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Antonio Casado

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España en coalición, campeona del mundo

En gobernabilidad no vamos a ser campeones mundiales ni de lejos, porque para Sánchez esa nunca fue la prioridad de las prioridades

Foto: Los jugadores de España se abrazan tras conseguir el título mundial. (EFE)
Los jugadores de España se abrazan tras conseguir el título mundial. (EFE)

Fue emocionante oír ayer tarde el himno nacional en Pekín. Campeones del mundo de baloncesto con una coalición donde los colores de España se antepusieron al interés de los equipos a los que sus jugadores pertenecen. El interés general, como razón superior y objetivo de mayor cuantía.

Me permitirán Darío Ojeda y demás compañeros de la sección deportiva en El Confidencial celebrar en clave política el triunfo de un equipo “fuerte y cohesionado” (el sueño de Pedro Sánchez) con jugadores españoles de diferente procedencia. Por si se les pega algo a los líderes de los partidos llamados a despachar hoy y mañana con el Rey sobre la gobernabilidad de un país con hambre atrasada de certidumbres.

Quizás alguien se lo plantee en serio antes de hacerse un selfi con Felipe VI en el Palacio de la Zarzuela. Sí lo ha conseguido Sergio Scariolo, que además es italiano, con jugadores que se disputan un solo campeonato nacional de básquet (liga y copa), ¿por qué no lo ha conseguido Sánchez con partidos que compiten en la misma liga política?

Si Sánchez cede ahora, cargaría con el estigma de la inconsistencia. Y si no cede, corre el riesgo de que las urnas se lo lleven por delante

Aunque todo el mundo sabe que es más de Pepu, absténganse quienes han aprovechado la coyuntura para recordar la escasa simpatía del actual inquilino de la Moncloa, exjugador del Estudiantes, por el entrenador de la flamante campeona mundial de baloncesto (“reconozco que no soy fan de Scariolo”, tuiteó hace ocho años).

La respuesta a la pregunta sobre las causas de que esta España mía, esta España nuestra (ay, Cecilia), semiparalizada, se acerque al abismo de un nuevo e incierto reparto de cartas, no puede ser más simple: la gobernabilidad no ha sido la prioridad de las prioridades en el marco mental del presidente en funciones y sus guionistas de cabecera.

placeholder El tuit de Pedro Sánchez de hace ocho años.
El tuit de Pedro Sánchez de hace ocho años.

Eso no va a cambiar de hoy para mañana. Si cede ahora en sus posiciones, cargaría con el estigma de la inconsistencia. Y si no cede, corre el riesgo de que las urnas se le vengan encima y se lo lleven por delante, como a Santos en Colombia, a Cameron en el Reino Unido, a Renzi en Italia o, sin ir más lejos, a Artur Mas en 2012, después de meter Cataluña en un túnel sin salida con gravísimos daños colaterales.

En estabilidad, no vamos a ser campeones del mundo ni de lejos. Sin embargo, en Moncloa creen que la clave de la gobernabilidad está en las urnas gracias a la 'mayoría cautelosa' que huye de los extremos y anhela las verdes praderas de la moderación. Un territorio inexplicablemente abandonado por el PP y los partidos-escolta, que el PSOE espera colonizar tras las elecciones del 10 de noviembre.

El Rey va a verse sometido a una peligrosa exposición pública entre quienes le reclaman un poder 'mediador' del que carece

El método es sobradamente conocido: severa estigmatización de Podemos y poco realista apelación a que PP y Ciudadanos faciliten la investidura de Sánchez “por responsabilidad”. Y los resultados, también. La izquierda pierde una nueva ocasión de mejorar la condición de los más desfavorecidos. No está claro que el retorno a las urnas sea una palanca de estabilidad. Y el Rey va a verse sometido a una peligrosa exposición pública, sobre todo entre quienes están teniendo la tentación de reclamarle un poder 'mediador' del que carece.

Todo lo demás ha sido hilo a la cometa enamorada del viento. O hacer centrocampismo sin tirar a gol. Y conste que me limito a describir los vectores del análisis. Las conclusiones, los aplausos o los abucheos, corren por cuenta del lector.

Fue emocionante oír ayer tarde el himno nacional en Pekín. Campeones del mundo de baloncesto con una coalición donde los colores de España se antepusieron al interés de los equipos a los que sus jugadores pertenecen. El interés general, como razón superior y objetivo de mayor cuantía.

Pedro Sánchez Sergio Scariolo Rey Felipe VI