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Sánchez es un juguete roto de difícil arreglo
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Antonio Casado

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Sánchez es un juguete roto de difícil arreglo

Los dirigentes de uno y otro bando no acaban de ver la salida andaluza porque, dicen “todo el mundo la pilló a Susana con el puñal en la mano”. Pero tampoco ven a Pedro Sánchez

Foto: El ex secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. (EFE)
El ex secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. (EFE)

El entorno del exlíder del PSOE colocó en el circuito informativo del fin de semana la especie de que Sánchez no ha tirado la toalla. Y anuncia que va a sacar la cabeza como aspirante a liderar de nuevo el partido: 'Reaparecerá en Valencia para hablar de su proyecto (sábado próximo, mesa redonda en Xirivella, aforo de 350 personas)', 'Sánchez calienta motores para plantar cara a Susana Díaz', 'Veinticinco dirigentes se han reunido cuatro veces en Madrid para diseñar su estrategia y ganar las primarias'. Y así sucesivamente.

Ni quito ni pongo al mensaje de fondo lanzado por los pedristas filtrando que ya cuenta con estructura y apoyos en toda España para lanzar su proyecto alternativo al de Susana Díaz.

Me limito a beber en fuentes seguras para acreditar, desmentir o en su caso matizar la presunta intención de Sánchez:

Dice una persona de su máxima confianza: “Pedro tiene una idea clara de los tiempos que maneja y de los pasos que va a dar. Cuestión distinta es que sea el momento de contarlo”.

Los barones aún fieles al exlíder socialista mantienen su idea de ofrecer un proyecto nuevo a la militancia con un liderazgo de “tercera vía”. Ni Pedro ni Susana

Un dirigente adherido a la política de la comisión gestora: “Parece claro que lo va a intentar, aunque las informaciones de este fin de semana exageran sus posibilidades. No tiene ninguna pero hará daño al partido”.

Como un juguete roto de difícil arreglo también lo ven los líderes regionales alineados con la postura oficial del partido en la sesión de investidura del candidato del PP a la Moncloa (abstención), no por amor a Rajoy sino para reactivar el reloj de la democracia, que venía funcionando con un año de retraso.

De un dirigente bien instalado en la sala de máquinas del PSOE, provisionalmente pilotado por Javier Fernández, recojo el clima de opinión que reina en Ferraz. Por un lado, da por seguro que Susana Díaz ha decidido presentar su candidatura. Por otro, valora las intenciones de Sánchez: “La euforia inicial de los seguidores de Pedro se ha ido desinflando”. Con especial referencia a su entrevista televisada con Jordi Évole, que el propio Evole calificó en privado como un “suicidio político”.


Foto: La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, en Londres el pasado 7 de noviembre. (EFE) Opinión

Lo que sí se detecta tanto en el entorno de la gestora como en el de Sánchez es que los barones aún fieles al exlíder socialista (Iceta, Luena, Tovar, Tudanca, Armengol, Marta Chivite, Sara Hernández y la provisional Cancela), mantienen su idea de ofrecer un proyecto nuevo a la militancia con un liderazgo de “tercera vía”. Ni Pedro ni Susana.

Porque ambos son culpables de haber contaminado la razón de Estado con la razón de partido. Porque todo lo que hizo él fue por sobrevivir y todo lo que hizo ella desde el principio fue querer liquidarlo, mientras España pagaba el pato en términos de parálisis institucional. Y, en fin, porque ambos evocan la imagen de un PSOE roto desde el famoso “comité federal de Puerto Urraco” (1 de octubre, llantos y crujir de dientes cuyo desenlace fue la espantada de Sánchez), así llamado en conversaciones privadas.

Los dirigentes de uno y otro bando no acaban de ver la salida andaluza porque, dicen “todo el mundo pilló a Susana con el puñal en la mano”. Pero tampoco ven a Pedro Sánchez. Por su incapacidad para unir al partido y, sobre todo, por hacerse irreconocible ante sus propios seguidores cuando denunció un PSOE derechizado a las órdenes del Ibex, mientras reclamaba un PSOE más cerca de Iglesias que de Felipe González.

Y, por supuesto, sin decir ni media palabra sobre el estado en el que deja al partido, con más de millón y medio de votos malogrados desde que lo heredó de Rubalcaba. Es la herencia de Sánchez: dos estrepitosas derrotas electorales y un partido roto.

El entorno del exlíder del PSOE colocó en el circuito informativo del fin de semana la especie de que Sánchez no ha tirado la toalla. Y anuncia que va a sacar la cabeza como aspirante a liderar de nuevo el partido: 'Reaparecerá en Valencia para hablar de su proyecto (sábado próximo, mesa redonda en Xirivella, aforo de 350 personas)', 'Sánchez calienta motores para plantar cara a Susana Díaz', 'Veinticinco dirigentes se han reunido cuatro veces en Madrid para diseñar su estrategia y ganar las primarias'. Y así sucesivamente.

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