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Hoy despierta el Parlamento de Cataluña
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Antonio Casado

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Hoy despierta el Parlamento de Cataluña

Por no sobrealimentar el 155, la parte más sensata del fracturado separatismo parece haber logrado neutralizar las intenciones de los 'anticapitalistas'

Foto: Vista del salón de sesiones del Parlament de Cataluña. (EFE)
Vista del salón de sesiones del Parlament de Cataluña. (EFE)

El pleno de hoy en el Parlament llega asociado a un eventual desbloqueo de la situación. Será difícil si prosperan las enmiendas de la CUP en su texto inicial. Pretenden los cuatro diputados del grupo 'anticapitalista' que, de forma más o menos explícita, la Cámara insista en la independencia y el proceso constituyente de la república catalana.

Las enmiendas endurecen la propuesta de resolución del PDeCAT (por el presidente 'legítimo' y la abolición del 155) y fueron admitidas a trámite por la Mesa en su reunión de ayer, en contra de los dictámenes aportados por los letrados de la Cámara y la secretaría general de la misma. Mala señal para quienes esperan que este despertar parlamentario sea el principio de la cuenta atrás hacia la normalización política de Cataluña.

La Mesa del Parlament admite la propuesta de la CUP para reiterar la declaración de independencia

Por no sobrealimentar el 155, la parte más sensata del fracturado separatismo parece haber logrado neutralizar las intenciones de los 'anticapitalistas'. Y si no lo consigue, con una referencia menos directa a la declaración de independencia, aparecerían nuevas señales en la descomposición de las tramas políticas y civiles del golpe al Estado de derecho, con sus líderes huidos o encarcelados.

Los palos de ciego se multiplican en el confuso juego de las cuatro esquinas tras los sucesos del 27 de octubre: Puigdemont y sus costaleros (narcisismo tribal), la ERC de Junqueras (por un Govern efectivo que deje atrás el 155), el PDeCAT de Marta Pascal (añoranza de la centralidad perdida) y la CUP de Riera (a la república catalana por la desobediencia). Cuatro fuerzas cuyos intereses han entrado en colisión.

Nadie garantiza que “el hombre de Waterloo” haya asumido el repliegue para perpetuarse en un Consejo de la República con mando a distancia

Nadie está en condiciones de garantizar seriamente que “el hombre de Waterloo” (así lo llaman en su propio partido) haya asumido el repliegue para perpetuarse en el simbolismo de un gaseoso Consejo de la República con mando a distancia. Como no tiene nada que perder, seguirá forzando el pulso con el Estado en la designación de un presidente 'efectivo' pero abocado a la inhabilitación en cuestión de semanas (fin de la instrucción de la causa en el Tribunal Supremo).

Por tanto, Jordi Sànchez mejor que Jordi Turull, ambos con mochila penal a cuestas. Jordi Turull mejor que Elsa Artadi (no imputada, pero ya señalada en un informe de la Guardia Civil al Tribunal Supremo). Y Elsa Artadi mejor que Pere Aragonés (Pineda del Maresme, 1982, ojo a este nombre), ex número dos de Junqueras en la Consejería de Economía.

La idea es que Puigdemont anuncie en Bruselas el candidato a la investidura el domingo que viene. Para dejar claro quién manda. Insisto, sin garantías de que no vuelva a desbaratarse todo en unas negociaciones interminables entre Puigdemont y ERC, hasta el momento sin resultados tangibles.

Foto: El diputado electo de JxCAT Jordi Turull conecta por teléfono con Carles Puigdemont. (EFE)

Otras señales apuntan al derrumbamiento de la causa. La pugna por la hegemonía en el campo nacionalista y la derivada judicial descolocan a sus dirigentes. Contaban con la fuerza moral de sus convicciones, la comprensión de la comunidad internacional, la firmeza de esa mitad de catalanes decididos a romper con España y el ardor guerrero para aguantar hasta que el Estado se diera por vencido.

Bastaron unas cuantas citaciones judiciales para ponerlos en fuga moral o geográfica. Su patriotismo se vino abajo a las puertas de la cárcel. Y algunos, como su protomártir, Artur Mas, se acabaron desentendiendo de la causa con la tardía explicación de que todo había sido simbólico. Lo malo es que los encarcelamientos, el enfrentamiento civil entre catalanes, el ridículo internacional, la fuga de las empresas o la propia intervención del autogobierno no tenían nada de simbólico.

Así las cosas, no es extraño el desplome del independentismo en las encuestas.

El pleno de hoy en el Parlament llega asociado a un eventual desbloqueo de la situación. Será difícil si prosperan las enmiendas de la CUP en su texto inicial. Pretenden los cuatro diputados del grupo 'anticapitalista' que, de forma más o menos explícita, la Cámara insista en la independencia y el proceso constituyente de la república catalana.

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