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“Rajoy para rato”: el nuevo grito de guerra del PP
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Antonio Casado

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“Rajoy para rato”: el nuevo grito de guerra del PP

El PP podía haber razonado en su día la inconveniencia política y legal de limitar aquí y ahora los mandatos presidenciales sin necesidad de asumir un compromiso que no pensaba mantener

Foto: Mariano Rajoy y Albert Rivera, en el debate de investidura de 2016. (EFE)
Mariano Rajoy y Albert Rivera, en el debate de investidura de 2016. (EFE)

En el catecismo regenerador de Ciudadanos ocupa un lugar preeminente la limitación de mandatos del presidente del Gobierno, o presidenta, cuando sea el caso. Como por el interés te quiero, Andrés, en pleno año tonto de 2016 el PP se apuntó a la causa ('Ciento cincuenta compromisos para mejorar España'), a cambio de que los diputados de Albert Rivera abrazaran una causa de mayor cuantía: 'Rajoy for president'.

O sea, que el PP firmó en caliente lo que ahora no cumple en frío, cuando Ciudadanos, tal día como hoy, presenta en el Congreso una proposición de ley para limitar los mandatos presidenciales a dos legislaturas o a ocho años como máximo de permanencia en La Moncloa.

El PP firmó en caliente lo que no cumple en frío, cuando C's presenta una proposición de ley que limite los mandatos presidenciales a 2 legislaturas

Cuarenta y ocho horas antes, la llamada interparlamentaria del partido de Rajoy, reunida en Valencia, acreditó el si te he visto no me acuerdo por boca de su coordinador general, Martínez Maillo, que taponó el recuerdo de aquel compromiso con el primer viva el vino que se le ocurrió: “Tenemos Rajoy para rato”. Y ese es su nuevo grito de guerra, la doctrina oficial frente a la iniciativa de Ciudadanos. Que forma parte de una conjura para sacar a Rajoy de La Moncloa lo antes posible, en la que también se afana la izquierda de Sánchez y la de Pablo Manuel.

Mariano Rajoy y Albert Rivera se estrechan la mano durante la reunión de sus respectivas delegaciones en la que certificaron el acuerdo de investidura hace un año. (EFE)Si la política no estuviera tan banalizada, el PP podía haber razonado en su día la inconveniencia política y legal de limitar aquí y ahora los mandatos presidenciales sin necesidad de asumir un compromiso que no pensaba mantener. Ahora le podrán reprochar con razón que no cumple ni siquiera lo que firma por escrito.

Incluso ahora, un año después de firmarlo, podría reprobar la iniciativa legislativa de Ciudadanos apelando a los derechos fundamentales de sufragio activo y pasivo (artículo 23 de la Constitución). Es un buen argumento que limitar esos derechos, efectivamente, tendría que pasar por la reforma constitucional y un referéndum de ratificación, salvo mejor criterio interpretativo de los “requisitos que señalen las leyes” para acceder a un cargo público, en cuyo caso podría llevarse la limitación a un rango legal ordinario (ley del Gobierno, en este caso).

Es doctrina oficial del PP que la iniciativa de Ciudadanos forma parte de una conjura para sacar a Rajoy de La Moncloa lo antes posible

Aun así, a juicio de este comentarista, la limitación de mandatos afectaría no al presidente o presidenta del Gobierno sino a la voluntad de los ciudadanos de elegir a quien les venga en gana, sea o no un repetidor. Es lugar común sostener que la excesiva permanencia en el cargo (¿y por qué solo el presidente, y no los diputados, e incluso los jueces?) acaba convirtiendo el sillón en mecedora y fomenta toda clase de males como la corrupción, el abuso de poder o el autoritarismo. Pero es el electorado el que está llamado a corregir esas malas prácticas en una democracia sana. Y creer que los electores no están en condiciones de hacerlo en las urnas es tomarlos por tontos.

"¡No nos derribarán ni con mociones de censura ni con limitaciones de mandato!", dijo Martínez Maillo

Pero lo cierto es que el discurso del PP se queda en lo más banal. Prefiere procesar las intenciones de Albert Rivera e ignorar la didáctica constitucional sobre el asunto en cuestión, reñida con lo que ya viene ocurriendo de hecho en ciertas comunidades autónomas, lo cual aumenta el interés del debate de fondo. Ni media palabra tampoco sobre el toma y daca del pacto de investidura firmado por Ciudadanos para hacer presidente a Rajoy, que incluía, entre otras cosas, llevar la limitación de mandatos al vigente orden jurídico.
Según Martínez Maillo, la autorizada voz oficial del partido en el poder, la iniciativa de Ciudadanos no es más que un intento de echar a Rajoy por la puerta de atrás, pero hasta ahí podíamos llegar: “¡No nos derribarán ni con mociones de censura ni con limitaciones de mandato!”. Y no es eso, no es eso.

En el catecismo regenerador de Ciudadanos ocupa un lugar preeminente la limitación de mandatos del presidente del Gobierno, o presidenta, cuando sea el caso. Como por el interés te quiero, Andrés, en pleno año tonto de 2016 el PP se apuntó a la causa ('Ciento cincuenta compromisos para mejorar España'), a cambio de que los diputados de Albert Rivera abrazaran una causa de mayor cuantía: 'Rajoy for president'.