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Cada vez más sola: infeliz cumpleaños de la Constitución
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Antonio Casado

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Cada vez más sola: infeliz cumpleaños de la Constitución

No fue jornada de culto a la Carta Magna, aquejada de fatiga de materiales. Al contrario: reproches mutuos entre partidarios y ataques de quienes se declaran beligerantes

Foto: El Congreso de los diputados en la sesión constitutiva de las Cortes. (EFE)
El Congreso de los diputados en la sesión constitutiva de las Cortes. (EFE)

Más crisantemos que rosas sobre una Constitución necesitada de cariño en su 41 aniversario. Cada vez más sola. Las placas conmemorativas parecen lápidas. Un cumpleaños deslucido, con quema de ejemplares en distintos puntos de Cataluña, marcha por la “república vasca” en Bilbao y manifestación contra la Monarquía en los alrededores del Congreso, donde se celebró el acto oficial.

Puertas adentro, tampoco fue día de culto a esa Carta Magna cosida al mayor periodo de paz y prosperidad de la historia de España, pero ya afectada por la fatiga de materiales. Al contrario: reproches mutuos entre partidarios y venenosos ataques de quienes directamente se declaran beligerantes.

El silencio o las medias palabras de Sánchez sobre la soberanía nacional alimenta el discurso de la derecha que le sitúa con los "enemigos de España"

En el salón de Pasos Perdidos de la Cámara Baja el presidente en funciones, Pedro Sánchez, celebró la vigencia de los valores recogidos en la CE. Básicamente los relacionados con el llamado Estado del Bienestar. No los relacionados con la integridad del territorio o la soberanía nacional única e indivisible, ignorando que el silencio o las medias palabras del aspirante a repetir en Moncloa por la izquierda alimenta ese insidioso discurso por la derecha que le sitúa junto a quienes ven la CE como una herencia del franquismo.

Lo que ayer no hizo Sánchez fue celebrar la vigencia de la Carta Magna como herramienta para seguir avanzando, incluso a partir de su reforma. “Antes muerta que reformada” -según denunciaba Santos Juliá-, parecen decir los partidos centrales ante el apagón del asunto en sus respectivos programas.

Aparte de alegrarse por la coincidencia con la manifestación de los jóvenes ecologistas en defensa del planeta, al presidente en funciones le interesó quedarse con la CE sólo como marco de acuerdo entre “diferentes” que sirva para “salvar la crisis de gobernabilidad”. Lo siento, pero me parece descarado el oportunismo del argumento.

Oportunista recurso del presidente en funciones a la CE como marco de acuerdo entre "diferentes" que sirva para "salvar la crisis de gobernabilidad"

El matiz tiene su aquel. Se ajusta a la mirada selectiva de Unidas Podemos, centrada en los artículos de mayor contenido social (habló su líder, Iglesias Turrión). Y también se ajusta a la declarada aversión de ERC, que la considera “un corsé que frena las aspiraciones de Cataluña” (Roger Torrent, presidente del Parlament). Casualmente, las dos fuerzas políticas sobre las que Sánchez espera reengancharse en el poder.

No pinta mejor el infeliz cumpleaños de la CE si reparamos en las autodestructivas posturas de sus teóricos defensores. Malicia no les falta: “Los que negocian con Pedro Sánchez no están aquí”, dijo Inés Arrimadas en el pasilleo del acto institucional, donde las representaciones de las autonomías vasca y catalana brillaron por su ausencia.

Desalentadora metáfora de una España a la defensiva: Vox apela a los artículos 116 (estados de excepción) y 155 (intervención de autonomías)

El líder del PP, Pablo Casado, acusa al PSOE de blanquear a ERC y elegir de compañeros de viaje a “enemigos de la Constitución”. Su número dos, García Egea sostiene que “pactar con Sánchez es traicionar el pacto constitucional”. Y la portavoz parlamentaria, Cayetana Álvarez de Toledo, arremete contra Sánchez por “haber cambiado de bando”.

Pero a este lado de la barricada, tal vez lo más duro de oír en las celebraciones de ayer haya sido la posición oficial de Vox, que solo se fija en dos artículos de la CE: el 116 (estados de alarma, excepción y sitio) y el 155 (intervención de instituciones autonómicas disidentes).

Es la desalentadora metáfora de una España a la defensiva. Triste, señores, muy triste.

Más crisantemos que rosas sobre una Constitución necesitada de cariño en su 41 aniversario. Cada vez más sola. Las placas conmemorativas parecen lápidas. Un cumpleaños deslucido, con quema de ejemplares en distintos puntos de Cataluña, marcha por la “república vasca” en Bilbao y manifestación contra la Monarquía en los alrededores del Congreso, donde se celebró el acto oficial.

Pedro Sánchez Monarquía Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) Cayetana Álvarez de Toledo