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El regalo de Otegi a sus amigos catalanes
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Antonio Casado

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El regalo de Otegi a sus amigos catalanes

Un minuto después de la sentencia del Tribunal de Estrasburgo sobre el líder de Sortu, Torra se ponía estupendo en las redes sociales: “La Justicia española, cada vez más cuestionada en Europa”

Foto: Arnaldo Otegi. (EFE)
Arnaldo Otegi. (EFE)

En clave catalana veo la sentencia del Tribunal de Estrasburgo, con el líder de Sortu, Arnaldo Otegi, en el papel principal. Racha de viento en las velas del independentismo catalán, que encuentra en la internacionalización del ‘conflicto’ su mejor resorte para la causa. Ahora, a la luz del Convenio Europeo de Derechos Humanos (párrafo primero del artículo 6).

"Otegi no tuvo un juicio justo"

Inesperado regalo del alto tribunal, requerido por Otegi y cuatro figuras más del nacionalismo radical vasco. Un minuto después de su declamatoria sentencia sobre el tribunal español que los juzgó con ‘parcialidad’ por intentar reconstruir la ilegalizada Batasuna, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, se ponía estupendo en las redes sociales: “La Justicia española, cada vez más cuestionada en Europa”.

Menos lobos. Tirón de orejas, como mucho, por la presencia en el tribunal de una magistrada, Ángela Murillo, que ya había sido apartada por falta de imparcialidad en un juicio anterior del que Otegi resultó absuelto. De hecho, la sentencia de Estrasburgo no genera efectos jurídicos. Incluso sugiere a los cinco dirigentes 'abertzales' que se abstengan de reclamar. Y en todo caso, que asuman el marco de la Justicia española, cuyos cauces legales “son la mejor forma de compensación”.

En un pasaje de la sentencia se viene a decir que sobre el ánimo de los miembros del tribunal español (sección cuarta de la sala de lo penal de la Audiencia Nacional) gravitó el historial de los encausados por intentar reconstruir el brazo político de ETA (Batasuna). Por ello, Otegi, exmiembro de la banda terrorista, se pasó seis años en la cárcel de Logroño y está inhabilitado para ejercer cargos públicos hasta 2021.

La sentencia de Estrasburgo no genera efectos jurídicos. Incluso sugiere a los cinco dirigentes 'abertzales' que se abstengan de reclamar

Lo que queda de la propia ETA (boletín Zutabe), policialmente derrotada y oficialmente disuelta el pasado mes de mayo, nos recordaba ayer el rastro de sangre y miseria moral que dejaron sus 758 asesinatos. ¿Cómo no iba a pesar sobre el ánimo de los magistrados? Por tanto, los temores de los encausados de no ser tratados con imparcialidad “estaban objetivamente justificados”, dice la sentencia de Estrasburgo.

Una brizna procesal en la larga lucha del Estado democrático contra ETA. Se refiere al sesgo moral de la presidenta del tribunal que juzgó el llamado caso Bateraguna, Ángela Murillo, que en un anterior juicio (enaltecimiento del terrorismo) hizo un comentario improcedente (“Ya sabía yo que me iba a decir eso”) cuando Arnaldo Otegi se negó a responder si condenaba o no el terrorismo de ETA.

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Es evidente la desproporción entre la causa (preguntar no es ofender) y los efectos que ayer reventaron los circuitos políticos y mediáticos de la vida nacional. Es insidioso querer relacionar el puntual comentario de Ángela Murillo con un supuesto desprecio de los jueces españoles por los derechos humanos. Nadie que esté en sus cabales puede poner impunemente en la picota la Justicia española a partir del pasajero ataque de contrariedad de la magistrada.

Pero sí podemos entenderlo quienes tenemos fundadas dudas de que los agitadores del independentismo catalán estén en sus cabales. Por eso aprovechan que el Pisuerga pasa por Valladolid y arremeten contra los jueces españoles. Así que les habrán sonado a música celestial las descargas verbales de Otegi que, por cierto, nada tienen que ver con los contenidos del fallo del tribunal de Estrasburgo. A saber: “España se retrata como un Estado antidemocrático”, “acusaciones falsas”, “mentiras al descubierto”, “nos encarcelan por construir una estrategia pacífica”…

Sus amigos catalanes le estarán eternamente agradecidos.

En clave catalana veo la sentencia del Tribunal de Estrasburgo, con el líder de Sortu, Arnaldo Otegi, en el papel principal. Racha de viento en las velas del independentismo catalán, que encuentra en la internacionalización del ‘conflicto’ su mejor resorte para la causa. Ahora, a la luz del Convenio Europeo de Derechos Humanos (párrafo primero del artículo 6).

Arnaldo Otegi Derechos humanos