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"Sánchez no es nadie sin Rajoy" (Fernández Vara 'dixit')
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"Sánchez no es nadie sin Rajoy" (Fernández Vara 'dixit')

Los defensores de la causa pedrista, como si no tuvieran otra fuente de energía que la sed de revancha, disparan a todas horas contra el abstencionismo en la investidura de Rajoy

Foto: Fotografía de archivo del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (i), y el ex secretario general del PSOE Pedro Sánchez. (EFE)
Fotografía de archivo del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (i), y el ex secretario general del PSOE Pedro Sánchez. (EFE)

A los socialistas, por boca de su portavoz parlamentario (ayer, sesión de control), les produce “irritación y vergüenza” la indolente actitud del presidente del Gobierno ante la cadena de casos de corrupción amarrados a las siglas del PP. “Ustedes no son vistos como luchadores sino como cómplices de la corrupción”, le dijo.

Y Rajoy respondió con una larga cambiada a la aparatosa dureza de Antonio Hernando: “No voy a entrar en su juego”. El juego no tiene ningún misterio para Rajoy ni para nadie. Lo impone “la situación interna del PSOE”. Consiste en exagerar el rasgado de vestiduras ante los escándalos asociados a nombres hechos en el tejido organizativo del partido en el poder.

El juego no tiene ningún misterio para Rajoy ni para nadie. Lo impone “la situación interna del PSOE”

Días antes, el diputado socialista por Teruel, Ignacio Urquizu, sin dejar de reprobar al PP por los numerosos casos de corrupción que lo acorralan, aplaudió en la tele el cerco policial y judicial a quienes los han perpetrado. Así puso en valor el funcionamiento del Estado de derecho para depurar responsabilidades judiciales y políticas por los consabidos escándalos que están estos días en la mente de todos.

Preciso es recordar que el sociólogo Urquizu, una prometedora figura en la nomenclatura del PSOE, es un valedor de la candidatura de la presidenta andaluza, Susana Díaz, a la secretaría general. Más o menos como Antonio Hernando, perfectamente alineado con la comisión gestora que dirige con templanza y sentido común el presidente de Asturias, Javier Fernández.

Pedro Sánchez y sus seguidores acusan a Javier Fernández de haber sucumbido a los encantos de Mariano Rajoy y llevar al PSOE a tierra de nadie

Como es público y notorio, Fernández es la bestia negra del otro candidato con posibilidades de reocupar el trono de Ferraz, Pedro Sánchez. El ex secretario general y sus seguidores le acusan de haber sucumbido a los encantos de Mariano Rajoy y de llevar al PSOE a tierra de nadie. Los más recientes casos de corrupción ligados al PP alimentan ese discurso. A saber: por la abstención de los diputados socialistas en la investidura de Rajoy —decidida por mayoría del comité federal—, el sanchismo hace culpable a la comisión gestora de haber prolongado la vida política de un partido corrupto.

El relativo éxito de ese argumentario entre la militancia, que afloró en el inesperado número de avales recogidos por Pedro Sánchez, explica el endurecimiento del tono empleado por Hernando, respecto a las sensatas palabras de Ignacio Urquizu, apenas 10 días antes.

Fernández Vara acusa a Sánchez de fracturar el PSOE

Los defensores de la causa pedrista, erre que erre, como si no tuvieran otra fuente de energía que la sed de revancha por el destronamiento de Sánchez, disparan a todas horas contra el abstencionismo en la investidura de Rajoy. Ahora han encontrado un pretexto más para deslegitimar no tanto al Gobierno y al PP, por los casos de corrupción que los salpican, sino a la dirección provisional del PSOE, favorable a la causa de Susana Díaz, por haber apostado por el jefe de los corruptos en noviembre del año pasado.

El propio Sánchez no pierde ocasión de lanzar la simpleza de que la dirección provisional del PSOE malogró la oportunidad de haber dejado fuera de juego a un partido corrupto y a un presidente que lo consentía. Su discurso se inspira en el desquite, el resquemor y la idea falaz de que si todos los diputados socialistas se hubieran mantenido en el 'no es no' a Rajoy, ahora tendríamos un PSOE más fuerte y en Moncloa a un presidente distinto.

Su discurso y el de sus seguidores siempre desemboca en lo mismo. Me lo dijo con las palabras que titulan este comentario el presidente de Extremadura, Fernández Vara, el otro día, en Yuste: “Pedro Sánchez no es nadie sin Rajoy”. Y así se explica también la inusitada dureza del discurso de Hernando. A fin de combatir la idea tóxica de que hay dos PSOE, uno hostil y otro amable con el PP, tuvo que sobreactuar. Y Rajoy, que tiene mucha carretera, lo vio venir.

A los socialistas, por boca de su portavoz parlamentario (ayer, sesión de control), les produce “irritación y vergüenza” la indolente actitud del presidente del Gobierno ante la cadena de casos de corrupción amarrados a las siglas del PP. “Ustedes no son vistos como luchadores sino como cómplices de la corrupción”, le dijo.

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