la investidura de Rajoy. Lo agitan los diputados del PSC (socialistas catalanes), y las especulativas amenazas de Sánchez aireadas por sus seguidores (él guarda silencio). Dicen que mantendrían el “no es no” al candidato del PP, “diga lo que diga el comité federal”, en expresión de la diputada “pedrista” por Zaragoza, Susana Sumelzo.

Pedro Sánchez fue tan lejos en la dirección contraria que el partido que presidía aún corre el riesgo de partirse en dos en la vuelta atrás

Otros, más razonables, como la independiente Margarita Robles, siguen en el “no” a Rajoy, aunque valorarían una resolución del comité federal suficientemente motivada. En eso está la gestora, mientras busca fecha definitiva para una nueva cumbre socialista en Ferraz. Los argumentos aprecian la coincidencia entre la razón de Estado y la razón de partido. Y se propone una nueva lectura de la resolución unánime del 28 de diciembre al haberse quedado sin recorrido, una vez exploradas y fracasadas las posibilidades que ofrecía, incluida la del gobierno alternativo.

Recordemos que dicha resolución prescribe el “no”, “porque es el mandato de nuestros votantes y de la mayoría de los españoles”. Pero también dice que “el PSOE actuará en coherencia con sus valores, con lealtad a los españoles y anteponiendo siempre el interés de España a cualquier otro objetivo”.

Ítem mas: “Si Rajoy y el PP fracasan en su intento de formar Gobierno, el PSOE actuará como primer partido del cambio en aras del interés general, con sentido común y responsabilidad. Las nuevas elecciones deben ser la última opción”. E igualmente vigente está la resolución que relega la convocatoria de un congreso federal a la formación del nuevo Gobierno.

A pesar de todo, en algunos sectores se reclama la consulta a los militantes como único modo de legitimar un cambio de posición en la investidura de Rajoy. Incluso uno de los miembros de la comisión gestora, el ex presidente balear, Francesc Antich, dice que la decisión de pasar del no a la abstención deben tomarla los militantes.

Mentira. A falta de una normativa reglamentaria en ese sentido, la decisión debe tomarla el comité federal, depositario de la voluntad de los militantes, máximo responsable de la política de pactos y el órgano que tomo la decisión original.

Como en “Crónica de una muerte anunciada”, de García Márquez, el final de la historia estaba cantada desde el principio. Aunque sea de penalti y en el último minuto, el PSOE se abstendrá por evitar el mal mayor de unas nuevas elecciones. La continuidad de Rajoy en Moncloa o el posible desmarque de algunos diputados socialistas en la investidura pasarán así a ser daños colaterales de un bien superior: el fin de la interinidad.

Mariano Rajoy