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Soraya y Casado, a la caza del compromisario
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Soraya y Casado, a la caza del compromisario

"Quiero ser el candidato de las bases, no de los notables", tenía dicho Casado antes de las votaciones. Ahora apela al voto de los notables, según lo previsto

Foto: Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado se saludan en un pleno del Congreso. (EFE)
Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado se saludan en un pleno del Congreso. (EFE)

Habló la militancia del PP. Hubo apuesta por lo nuevo y rechazo del aparato, como en el PSOE. Lo nuevo con experiencia (Soraya, 47) se impuso a lo nuevo sin ella (Casado, 37). Por 1.500 votos y tras una campaña personalista cuyo desenlace queda pendiente del congreso extraordinario (20 y 21 de julio).

El dilema es confrontar o fundirse. Pueden entenderse y aparecer en candidatura única, como quiere Soraya, que no para de hablar de "unidad" e "integración" ("Seré generosa"). O reclamar del congreso la última palabra después de confrontar ante los compromisarios, como quiere Casado.

"Quiero ser el candidato de las bases, no de los notables", tenía dicho Casado antes de las votaciones. Pero como la política es así de tornadiza, el joven vicesecretario del PP, convencido de que le van a llover los malogrados votos de Cospedal y García Margallo (teóricamente contrarios a la causa de Soraya), ahora apela al voto de los "notables" porque es lo democrático, lo reglamentario y lo previsto en el procedimiento.

Los dos disponen de quince días para los ritos de apareamiento. Y el lunes se abre la caza del compromisario, cuando se publique la lista

La moneda está en el aire. Los dos disponen de quince días para los ritos de apareamiento. Tiempo de reflexión con idas, venidas, negociación y presiones de ida y vuelta. Y el lunes se abre la caza del compromisario. Hasta ese día se guarda bajo llave la lista de electos, de imprescindible rastreo en el cálculo de los aspirantes. Sobre este censo de 3.134 votantes (522 son natos por el cargo que ocupan) planea la pregunta del millón: ¿se atreverían, llegado el caso, a desautorizar a los militantes?

Habrá de todo. Unos irán obligados por el compromiso previo de votar al candidato ganador en su la circunscripción. Sin esa atadura, otros repetirán apuesta por uno de los dos. Pero los más requeridos serán quienes se inclinaron por uno de los cuatro aspirantes que no pasaron el corte y ahora deben reorientar su apuesta hacia Soraya o hacia Casado.

Será clave conocer el número de compromisarios que, al margen de los supuestos anteriores, consideren prioritaria la unidad del partido y se resistan a revisar la decisión mayoritaria de los militantes. Son los que desearían una sola candidatura integrada. Y si se va a la confrontación, optarían por la candidatura ganadora en las votaciones del jueves.

Dicho sea todo eso al hilo de la doctrina oficial, según la cual "los compromisarios no son de nadie". O sea, voto libre del vínculo con sus respectivos jefes de fila, en el caso de que relativizasen el peligro de fractura por desautorización de la militancia. Al hilo, sobre todo, del estado de opinión que se ha generado. A saber: Cospedal pierde, pero decide.

No descartemos que Cospedal, cortejada por Casado, aparque sus diferencias con Soraya en nombre de "lo que sea mejor para el partido"

Ahí se centran los analistas. Sin embargo, no descartemos que la todavía secretaria general, cortejada por Casado para descabalgar a Soraya, aparque sus diferencias con la ex vicepresidenta en nombre de "lo que sea mejor para el partido", según ha dicho. Y tampoco olvidemos que Cospedal y Casado se han cruzado duras acusaciones de juego sucio durante la campaña.

Espadas en alto. Los compromisarios tienen la última palabra sobre quién ha de liderar el partido para "volver cuanto antes al Gobierno" (Soraya) o "recuperar cuanto antes las ideas, principios y valores de nuestro partido" (Casado). Si de verdad esos 3.134 comisionados no son de nadie, según dice el comité organizador, lo normal sería que ratificasen la voluntad mayoritaria de los militantes, so pena de dejar abiertas unas cuantas heridas en el seno del PP.

Habló la militancia del PP. Hubo apuesta por lo nuevo y rechazo del aparato, como en el PSOE. Lo nuevo con experiencia (Soraya, 47) se impuso a lo nuevo sin ella (Casado, 37). Por 1.500 votos y tras una campaña personalista cuyo desenlace queda pendiente del congreso extraordinario (20 y 21 de julio).

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