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Nos van a dar por la derecha

Así como fue imposible el maridaje entre PSOE y Podemos, se canta la derechización de la política española. Por exportación del modelo andaluz

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE)

El socialismo español, desorientado desde mayo de 2010, cuando Zapatero rompió con su electorado, no vio venir el fenómeno Podemos (la indignación respiró por la izquierda hace cuatro años) ni ha visto venir el fenómeno Vox (desafección que aquí y ahora respira por la derecha).

En el primer caso, una burbuja capitalista sepultó a los socialdemócratas españoles. En el segundo, la 'E' de España se tambaleó en las muy honorables siglas del partido fundado por Pablo Iglesias (háganme la caridad de no confundirlo con Pablo Manuel, por favor) el 2 de mayo de 1879.

El resultado, a día de hoy, es el de un Gobierno socialista sin músculo parlamentario y escaso acompañamiento público, cuya supervivencia depende de los enemigos de la Constitución. Que su legitimidad sea indiscutible no deroga el carácter transitorio de un mal menor, pues no fue la adhesión a Sánchez sino el rechazo a Rajoy lo que cursó en la moción de censura.

Los candidatos madrileños del PP son intercambiables con el ideario de Vox, que es el PP deshabitado de historia. Los genes, no la biografía

Los gurús de las ciencias sociales sostienen que, así como fue imposible el maridaje político entre PSOE y Podemos, se canta la derechización de la política española. Por exportación del modelo andaluz, que es la estrella polar del líder del PP, Pablo Casado, y su ingeniero de guardia, Teodoro García Egea.

Necesitan la venia de Ciudadanos y por eso en Génova no dejan de preguntarse si los de Rivera sabrán ya lo que quieren ser de mayores. Pero, sobre todo, les resulta imprescindible la familiar complicidad de Vox, al alza en todos los sondeos.

Por ahí va la designación digital de los dos candidatos madrileños del PP al ayuntamiento y la comunidad. Martínez Almeida es el espectro masculino de Esperanza Aguirre. E Isabel Díaz Ayuso es el espíritu de las Nuevas Generaciones de Aznar con carácter retroactivo. Ambos ofrecen perfiles intercambiables con el ideario de Vox. A nadie puede sorprender. Es el PP deshabitado de historia. Los genes del PP, aunque no la biografía.

Ayuso y Almeida, candidatos del PP a presidir la comunidad y el ayuntamiento de Madrid

Al Gobierno no le bastará con la pregonada vocación social de su proyecto presupuestario para desactivar esta ola derechizadora que se nos viene encima. Eso trae sin cuidado a sus potenciales costaleros independentistas, cuya misión en la vida es desconectar de España. Apelar al sentido de Estado de Torra, como ha hecho Pedro Sánchez este fin de semana, es como pedir a Manuela Carmena que se arranque por bulerías.

A Sánchez no le bastará la pregonada vocación social de sus PGE. Y pedir sentido de Estado a Torra es como pedir a Carmena que baile por bulerías

Los independentistas solo apoyarán los Presupuestos si Moncloa colabora en la voladura del Estado. Por ejemplo, interfiriendo en las decisiones del poder judicial. Y en cuanto a las fuerzas instaladas a la derecha del arco político, no están por apuntalar la continuidad de Sánchez sino por compartir el sueño de unir fuerzas, con Vox en el asiento supletorio del viaje, para repartirse el poder municipal, autonómico y nacional.

¿Qué sentido tiene pedir a PP y Cs el voto de sus diputados a los PGE que hoy entran en el telar parlamentario? España no es Suecia, presidente. Y, en todo caso, los socialdemócratas suecos no han pactado con la derecha un minuto después de ubicarla en la “bancarrota moral e ideológica”, como sí hizo Pedro Sánchez el sábado en Barcelona.

No parece la mejor forma de hacer amigos.

El socialismo español, desorientado desde mayo de 2010, cuando Zapatero rompió con su electorado, no vio venir el fenómeno Podemos (la indignación respiró por la izquierda hace cuatro años) ni ha visto venir el fenómeno Vox (desafección que aquí y ahora respira por la derecha).

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