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La mosca y el toro, en reto desigual
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Antonio Casado

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La mosca y el toro, en reto desigual

Un triunfo de las tesis independentistas convertiría España en un Estado fallido. La mosca habría fulminado al toro y no al revés

Foto: Esteladas en una manifestación en Barcelona a favor del referéndum. (Reuters)
Esteladas en una manifestación en Barcelona a favor del referéndum. (Reuters)

El desafío separatista al Estado democrático es como la mosca de vida corta que revolotea sobre los cuartos traseros del toro. Su destino es ser aplastada en instintivo movimiento de la cola, que tiene vida propia y no interrumpe la siesta del animal.

Está en el orden natural de las cosas. No se me ocurre metáfora más adecuada para conjugar el grito de Mariano Rajoy y la consabida réplica de Carles Puigdemont. “No desestimen la fuerza de la democracia”, dice el presidente del Gobierno. "No desestimen la fuerza del pueblo catalán”, responde el presidente de la Generalitat.

Descontadas las dosis de voluntarismo adjudicadas a uno y otro, a gusto del consumidor, un triunfo de las tesis independentistas (celebración del referéndum y posterior proclamación de la república independiente de Cataluña) convertiría España en un Estado fallido. La mosca habría fulminado al toro y no al revés. En otras palabras: si no fracasa el referéndum del 1-O, la que habrá fracasado es la ley.

Un triunfo del independentismo convertiría España en un Estado fallido. La mosca habría fulminado al toro y no al revés

Conviene que le demos un par de vueltas al asunto. El toro es el Estado (Hobbes también lo comparó con un animal, un monstruo marino). Funciona bajo el imperio de la ley y el reconocimiento internacional como país legítimamente constituido sobre principios, usos y costumbres de la democracia. Y uno de sus principios básicos, mientras no se cambie la Constitución por el procedimiento previsto en la misma, es el que asigna al conjunto del pueblo español la titularidad única e indivisible de la soberanía nacional.

Los independentistas son como las moscas del hastío en el célebre poema de Antonio Machado: familiares, inevitables, golosas, divertidas, vulgares

La mosca es el desafío al Estado de un determinado grupo político, mayoritario en el Parlament pero no en la ciudadanía catalana, según las 'plebiscitarias' elecciones autonómicas de hace dos años. Así que no tiene sentido hablar de “la fuerza del pueblo catalán”. En todo caso, la del bloque independentista. Por eso mienten como bellacos los independentistas cuando hablan de conflicto entre Cataluña y el Estado. Es un problema entre un Estado español que se defiende (el toro) y la facción política de Cataluña (la mosca) que aspira a reventarlo.

La pregunta del millón habita en el fuero interno de cada uno de nosotros: ¿cuál de las dos fuerzas del singular duelo debe o no debe subestimarse? Conviene retener, eso sí, el pequeño detalle de que Rajoy habla en nombre del conjunto de los españoles, que septuplican al conjunto de los catalanes. Les guste o no semejante bastonazo de realidad, Puigdemont y sus costaleros ni siquiera hablan en nombre del conjunto de los catalanes, aunque se lo atribuyan indebidamente. Solo en nombre del 47%.

En el conflicto entre el Estado español y una facción política de Cataluña, la pregunta del millón: ¿cuál de las dos fuerzas debe o no debe subestimarse?


Puigdemont, Junqueras, Forcadell, Tardà, etc. son como las moscas del hastío en el célebre poema de Antonio Machado: familiares, inevitables, golosas, divertidas, vulgares, pequeñitas, revoltosas. Su misión en la vida es conseguir que el toro esta vez dé un paso atrás ante el avance ruidoso, único, estelar, excluyente y reiterativo del bloque separatista hacia el 1 de octubre.

Mientras tanto, el Estado ejerce su derecho a la legítima defensa “sin descartar nada”. Ni los indultos que, según el fiscal Maza, se verían venir después de la tormenta. Bueno, normal. El indulto está en la Constitución, lo mismo que el artículo 155, el estado de alarma, el derecho de sufragio o el deber de someterse a los tribunales por incumplimiento de las leyes o por cometer delitos.

El desafío separatista al Estado democrático es como la mosca de vida corta que revolotea sobre los cuartos traseros del toro. Su destino es ser aplastada en instintivo movimiento de la cola, que tiene vida propia y no interrumpe la siesta del animal.

Carles Puigdemont Mariano Rajoy