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Antonio Casado

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De Osaka a Bruselas, con los amos del mundo

De los grandes problemas del mundo al juego de tronos en la UE, Sánchez disfruta con la política internacional. A diferencia de Rajoy, reñido con los idiomas y los aviones

Foto: Trudeau y Sánchez. (Reuters)
Trudeau y Sánchez. (Reuters)

Pudiera ser que Sánchez hubiera entrado en campaña de cara a unas nuevas elecciones. Ni eso ni lo contrario es verosímil en vísperas de una investidura de incierto resultado. Pero el guiño sirve para levantar acta de su largo fin de semana entre los amos del mundo. En fase creciente de su imagen internacional y a mayor gloria de la marca España.

De Osaka a Bruselas. De los grandes problemas del mundo al juego de tronos en una Europa fragmentada e insegura. El presidente del Gobierno en funciones disfruta con la política internacional. Se siente cómodo. Cómodo y motivado. A diferencia de Mariano Rajoy, reñido con los aviones y con los idiomas.

Pedro Sánchez puede ir de farol ante su propia opinión pública y publicada. Codearse con Trump, Xi Jinping, Merkel, Macron, etc., le permite sobrevolar las miserias de una clase política nacional incapaz de saciar el hambre atrasada de estabilidad que padecen los españoles. No lo consigue pero lo parece en cada descendimiento televisado por las escalerillas del 'Reino de España' en alguna parte del planeta.

Foto: Juncker (i), Tusk (c) y Sánchez (d). (EFE) Opinión

Hablar de multilateralismo, cambio climático, empoderamiento femenino o de las grandes cuestiones geoestratégicas del momento no es lo mismo que fijar la fecha de una sesión de investidura amenazada por los vetos cruzados y los egos de andar por casa.

Mejor avanzar en la gobernabilidad doméstica que hablar por hablar en una cumbre mundial de 20 donde España no es decisiva. Pero, por ejemplo, abrirse paso como un nuevo referente de la socialdemocracia en un mundo dominado por el liberalismo (con permiso de Lassalle), junto a Macron y Trudeau, no deja de ser un salto de la marca España tras unos años de irrelevancia europea y mundial.

Abrirse paso como nuevo referente de la socialdemocracia en el mundo es un salto de la marca España tras años de irrelevancia

De momento, todo juega a su favor. Joven, bien parecido, agradable de trato y recién llegado al poder. Con la ventaja de que hasta ahora solo ha presentado su cara más amable. Todavía no ha afrontado las asperezas de las batallas políticas e ideológicas en las que España se juega su papel en el mundo.

En ese sentido, su primera prueba tiene lugar en Bruselas, donde se debaten los candidatos a ocupar cargos en la superestructura de la UE. Momento propicio para ser decisivos en el eje de la construcción europea. Con puestos de mando a la altura de nuestras ambiciones. En la tarde de este domingo, el debate seguía abierto.

Lo que juega en contra de nosotros, en cambio, es que Sánchez negocia en nombre de un Gobierno en funciones y a la espera de una investidura cada vez más enredada. Pero no perdamos la perspectiva. Tendremos influencia internacional si ganamos peso en el tablero europeo. La construcción de nuestra posición en el mundo empieza por Europa, donde la cuestión catalana aparece como peligroso desafío de un insidioso relato sobre la calidad democrática del Reino de España.

Se prepara un manifiesto en el que prestigiosas universidades del mundo aparecen vinculadas a un manifiesto solidario con el secesionismo catalán

Y en este punto nos conviene saber que de un momento a otro conoceremos un manifiesto en el que el nombre de prestigiosas universidades del mundo (Cambridge, Oxford, Sorbona, Harvard, entre otras) aparece vinculado a un manifiesto de solidaridad con los dirigentes independentistas encarcelados o huidos de la Justicia.

Supone que volveremos a hablar de la indolencia del Estado frente a la difamatoria pero muy eficaz propaganda del separatismo contra la imagen internacional de nuestro país. Una asignatura pendiente que los viajes de Sánchez parecen haber superado en las cancillerías, no en otros ámbitos de la vida pública.

Pudiera ser que Sánchez hubiera entrado en campaña de cara a unas nuevas elecciones. Ni eso ni lo contrario es verosímil en vísperas de una investidura de incierto resultado. Pero el guiño sirve para levantar acta de su largo fin de semana entre los amos del mundo. En fase creciente de su imagen internacional y a mayor gloria de la marca España.

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