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Encuestas 21-D: ERC busca costaleros
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Antonio Casado

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Encuestas 21-D: ERC busca costaleros

La peor de las hipótesis sería una nueva mayoría absoluta que obligue al independentismo a persistir en el desafío al Estado y olvidarse de la transversalidad

Foto: El líder del PSC, Miquel Iceta, en un acto en Barcelona. (EFE)
El líder del PSC, Miquel Iceta, en un acto en Barcelona. (EFE)

Las encuestas sobre el 21-D presentan un electorado partido en dos por la consabida frontera entre independentistas y no independentistas. Solo en eso coinciden todas. En todo lo demás, abren el camino del quinielismo y cierran el de los análisis. Es normal tratándose de un conflicto absolutamente reñido con la razón y el sentido común.

Solo dos barandillas donde apoyarse. A un lado, la alta participación prevista, récord en elecciones autonómicas, sobre el 80%. Al otro, la indecisión de una cuarta parte del electorado. Lo demás es, insisto, una incitación a las apuestas y al alquiler de balcones para la noche del recuento.

[Ciudadanos ahoga el discurso del PP en Cataluña]

En un mapa político tan fragmentado, con siete fuerzas políticas en liza, puede pasar de todo. Incluido un nuevo reinado del independentismo si la matemática (nueva mayoría absoluta de las huestes de Junqueras y Puigdemont con la CUP) los obliga a olvidarse de la transversalidad y persistir en el desafío al Estado. Es la peor de las hipótesis, incompatible con la sed de normalidad detectada en amplias capas de la sociedad catalana.

Solo dos barandillas donde apoyarse: a un lado, la alta participación prevista, sobre el 80%; al otro, la indecisión de una cuarta parte del electorado

Absolutamente descartable, a mi juicio, un futuro reinado de los constitucionalistas. Ni aunque les dieran los números. El PSC de Iceta lo haría imposible, por su aversión a la política de bloques. Si Ciudadanos le parece la media luna del PP, del PP ni hablamos como eventual compañero de viaje en la gobernación de Cataluña. Y si mira al otro lado de la barricada, mencionará su compromiso de no pactar con fuerzas políticas que “ponen en riesgo la integridad territorial de España” (Sánchez 'dixit').

Iceta se anuncia como el adalid de la centralidad, pero sus socios del PSOE en la intervención de la Generalitat por aplicación del 155 (PP y Ciudadanos) no se fían. Han convertido en pedrada electoral el recuerdo de los 'tripartitos' de Maragall y Montilla con ERC. De modo que recelan de la doctrina oficial, expresada en estos términos por Beatriz Silva, número cuatro de la candidatura socialista: “El tripartito es imposible si ERC no vuelve a la legalidad”. ¿Y si vuelve a la legalidad por declaración pública en el papel que lo aguanta todo?

Cualquier otro desenlace será un precursor del retorno a la normalidad, solo alterada por las cuentas pendientes de algunos electos con la Justicia (Puigdemont, Junqueras, Jordi Sànchez, Romeva, etc.). Y será inevitablemente transversal. En Gobierno de coalición, como pacto de legislatura (apoyo garantizado sin entrar en el Gobierno) o solo en la gestión del día a día.

Mi apuesta es por lo tercero. O sea, un Govern en minoría (de ERC, muy probablemente), con acuerdos de geometría variable, que aplace el sueño de la Cataluña independiente y permita a los demás partidos seguir haciendo sus respectivos roles.

Los socios del PSOE en el 155 han convertido en pedrada electoral el recuerdo de los 'tripartitos' de Maragall y Montilla con ERC

La otras dos hipótesis de transversalidad inevitable, siempre que no se repita una mayoría independentista, como queda dicho, se refieren al pacto de legislatura y a la hechura misma del Govern. No comparto ninguna de las dos, pero son las más manoseadas por los apostadores.

Las dos aparecen enredadas en incongruentes teorías con los socialistas de Iceta y los comunes de Domènech en el papel de costaleros de ERC, que aparece como primera fuerza en todas las encuestas. Los veo como aliados ocasionales, según los temas, pero no en un Gobierno de coalición ni en un apoyo concertado para toda la legislatura.

Las encuestas sobre el 21-D presentan un electorado partido en dos por la consabida frontera entre independentistas y no independentistas. Solo en eso coinciden todas. En todo lo demás, abren el camino del quinielismo y cierran el de los análisis. Es normal tratándose de un conflicto absolutamente reñido con la razón y el sentido común.

Miquel Iceta Oriol Junqueras PSC Esquerra Republicana de Catalunya (ERC)