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La Iglesia topa con Podemos
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Antonio Casado

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La Iglesia topa con Podemos

Hay muchas razones vivas para denunciar los privilegios de la Iglesia, insostenibles en un régimen democrático. Pero a los chicos de Podemos solo les ofende una misa televisada en La 2

Foto: El líder de Podemos, Pablo Iglesias (c), durante una misa en la catedral de la Almudena. (EFE)
El líder de Podemos, Pablo Iglesias (c), durante una misa en la catedral de la Almudena. (EFE)

Izquierda Unida ha reclamado en sede parlamentaria la supresión de la misa dominical que se emite por la segunda cadena de TVE. Los dirigentes de la trama Podemos-IU-etcétera sostienen que ese tipo de espacios “incita al odio". Así que ayer el presidente del Episcopado, Ricardo Blázquez, que acaba de reengancharse en el cargo, arremetió contra ellos por hablar “sin fundamento”, solo por “alimentar a la clientela”. Tiene razón.

El primer choque de los obispos con la izquierda mochilera nos deja con la cabeza caliente y los pies fríos. Quiero decir que hay muchas razones vivas para denunciar los privilegios de la Iglesia española, insostenibles en un régimen democrático. Pero a los chicos de Podemos solo les ofende una misa televisada en La 2, que es básicamente un servicio publico para uso de enfermos, ancianos o creyentes perezosos ¿Qué sentido tiene querer privarlos del mismo? ¿A quién molesta?

Foto: Podemos presenta una PNL para eliminar las misas de TVE (Fotomontaje: EL CONFI TV)

Mientras tanto, el régimen democrático del 78 sigue arrastrando las contradicciones fundacionales que, por tener la fiesta en paz, no alteraron sustancialmente el estatus de la Iglesia durante el franquismo tras el famoso Concordato de 1953. A saber: “La religión católica, apostólica y romana sigue siendo la única de la nación española”. Y además: “El Estado español reconoce a la Iglesia el carácter de sociedad perfecta”.

Aquella concepción casi teocrática del Estado y la sociedad no caducó con la tendencia laicista de una izquierda con hambre atrasada de libertades pero dispuesta, insisto, a tener la fiesta en paz. Así que en la Constitución del 78 la “libertad de conciencia” cedió ante la “libertad religiosa”. El laicismo se quedó en la difusa idea de “no confesionalidad”. Y el Concordato de 1953 se desdobló en cuatro documentos. Uno, asuntos jurídicos. Dos, enseñanza y asuntos culturales. Tres, asistencia religiosa a las Fuerzas Armadas y servicio militar de clérigos y religiosos. Y cuatro, asuntos económicos.

Con pequeños retoques exigidos por la izquierda para que todo siguiera igual, esos acuerdos siguen vigentes, tienen categoría de tratados internacionales (un pacto entre dos estados, en realidad) y son la fuente de los privilegios que aún goza la Iglesia española en materia de enseñanza (la asignatura de religión, el régimen especial en los colegios católicos concertados con el Estado), beneficios fiscales, dominio sobre inmuebles históricos, las capellanías, sueldos oficiales a los clérigos, exposición pública de signos, presencia en actos oficiales, mantenimiento de edificios eclesiásticos por el erario publico, aportaciones presupuestarias (la famosa casilla del IRPF), etc.

Les motiva más el espectáculo que una ofensiva seria sobre los anacronismos que arrastra la relación del Estado español con la Iglesia católica

Todo eso consta en la hoja de ruta de Podemos hacia el Estado laico, después de tumbar el Concordato, recuperar los inmuebles registrados por la Iglesia y suprimir los beneficios fiscales de la Iglesia, entre otras cosas. Pero si el ruido lo hacen por cuenta de un asunto tan marginal y tan inocuo como la misa dominical de TVE, es que les motiva más el espectáculo que una ofensiva seria sobre los anacronismos que arrastra la relación del Estado español con la Iglesia católica.

Si quieren jugar la baza anticlerical, en su propio programa tienen un inagotable campo de actuación. Además podrían ir de la mano del PSOE, curtido ya en muchos intentos fallidos de caminar hacia el Estado laico, que es el sueño malogrado de la izquierda española. O, al menos, hacia una real neutralidad del Estado en materia religiosa, que es un mandato constitucional.

Izquierda Unida ha reclamado en sede parlamentaria la supresión de la misa dominical que se emite por la segunda cadena de TVE. Los dirigentes de la trama Podemos-IU-etcétera sostienen que ese tipo de espacios “incita al odio". Así que ayer el presidente del Episcopado, Ricardo Blázquez, que acaba de reengancharse en el cargo, arremetió contra ellos por hablar “sin fundamento”, solo por “alimentar a la clientela”. Tiene razón.

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