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El PSOE, en defensa del Estado
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Antonio Casado

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El PSOE, en defensa del Estado

La ofensiva separatista representa una forma de golpe al Estado menos violenta, pero más insidiosa. Por eso Sánchez propone actualizar el delito de "rebelión"

Foto: Pedro Sánchez en una rueda de prensa. (EFE)
Pedro Sánchez en una rueda de prensa. (EFE)

Con su disposición a apoyar un 155 aún más duro, si los nuevos gobernantes catalanes pasan de las palabras a los hechos, Pedro Sánchez, coloca al PSOE en primera línea de resistencia ante la última forma de golpe al Estado. Menos violenta y más insidiosa que la descrita en el Código Penal. Por eso propone una puesta al día del delito de “rebelión”.

Esa forma de asedio al marco legal, calificada por algunos como "golpe de Estado posmoderno" (incruento, sin tanques, pero con relatos difamatorios y mentiras prefabricadas de rápida difusión) es la perpetrada por el nacionalismo en su versión más etnicista. La representa Quim Torra, el nuevo presidente de la Generalitat. Sánchez lo compara con Le Pen y se refiere a él como "dirigente xenófobo, racista, reaccionario y anticonstitucional, que siempre tendrá enfrente al PSOE".

En su encuentro del martes con Mariano Rajoy, Sánchez se esforzó en aparecer como líder de un partido de Estado. Una condición bien acreditada en su largo paso por el poder. Y mantenida ahora desde la oposición, donde los ciudadanos le han colocado. Las palabras y los hechos demuestran su voluntad de alinearse con el Gobierno en defensa de la Constitución sin olvidar las diferencias siderales que le separan del PP.

Las palabras y los hechos demuestran la voluntad de alinearse con el Gobierno en defensa de la Constitución sin olvidar sus diferencias con el PP

Explica que "esta crisis va a durar años". Por eso insiste en la exigible unidad de los demócratas, cree haber influido en Rajoy para que cite en Moncloa al líder de Podemos (Iglesias irá a Moncloa en los próximos días) y se dispone a explicar en Europa los hilvanes del nacionalismo catalán con movimientos populistas y eurófobos que están apareciendo en la UE.

Es la lógica del compromiso con la legítima defensa del Estado social y democrático de derecho. Su más cualificado guardián debe ser el Gobierno. Pero no puede quedarse solo en la tarea de garantizar la convivencia en un sistema predeterminado por la voluntad popular libremente expresada en las urnas.

placeholder Mariano Rajoy y Pedro Sánchez en Moncloa. (EFE)
Mariano Rajoy y Pedro Sánchez en Moncloa. (EFE)

Quienes gobiernan y quienes aspiran a gobernar se sindican frente a quienes quieren desacreditarlo. Es el sentido de la convocatoria de Rajoy a los principales jefes de fila de la política nacional: contar con su apoyo a las decisiones orientadas a desactivar la ofensiva contra un sistema que se reconoce en los principios de integridad territorial y soberanía nacional única.

También el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, pasó por Moncloa el jueves pasado. En lo esencial va del brazo del Gobierno y del PSOE. Como a finales de octubre, cuando se decidió aplicar el 155 hasta la formación del un nuevo 'govern'. Sin embargo, esta vez cayó en la tentación de marcar diferencias y seguir utilizando su victoria electoral en Cataluña para hostigar a Rajoy. Menores, en todo caso, pues no pasan de ser movimientos tácticos en disputa con el PP por un mismo electorado.

Albert Rivera ha caído en la tentación de marcar diferencias con el PP y utilizar su victoria electoral en Cataluña para hostigar a Rajoy

Pablo M. Iglesias confirma la llamada de Moncloa "para hablar de Cataluña". Está por ver hasta donde llegará la complicidad, o en su caso el desmarque, de quien tantas veces ha cuestionado la Constitución de 1978 y la forma monárquica del Estado, que son vigas maestras de nuestro marco legal.

La primera reacción no es muy esperanzadora. "No estamos de acuerdo con la excepcionalidad ni con la línea represiva de los partidos monárquicos, pero el diálogo sin exclusiones entre todos los actores es imprescindible", ha escrito Iglesias en una de sus habituales deposiciones en twitter. ¿Entenderá Iglesias que es represivo el ejercicio de la legitima defensa del Estado frente a quienes quieren reventarlo de forma unilateral y al margen de la ley?

Con su disposición a apoyar un 155 aún más duro, si los nuevos gobernantes catalanes pasan de las palabras a los hechos, Pedro Sánchez, coloca al PSOE en primera línea de resistencia ante la última forma de golpe al Estado. Menos violenta y más insidiosa que la descrita en el Código Penal. Por eso propone una puesta al día del delito de “rebelión”.

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